Memoria y teatro: 6 obras reflexionan sobre la resistencia colectiva a la dictadura
A 50 años del golpe de Estado, son varias las esferas culturales que reflexionan en pos de que nunca más suceda un hecho así. Es por esto, que el marco de la conmemoración, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, presenta su ciclo de teatro anual. Esta vez, son seis obras que discuten sobre la importancia de la organización colectiva en la resistencia a la dictadura.
Para la directora del Museo, María Fernanda García, la importancia de este ciclo, que lleva años ofreciéndose de manera gratuita en el Museo, es poder generar cuestionamientos e interpelar a la sociedad.
“Este ciclo de teatro está ya muy asentado en nuestra programación, desde donde también visibilizamos este arte tan necesario para el desarrollo de nuestra sociedad, que interpela y produce cuestionamientos, incomoda y denuncia los abusos de los distintos poderes del Estado”, afirma.
Las obras “La Victoria” y “Cero”, con dramaturgia de Gerardo Oettinger y Juan Saravia, respectivamente, abordan la realidad de pobladores que se articularon en ollas comunes para solventar la alimentación de sus familias.
En este acto, también construían estrategias frente a la represión que sufrían en sus propias casas. A través de ambos montajes queda en evidencia de qué manera este tipo de movilizaciones sociales se convirtieron en una herramienta vital de sobrevivencia y resistencia.
Además, otro de los aspectos que aborda el ciclo 2023 son las vivencias personales marcadas por la desilusión, el trauma o el horror.
En “Bajo tierra” y “La mujer de los perros” se retrata el daño de quienes sufrieron y ejercieron violencia político sexual, estableciendo un contrapunto que promueve lo inaceptable e injustificable de estos actos.
“Cuerpo presente” y “La tranquilidad no se paga con nada”, finalmente, proponen reflexionar a partir de las consecuencias individuales y sociales del período de la Dictadura.
En la primera obra, se propone desde la biografía de un ex militante del MIR, que narra su historia como detenido, torturado y exiliado de la Dictadura, mientras que “La tranquilidad no se paga con nada” aparece la responsabilidad colectiva frente a los hechos ocurridos en los últimos 50 años en nuestro país.
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