El pasado 11 junio, en el aniversario de Convergencia Social, el Presidente Gabriel Boric —militante de la tienda— llamó a “pensar en grande”. El mensaje del mandatario era claro: los colectivos del Frente Amplio debían sentarse a la mesa para comenzar el proceso de llegar a un partido único.

“Los invito a que, en este cuarto y ojalá último aniversario de Convergencia Social, pensemos en grande, más allá de nuestra militancia”, dijo Boric provocando reacciones divididas en los asistentes.

Y pese a que el tema ya venía rondando, hasta ese momento, Boric no se había referido públicamente a la eventual fusión de los partidos frenteamplistas en una tienda única.

Las reacciones fueron divididas. Por su parte, Diego Ibáñez, presidente de CS y Marco Velarde, líder de Comunes, se mostraron a favor de abrir este proceso. En cambio, Juan Ignacio Latorre, timonel de Revolución Democrática (RD), puso en duda que fuera el momento adecuado para avanzar en el llamado del Presidente.

“Probablemente el Presidente tiene un sentido de urgencia en que se desarrolle este proceso, pero esto es algo que debemos resolver los partidos y no es una decisión que se pueda tomar de la noche a la mañana”, comentó Latorre a La Tercera en aquella ocasión.

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Democracia Viva: golpe duro al FA

Solo cinco días después de las palabras del Presidente en el aniversario de Convergencia Social explotó el caso Democracia Viva. El aparente caso de corrupción al interior de las filas de Revolución Democrática supuso el golpe más duro que ha recibido el conglomerado frenteamplista desde que asumió el gobierno.

La trama que involucra a dos militantes de la RD e implica a la diputada Catalina Pérez —que tiene su militancia suspendida— no solo afectó al partido, sino que a todo el movimiento del FA.

El discurso anticorrupción y la probidad como un eje central de la política frenteamplista quedó en entredicho tras conocerse los antecedentes del caso que dio paso a una revisión profunda de cómo el Estado se relaciona con las fundaciones sin fines de lucro.

En ese sentido, Convergencia y Comunes trataron de aplacar el golpe condenando de antemano cualquier situación que podría significar un acto de corrupción. “Como Frente Amplio hemos presentado ante el país un programa de reformas que velen por la máxima probidad pública”, sostuvo CS en el comunico referido al caso Democracia Viva.

En dicha declaración también se lee: “Nuestras banderas por la máxima transparencia explican que ante situaciones que presenten un posible alejamiento de dicha ética pública seamos extremadamente tajantes”. Y se agrega: “A diferencia de otras fuerzas políticas que justifican acciones ilegales”.

Por su parte, Marco Velarde admitió que este es “uno de los momentos más complejos” que ha atravesado del FA, aunque enfatizó en que “el talante de nuestro proyecto político también se mide en la forma en cómo nos levantamos”.

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¿Peligra el partido único del FA? 

Más allá de las posibles consecuencias judiciales que pueda tener la investigación correspondiente al caso de Democracia Viva, salta una pregunta más bien política: ¿Qué pasa con el partido único del FA?.

No es un misterio que las relaciones al interior de las tiendas frenteamplistas se han tensado por este caso. Sin embargo, desde el interior de los colectivos se comenta que el ánimo es de sobreponerse a la crisis en vistas a avanzar al partido único.

“No veo a nadie que se haya echado para atrás”, advierten, aunque reconocen que “a nivel de militancia de bases estos procesos son difíciles y esto lo hace más difícil”.

Para Pierina Ferretti, socióloga y directora ejecutiva de Fundación Nodo XXI, este caso supone una dificultad extra para este proceso de confluir en una gran tienda que aúna los movimientos que convergen en el Frente Amplio.

Aprovechar la crisis

“Este caso pone una dificultad al tensionar las relaciones entre los partidos del Frente Amplio por las consecuencias negativas que estos hechos conllevan para todo el conglomerado y para el gobierno. (…) Esta situación no contribuye a la convergencia de las fuerzas de izquierda. Sin embargo, el desafío político de construir la unidad política de la izquierda sigue siendo urgente y necesario y para ello es fundamental densificar el debate de qué significa crear un instrumento político hoy”, explica Ferreti.

Respecto al discurso de la probidad con el que llegó el FA al poder, Ferreti asegura que hoy se tiene la oportunidad de reaccionar de manera adecuada frente a estas prácticas y dar un mensaje claro a la ciudadanía. “Se debe aprovechar esta crisis para salir fortalecidos y para abandonar todo tipo de ingenuidad respecto a las dificultades de construir otro tipo de prácticas políticas”, indica.

Pese a esto, la directora de Nodo XXI subraya que es necesario que ante una situación de esta envergadura es necesario que el FA “vaya más allá”.

“Es importante ir más allá de la mera probidad, que por cierto es fundamental, pero es un mínimo. Hay que enfrentar el problema de la enorme desafección y desconfianza en la política, en lo público y en el Estado. Estos hechos ayudan a ahondar ese rechazo a la política. Revertir esa situación es un desafío. Hay que lograr que las personas experimenten en su vida cotidiana que el Estado resuelve problemas de manera oportuna, garantiza derechos y brinda servicios de calidad”, sentencia.

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