Carretera que talará 700 alerces en bosque milenario genera alerta en Los Ríos

Carretera que talará 700 alerces en bosque milenario genera alerta en Los Ríos

Por: María del Mar Parra | 22.07.2023
La ruta está siendo impulsada por el gobierno pero informes de Conaf y de académicos dan cuenta de los impactos no evaluados que tendrá el proyecto en uno de los bosques mejor conservados de alerces y en otras especies protegidas. Organizaciones apuntan a que el verdadero propósito de la ruta no es turístico sino para beneficiar a la industria forestal.

Cuando el presidente Gabriel Boric instruyó, en junio pasado, al Ministerio de Obras Públicas concretar la construcción del último tramo de una carretera que une a las ciudades de La Unión y Corral, al sur de Chile, la comunidad científica envió una alarma al mundo. “Planes viales de Chile amenazan bosque milenario” titularon en una carta que publicaron en la revista científica Science.

El tramo carretero que el presidente pidió dar celeridad atraviesa el Parque Nacional Alerce Costero, área protegida que conserva una de las especies arbóreas más longevas del mundo, el alerce. Esta especie crece exclusivamente en Chile y Argentina; décadas de tala indiscriminada la colocaron  en la categoría de En Peligro. Así está clasificada tanto por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como por el propio gobierno chileno.

Actualmente la evaluación de impacto ambiental de la obra se encuentra suspendida, luego de que la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el organismo en Chile encargado de la administración de las áreas protegidas terrestres, presentara una serie de observaciones al proyecto, el cual contempla cortar más de 700 alerces.

Los científicos aseguran que un camino como el que se proyecta no sólo pondrá en mayor riesgo a una especie ya amenazada, violando así el tratado que Chile firmó durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP-15) en diciembre 2022, sino que también aumentará la proliferación de incendios, la introducción de especies invasoras y la tala ilegal.

Entre los argumentos del Ministerio de Obras Públicas (MOP)  para llevar adelante el proyecto es que la carretera permitirá integrar zonas rurales, mejorando principalmente la conectividad de Corral. Se trata, dice, de una obra imprescindible de interés nacional, una de las pocas justificaciones que la ley considera para autorizar un camino al interior de un parque nacional.

Científicos, sin embargo, aseguran que existen otras alternativas. Ambientalistas y habitantes de comunidades locales acusan que el verdadero propósito al abrir esa carretera es beneficiar a la industria forestal.

[caption id="attachment_852999" align="aligncenter" width="882"]Mapa de ruta cruzando por parque Alerce Costero La Ruta T-720 donde se señala la extensión de los Tramos 3 y 2 de los proyectos de mejoramiento de la ruta. Crédito: Fundación FORECOS.[/caption]

Información imprecisa 

El camino se llama ruta T-720 y tanto el inicio como el final ya están construidos. Sólo falta el tramo de en medio que es el que atraviesa el parque nacional. Son 10 kilómetros de una antigua ruta que se perdió en la década de los ochenta. “Se cortó un puente y se dejó de usar”, explica Rocío Urrutia, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y una de las autoras de la carta publicada en Science.

Al no ser transitada prácticamente por nadie en 30 años, la vegetación ha cubierto la zona de alerces y más específicamente de una población de esta especie que la ciencia ya ha detectado que es genéticamente diferente. “Son bosques siempre verdes, adultos, que son de los mejores conservados en la Cordillera de la Costa de Chile con un alto valor para la conservación”, asegura la experta.

Para los científicos, la principal preocupación se basa en que no hay claridad sobre la cantidad de alerces que se cortarán. ”Primero habían hablado de 148 alerces y luego, cuando se han ido haciendo las adendas del estudio de impacto ambiental y se ha ido solicitando más información, el MOP a través de su consultora en la última adenda presentó que iban a cortar 796 alerces”, dice Urrutia.

El problema, agrega la experta, es que el alerce en Chile tiene la categoría de Monumento Nacional y por lo tanto “importa cada individuo”. Así lo destaca la CONAF en una de sus observaciones al indicar que “deben ser contados todos los individuos, independiente del estado de desarrollo o tamaño, por lo tanto no pueden ser estimados”.

Además, según el organismo, “existe una clara subestimación de las cifras entregadas” puesto que en el terreno, utilizando la misma metodología propuesta por el MOP, la CONAF encontró una mayor cantidad de alerces que la declarada por el ministerio.

