Combate del Mineduc contra retraso lector en educación básica ya suma 22 mil voluntarios
Más de 22 mil voluntarios suma el Plan Nacional de Tutorías impulsado por el Ministerio de Educación (Mineduc), a poco más de dos meses de su implementación.
La iniciativa se enmarca dentro del Plan de Reactivación Educativa que, de la mano de tutores y tutoras, trabajan con niñas y niños de 2° a 4° básico que presentan mayores necesidades de apoyo en el desarrollo de sus habilitades de lectura y escritura.
Funciona como un apoyo complementario a lo realizado por los profesores dentro del aula, considerando el compromiso de personas que se desempeñan como tutores comunitarios y estudiantes de instituciones de educación superior.
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Según datos entregados por el Ministerio de Educación a El Desconcierto, al 10 de julio existen 3.442 voluntarios que se encuentran realizando tutorías en una política que, de acuerdo al subsecretario ejecutivo del Plan de Reactivación Educativa, Joaquín Walker, subsana “la agudización de las brechas a partir del cierre prolongado de establecimientos por la pandemia”.
“El Ministerio de Educación ha hecho una convocatoria a estudiantes de pedagogía y otras carreras afines, así como a la ciudadanía en general, a hacer un apoyo, un refuerzo a la labor de los y las docentes a través de las tutorías, quienes participan de este programa luego de un proceso de selección, formación y acompañamiento de parte de organismos especializados”, explicó Walker.
¿En qué consisten las tutorías?
De acuerdo al detalle que entrega el Mineduc en su web, el acompañamiento se desarrolla en dos modalidades: tutorías comunitarias, articuladas con el apoyo de fundaciones que han desarrollado modelos de tutorías, como son Letra Libre y Conectado Aprendo, a las que se suman las efectuadas por estudiantes de pedagogías y carreras afines, articuladas con el apoyo de las instituciones de educación superior.
Para el caso de las tutorías comunitarias, se estableció que se efectúen en modalidad online, con sesiones de una una duración de entre 30 y 60 minutos, con un máximo de 16 clases por estudiante. Respecto de la demanda horaria para los tutores voluntarios, se planificó que puedan destinar, en promedio, una hora semanal durante aproximadamente tres meses.
Y en relación a los requisitos para ser habilitado como tutor comunitario, se debe ser mayor de 18 años, tener escolaridad completa y no contar con antecedentes con fines especiales ni encontrarse inhabilitado/a para trabajar con menores de edad.
No se requieren experiencia en tutorías ni conocimientos especializados para colaborar en este programa.
Quienes se inscriban, contarán con tres a cinco horas para su formación inicial, mediante una ruta formativa online que dispondrá el Mineduc con diversos recursos que les permitirán profundizar en estrategias para mejorar la comunicación con sus tutorados, diseñar y planificar sus tutorías.
Y en cuanto a las tutorías de instituciones de Educación Superior, están a cargo de estudiantes universitarios de Pedagogía y carreras afines, pertenecientes a más de 30 facultades de Educación del país. A estas entidades, las se suman algunos Centros de Formación Técnica (CFT) e I¡institutos profesionales con estudiantes técnicos en educación parvularia y de psicopedagogía.
“Acompañamiento es clave”
El plan que comenzó a operar a comienzos de mayo, ya contempla a más de 4.600 estudiantes beneficiados, los cuales reciben ayuda directa para revertir el rezago lector y en materia de aprendizajes que se vieron mermados por la Covid-19.
Para la tutora Alicia Correa, actriz y cuenta cuentos, las siete sesiones que ha realizado hasta el momento son un “desafío enorme y muy estimulante”, pues su pupila de seis años tenía impedimentos para asistir al colegio.
“La jefa de hogar es una madre con escolaridad hasta sexto básico, y su hija tiene solo un 50% de asistencia en su escuela por impedimentos relacionados con su situación”, explica valorando la iniciativa que en su caso, es un apoyo fundamental para que la menor aprenda a leer.
Aprendizaje, no rendimiento
Para la académica e investigadora de política educativa de la Universidad de Chile, Paulina Contreras, los esfuerzos de la cartera en cuanto a reactivación educativa tras la pandemia, van en la “línea correcta”.
Consultada por nuestra redacción, explicó que el acompañamiento es vital para mejorar los aprendizajes. “El acompañamiento a equipos docentes y directivos es clave, que tengan espacio para levantar necesidades desde la escuela y no sólo para responder a lo que les exige la política bajo amenazas”, releva.
“En el fondo, mejorar aprendizajes, no sólo rendimientos”, aseguró, además de “recuperar a los estudiantes que no volvieron o que van poco a las escuelas después de la pandemia, y el clima de convivencia también, para tener espacios apropiados para el aprendizaje”.