Chile ganó a Cuba 3-0 en un partido amistoso sin historias que apenas sirve de nada para sacar conclusiones, más allá de la distancia sideral entre dos equipos.

Desde que se anunció, hace un mes la prensa local especulaba que objeto tenía jugar con un equipo tan inferior y porque Eduardo "el Totto" Berizzo había aceptado dos encuentros consecutivos de este calibre cuando lo que se busca es renovar un plantel cansado y alcanzar un ritmo competitivo que Chile no disfruta desde la consecución de la copa América 2016 frente Argentina.

A partir de entonces, el equipo se encuentra en declive, superado con creces por rivales hasta la fecha secundarios en Sudamérica -como Ecuador- similares -como Colombia, Perú y Paraguay- y demasiado lejos de los tres grandes del área, como son la Argentina campeona del mundo, Brasil y Uruguay.

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Y la presentación en un entusiasta Ester Roa Rebolledo de Concepción, dejó más dudas que certezas y sensación de rumbo aún perdido. Sirvió en todo caso para constatar que las jóvenes promesas, como Alexander Aravena, tienen calidad pero les falta todavía enjundia para portar la casaca titular, lo que supone un problema cuando lo que se pretende es renovación.

Marcos Bolados, delantero de Colo Colo es un jugador de segunda fila y como tal se mostró hoy en el campo. Como la mayor parte del once titular que dispuso Berizzo, en el que solo salvó la cara Marcelino Núñez, el volante de Norwich City, que parece haber dado un paso de madurez en la segunda división inglesa. El volante ofensivo hizo dos de los goles de su equipo frente a una Cuba sin tradición futbolística, a la que le bastó defenderse de forma ordenada para no recibir un carro de goles.

El tercero fue obra de Rodrigo Echeverría, volante de contención del Everton, de Viña del mar, uno de los pocos que también aprovechó la oportunidad de Berizzo, quien sigue buscando en las profundidades de la frágil liga chilena jugadores que le permitan armar un equipo, ya que son muy pocos los que han dado hasta la fecha el salto a campeonatos más competitivos, tanto en Brasil, México o Argentina, como ya en Europa.

Y es que hoy, sólo Gary Medel, que se encuentra sin equipo tras concluir su relación con el Bologna, fue el único "titular" y representante de la "generación dorada" que saltó al campo, desatando viejos recuerdos de una selección que ya no es la que fue y eso sí, originado una gran ovación, el mejor momento de una cita sin importancia.

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