Las negociaciones en la Cámara de Diputados se agudizaron luego de la renuncia de Vlado Mirosevic (PL) a la presidencia de la corporación, una acción programada para cumplir con lo pactado por las diferentes bancadas a inicios del periodo legislativo. No obstante, aún es una incógnita quién ocupará la testera en el próximo periodo ya que todavía no hay un acuerdo sobre a qué partido le corresponde, y las posturas al respecto se mantienen rígidas. 

Esta situación no es nueva, dado que durante semanas la Democracia Cristiana (DC) está reclamando que es su turno de ocupar el puesto según lo estipulado en el pacto administrativo que suscribieron con las fuerzas oficialistas junto a la DC y el PDG. 

Sin embargo, el Partido Comunista (PC) pone sobre la mesa que les toca a ellos, porque la vez pasada, cuando Mirosevic asumió la presidencia, cedió su puesto. Ya que, según el acuerdo firmado en marzo del 2022, el periodo comprendido entre el 22 de octubre de ese año y el 30 de junio del 2023 le tocaba presidir la Cámara al Partido Comunista, pero esto no se materializó justamente por la férrea oposición de la DC, unida al PDG, ante la figura de Karol Cariola, quien era la elegida por el PC para hacerse con el puesto. En ese momento, y para no dilatar la situación, finalmente se optó por Mirosevic reordenando el acuerdo. 

En el mismo acuerdo, se establece que entre el 1 de julio del 2023 y el 11 de marzo del 2024, la presidencia de la Cámara le corresponde a la DC, la primera vicepresidencia al PS y la segunda vicepresidencia al PC. 

Para aumentar la presión en el oficialismo, y la complejidad del escenario actual, hay que considerar que la mesa correspondiente a este periodo se fue desarmando poco a poco, debido a varías polémicas sucesivas.

En esa línea, la primera polémica se dio cuando el primer vicepresidente, Carlos Bianchi (IND-PPD), presentó su renuncia semanas atrás, luego de la votación del sexto retiro de los fondos previsionales, donde acusó intervención del Ejecutivo y un mal desempeño de la mesa.

Luego, la segunda vicepresidente, Catalina Perez (RD), renunció a sus labores por lo ocurrido con el caso Democracia Viva y que la involucró directamente. En consecuencia, los diputados del Partido Republicano insistieron en censurar la mesa, así como a Mirosevic y a Pérez,  argumentando que "no merecen salir por la puerta ancha", según el diputado Cristian Araya.

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Los nombres que se manejan 

Debido a lo anterior, la DC desde hace un par de semanas viene conversando con la oposición para ir tanteando con cuantos votos contaría su carta, Eric Aedo, quien se ha mostrado bastante entusiasmado con la posibilidad de subir a la testera y de esta forma tener controlada la situación al interior de la cámara. 

De hecho, desde la DC apuntan a que la más probable alternativa para que un nombre de su partido asuma la testera, se enmarca en la posibilidad de que la oposición, junto a diputados que renunciaron al PDG y a la DC, logren en conjunto romper el acuerdo administrativo para quitarle al oficialismo la presidencia.

En ese sentido, la oposición ya maneja algunos nombres para levantar como una alternativa, en concreto Jorge Alessandri, Miguel Ángel Calisto, José Miguel Castro. Y para materializar esto llevan varías reuniones con los ex PDG y algunos independientes para organizarse y ver a hasta donde pueden presionar. 

Desde la vereda opositora buscan aprovechar el delicado momento que atraviesa el oficialismo, específicamente el Frente Amplio, debido a las repercusiones que ha tenido el caso Democracia Viva en sus filas. Por esta misma situación, la diputada Catalina Perez no llegó al Congreso el lunes y presentó una licencia médica hasta el 23 de julio, situación que de inmediato descuenta un voto para el candidato oficialista. 

A pesar de esto, el miembro del PC y jefe de bancada, Luis Cuello se mantiene firme como la carta oficialista para el puesto. Desde la colectividad aseguran que le corresponde a ellos la presidencia debido a que cedieron su lugar y el trato fue que el siguiente turno sería para su representante. Por esta razón, han tenido acercamientos con la DC para analizar los diversos escenarios que se abren de aquí a que se lleve a cabo la votación.

Desde la interna de la cámara plantean que las conversaciones se van a intensificar durante estos días, pero el pronóstico es que el oficialismo mantendrá la mesa por pocos votos. En esto podría ser clave la definición del PDG, que por ahora es la de mantenerse en el acuerdo administrativo oficial. Se espera que la mesa se defina durante la tercera semana de julio.