A raíz de una nueva falla en las pastillas anticonceptivas, el Colegio de Químicos-Farmacéuticos de Chile propuso discutir la cuarta causal de aborto en nuestro país. 

Para la médicogineco-obstetra y profesora titular de la Universidad de Chile, Adela Montero, la ley que actualmente permite la interrupción del embarazo por tres causales es “insuficiente”. Pero no sólo eso, sino que supone una barrera que limita la interrupción del embarazo. 

De acuerdo a la investigación desarrollada por Montero y las académicas Mirliana Ramírez, Paz Robledo, Lidio Casas, Lieta Vivaldi, titulada “Representaciones sociales de actores relevantes vinculadas con las principales barreras a las prestaciones garantizadas en la Ley 21.030 que despenaliza la interrupción del embarazo por las tres causales en Chile”, existen “múltiples barreras a las que se ven expuestas las mujeres”. 

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“Por ejemplo, barreras de información” donde lo que aparece es “la falta de capacitación continua de los equipos sobre estos temas. También el desconocimiento de la ley que hay todavía en el interior de los equipos de salud y de las mujeres usuarias, porque hay una falta de difusión de la ley a nivel general”, precisó Montero. 

Limitantes de las tres causales 

Entre las limitantes evidenciadas por las investigadoras, se encuentran la objeción de conciencia, las relaciones de poder, el estigma hacia el aborto, la religiosidad, la insuficiente capacitación de los equipos, el desconocimiento de la ley por los equipos de salud y la población en general, la falta de evaluación de la satisfacción de la mujer sobre la calidad de la atención recibida y la falta de fiscalización de esta implementación. 

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Además, vislumbraron barreras con los recursos humanos para hacer efectiva la ley. “Las personas del equipo de acompañamiento psicosocial están contratadas solamente por media jornada, ¿entonces qué pasa cuando tienen que hacer el acompañamiento? Muchas veces tienen que hacerlo fuera de su jornada laboral”, recalcó la profesional. 

A ello se suman otros problemas evidenciados por las investigadoras: infraestructura, lo que apunta a la inexistencia de salas u oficinas en las que las mujeres y/o personas gestantes se puedan atender para recibir este acompañamiento, además de la objeción de conciencia. “Hay algunas instituciones en las que sólo hay un profesional que no objeta en consciente, entonces a las mujeres, sobre todo en causal 3 (violación), tienen que citarlas para cuando esté ese profesional”. 

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Según las investigadoras, estas barreras inciden directamente en “la libertad y autonomía de las mujeres para poder tener acceso a las prestaciones legalmente permitidas, vulnerando el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos”. 

Camino a futuro 

Frente a todas las variables involucradas, la académica es clara. “La ley en sí resulta restrictiva”, por lo que para avanzar hacia una despenalización del aborto hay que entender y subsanar las barreras existentes en la ley", asegura. 

Y, sobre todo, revisar la objeción de conciencia que no sólo toca al profesional médico o médica requerido para el procedimiento. De acuerdo a Montero, “se amplió al resto del personal de salud que está al interior del pabellón quirúgico, y eso incluye a profesionales y técnicos”.

“Entonces sí, la ley es restrictiva. Además de las tres causales, la ley restringe más. Creo que para avanzar a una ley que dé la posibilidad de interrumpir por otras causas, es fundamental conocer estas barreras porque sin duda van a aparecer si avanzamos”, cerró. 

Revisa la investigación a continuación: 

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