A raíz de los resultados del Simce 2022, que hace unos días evidenciaron una drástica baja en los puntajes de matemática y lectura para alumnos de 4° básico y segundo medio, desde el Ministerio de Educación (Mineduc) se reunieron con académicos y representantes de centros de estudio para plantear los desafíos del sistema. 

“Creemos que la reactivación debe ser capaz de transformar nuestro sistema educativo”, señaló el titular de la cartera en la instancia, Marco Antonio Ávila, lo que fue secundado por la presidenta del Consejo de la Agencia de Calidad de la Educación (encargada de difundir los resultados de la prueba), Paulina Araneda, quien aseguró que la “reactivación no sólo tiene que ver con un tiempo presente, sino con velar por generar condiciones para el futuro y el desarrollo de nuestro país en equidad y condiciones de bienestar para toda la población”.

De hecho, desde el Mineduc aseguran que lo arrojado por el Simce de segundo y 4° básico, que reveló una brecha de género importante, refleja “no sólo el resultado de una fotografía del momento, sino que también de una trayectoria”. 

Reactivación educativa

Por ello, el proceso debe tener lineamientos claros. De acuerdo al titular de la cartera, debe enfocarse en “una reactivación que transforma, que cambia la mirada sobre el profesorado". Asimismo, Ávila enfatizó en que “nuestro sistema de aseguramiento de la calidad tiene que estar centrado fundamentalmente en el apoyo por parte del Estado a través de programas focalizados y no necesariamente a través de castigos y sanciones como el cierre de los establecimientos”. 

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Al respecto, Paulina Contreras, académica e investigadora de política educativa de la Universidad de Chile, explicó que los esfuerzos del gobierno por reconstruir el espacio escolar van en la línea correcta para reactivar la educación. 

“Recuperar a los estudiantes que no volvieron o que van poco a las escuelas después de la pandemia, y el clima de convivencia también, para tener espacios apropiados para el aprendizaje”, remarcó, sobre todo pues desde el Ministerio de Educación impulsaron un programa de equipos de reinvulación, en la que más de mil profesionales buscarán reducir la deserción escolar en el marco del Plan de Reactivación Educativa. 

Eso sí, la experta fue enfática al señalar que “los aprendizajes escolares venían en crisis desde antes de la pandemia” y que “enfocarse en el Simce es un riesgo, porque no estamos mirando todo lo demás (...). La reactivación no se agota en lectura y matemática”. 

Similar es la visión del director de política educativa de Educación 2020, Jorge Ibáñez, quien consultado por El Desconcierto recalcó que “establecer prioridades” para abordar los “ámbitos críticos” del proceso resulta primordial.

“Incorporar estrategias para fortalecer los aprendizajes con mayor foco en matemática y en estudiantes de enseñanza media, promover el desarrollo socioemocional, dado su impacto favorable en los aprendizajes y en materia de convivencia escolar; y profundizar en el sistema de creencias de las comunidades educativas que permiten problematizar y erradicar las brechas de género que perjudica el aprendizaje de las estudiantes”, son parte de las claves de Ibáñez para enfrentar el déficit de aprendizajes evidenciado en el último Simce. 

Rol docente

En ese sentido, el rol docente juega un papel primordial. Para la decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Las Américas, María Jesús Honorato, existe un gran esfuerzo del profesorado detrás de la pandemia, que logró “dar autonomía a la escuela para salir adelante y enfrentar este desafío”.

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Y es que, pese a la crisis sanitaria mundial, los resultados del Simce 2022 —el primero tras la Covid-19— son “bastante alentadores”, según el académico de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Ernesto Treviño, considerando la gran cantidad de clases perdidas en Chile y el resto de Latinoamérica, lo cual tiene una directa relación con el rol docente y su capacidad de sobreponerse a la crisis. 

“Los profesores muy rápidamente fueron encontrando maneras de sostener el proceso educativo en condiciones muy adversas. Eso no puede quedar en el olvido como un accidente, tiene que ser uno de los pilares de la reactivación”, agregó Contreras. 

“El acompañamiento a equipos docentes y directivos es clave, que tengan espacio para levantar necesidades desde la escuela y no sólo para responder a lo que les exige la política bajo amenazas. En el fondo, mejorar aprendizajes, no sólo rendimientos”, cerró la profesional.

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