Por último, aunque el proyecto habla de trasladar los árboles hacia otro sitio “tampoco se sabe con certeza, cómo se va a hacer ese traslado ni dónde va a estar la zona donde se van a resguardar supuestamente para que puedan sobrevivir luego del traslado, cosa que ya hemos determinado que es muy difícil”, agrega Urrutia.

La preocupación de los científicos no se basa sólo en supuestos, sino lamentablemente en hechos puesto que en los tramos construidos del camino ya se han observado impactos, asegura Antonio Lara, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile e investigador principal del Centro del Clima y la Resiliencia (CR)2.

En agosto del año pasado, durante un recorrido realizado por el científico y otros especialistas se detectó la tala ilegal de cipreses de las guaitecas —un árbol catalogado como Vulnerable por la UICN<— y al menos nueve alerces y cipreses muertos en pie junto al camino.

“Se ha visto que los alerces están muriendo [en las zonas donde el camino ya está construido] porque como llueve tanto en esa zona durante el invierno, hay un escurrimiento muy fuerte de ripio hacia los alerces y eso los está matando, porque se empieza a lavar el suelo, se erosiona la capa vegetal y queda la piedra”, explica Urrutia.

[caption id="attachment_853001" align="aligncenter" width="1024"]Turista en el parque Alerce Costero. Turista descansa en pasarela del Sendero Alerce Milenario. Foto: Chile.travel / @fotofanhm[/caption]

Los impactos no dimensionados del camino

La información poco precisa sobre cómo el camino afectará directamente a los alerces y otras especies arbóreas amenazadas, es sólo una parte del problema. En la carta publicada en Science, los científicos aseguran estar preocupados por los impactos indirectos que tendrá esta carretera sobre el ecosistema.

Uno de ellos es la mayor probabilidad de incendios forestales en un país donde el 99% de los incendios son producidos por el ser humano, ya sea accidental o intencionalmente, y ocurren dentro de un radio de un kilómetro de las carreteras, aseguran los expertos en la carta.

Este punto causa particular preocupación, debido a los cada vez más intensos incendios que se registran cada verano en el país y porque según argumentó la CONAF en una de sus observaciones, el MOP no propone medidas de mitigación ante esta amenaza. “Nos preocupa de sobremanera que al llegar gente, al llegar los turistas, se propaguen los incendios porque CONAF tampoco tiene los recursos suficientes para hacerse cargo de fiscalizar toda esta área en el camino”, sostiene Urrutia.

Otra de las preocupaciones es la tala ilegal que suele darse a orillas de los caminos. Investigaciones científicas realizadas en la Amazonía ya han analizado que existe una relación entre la apertura de caminos y la deforestación. Lo que ocurre en estos bosques australes no es una excepción.

“Haga un camino y se van a ir a robar la madera de todas maneras”, dice Lara. “No son cosas que estamos inventando, los caminos aumentan la amenazas”, insiste, y el alerce, con su valiosa madera rojiza sigue siendo blanco de talas, a pesar de ser una especie protegida.

El tercer factor de preocupación es la invasión de especies exóticas invasoras como el Ulex europaeus, un arbusto espinoso de origen europeo que ya se ha visto en los tramos construidos del camino. Los perros, una importante amenaza para la fauna nativa, también son una preocupación.

En ese sentido, la Conaf advirtió que el MOP “no se hace cargo del impacto que tendrá el mayor flujo de vehículos por la ruta el cual será difícilmente controlado por la administración del Parque Nacional”. Si bien ya existen perros en el área que pertenecen a comunidades locales, “no es comparable con el flujo que superará significativamente lo actual debiéndose considerar el peor escenario”, dice Conaf.

De hecho, según el organismo, el proyecto ni siquiera aborda los impactos que pudieran sufrir especies como el zorro de Darwin (Lycalopex fulvipes), “uno de los nueve carnívoros más amenazados a nivel mundial”, y que tiene a la especie En Peligro según la UICN.

Tampoco se hace cargo de los daños que pudiera sufrir la güiña (Leopardus guigna), el gato salvaje más pequeño de América considerado Vulnerable, aún cuando las poblaciones de ambas especies podrían verse afectadas no sólo por la presencia de perros que los atacan o transmiten enfermedades, sino también por los atropellos debido al tráfico vehicular.

Desconfianza sobre los verdaderos intereses detrás de la carretera

Aunque “se supone que este camino es solamente turístico”, asegura Urrutia, eso no queda claro en el estudio de impacto ambiental. Una de las observaciones de Conaf es por qué el ministerio sigue considerando el tránsito de camiones. “El titular sigue proponiendo y proyectando el tránsito de categoría Camiones Simples de más de 2 ejes, siendo la ruta T-720 exclusivamente para fines turísticos dada su condición, diseño geométrico y función dentro de un Parque Nacional”.

Según el Movimiento por la Defensa del Alerce Costero, el proyecto de la carretera responde a intereses de privados, especialmente de la industria forestal que, con más de tres millones de hectáreas de monocultivos de pino y eucalipto, coloca al país como el segundo productor de celulosa en América Latina.

La razón, esgrimen, es que la nueva ruta permitiría una vía directa desde la Panamericana y La Unión —donde según el anuario forestal 2022, elaborado por el Ministerio de Agricultura, se concentra la mayor cantidad de hectáreas plantadas de la provincia de Ranco— al puerto de Corral, el más importante del país en exportación de astillas de madera.

“En el sector de Cumuleufu que es donde se termina la T -720 y se inicia la ruta que lleva a La Unión es un sector completamente plagado de empresas forestales y necesitan una ruta segura para que puedan llevar al puerto de Corral”, dice Luis Llanquilef Rerequeo, Lonco (líder) de la comunidad mapuche Adrián Llanquilef Leal, ubicada en la comuna de la Unión.

Documentos de las estrategias de desarrollo del puerto de Corral confirman que entre sus prioridades está el mejoramiento de los accesos viales, incluyendo el camino entre La Unión y Corral. “El transporte de carga terrestre hacia el Puerto de Corral presenta significativas limitaciones logísticas y operativas, por lo cual es conveniente centrarse en los mejoramientos del acceso vial a Corral desde los centros de producción regional”, se lee en un informe elaborado en 2016 por el gobierno regional de Los Ríos.

El MOP, por su parte, también argumenta que una de las razones para construir el camino es dar apoyo y soporte al puerto de Corral, es decir, concluye Urrutia “que se quieren sacar mercancías”. ¿Se trata entonces de un camino exclusivamente turístico? La duda vuelve a emerger generando desconfianza entre científicos y ambientalistas puesto que “obviamente el que transiten camiones tiene un impacto mucho mayor”, precisa Urrutia.

El segundo argumento para la construcción del camino es que la carretera dará conectividad a las comunas de Corral y La Unión. “Estamos hace muchos años esperando esta posibilidad de conectarnos con La Unión, que es una salida que necesitamos por ejemplo en caso de alguna catástrofe”, dijo el Alcalde de Corral,según medios de comunicación locales.

La concejala de La Unión, Eliana Azócar, por su parte, señaló que “si bien La Unión no tiene problemas tan graves de conectividad como Corral, sí es cierto que podríamos tener una comunicación directa con Corral y así les podríamos prestar todos los servicios que La Unión tiene, para que en momentos difíciles ellos pudieran tener un lugar para salir”.

Para los científicos, sin embargo, la conectividad de Corral podría solucionarse mejorando un camino que ya existe y que une a la ciudad portuaria con Valdivia, la capital regional. “Es un camino que está muy malo, pero que tiene un trazado adecuado y no sólo une Corral con Valdivia sino también con La Unión”, asegura Lara. Además, “vive gente en torno a esa carretera entonces tiene una rentabilidad social mucho más alta”, agrega el experto y recuerda que los científicos han venido empujando que se mejore ese camino en lugar de insistir con la T-720.

“Nos preocupa que se le dé prioridad nacional a algo que no lo tiene, porque existen otras soluciones y que se esté empujando a presionar este ecosistema que ya se encuentra en peligro de extinción y más encima en un parque nacional que debería ser el orgullo de la Región de Los Ríos”, enfatizó Urrutia.

Según los científicos que firmaron la carta publicada en la revista Science, “este proyecto vial ignora los acuerdos de la COP 15 en la que los países se comprometieron a frenar la pérdida de biodiversidad. “El gobierno —señalan— debe honrar sus compromisos y priorizar la protección de las especies más amenazadas del país”.

Esta nota es parte de una colaboración entre Bienes Comunes y el medio Mongabay Latam. Puedes ver la nota original aquí.