La pareja, “la amante” y un AK-47: La querella de Rafael Garay que lo tiene con protección policial
Rafael Garay dice que escuchó los gritos desde su departamento ubicado 20 pisos más arriba. Eran las 20:30 horas del 01 de abril, cuando Valeria Bancalari llegó al hall del edificio del economista que estafó a varias figuras televisivas por más de 1800 millones de pesos. Una estafa piramidal conocida como el caso Think & Co que explotó en el año 2016.
La versión de Garay que aparece en la querella que interpuso por violación de morada es que se encontraba junto a su pareja, Romina de la Fuente, cuando se percató que tenía 61 mensajes de Whattsaap y 14 audios provenientes del celular de su ex, la misma que el conserje acababa de confirmarle por citófono que se encontraba en el lobby del edificio.
“A ver si eres tan hombre, cobarde de mierda”, le gritó la mujer desde abajo.
La escena es parte del relato de los hechos que aparece en la querella por violación de morada y amenazas, que interpuso hace una semana Rafael Garay en el 4 juzgado de Garantía de Santiago en contra de Valeria Bancalari, hija de un conocido empresario automotriz dueño de la empresa Difor. La pareja del economista también se querelló por el delito de robo con intimidación.
Según el relato del otrora vicerrector de la Universidad Central, encargado de comunicaciones de la Universidad del Desarrollo, director del Museo de Artes Visuales y panelista del programa Mentiras Verdaderas, decidió bajar al primer piso para intentar contener a Valeria.
“Al llegar al lobby, la observé totalmente descontrolada, gritando toda clase de insultos y amenazas”, dice Garay en el documento, asegurando que los improperios iban dirigidos a su nueva pareja. “Te voy a cagar la vida”, le gritaba.
Los vecinos empezaron a reclamar por los ruidos. El descontrol era tal, dice el hombre que fingió tener un tumor cerebral, que “mientras yo caminaba junto a ella, me propinaba golpes de puño en la espalda, por lo que decidí caminar en retroceso para esquivar sus ataques”.
Miedo y preocupación
La versión del exprófugo de la justicia -quien estuvo escondido varios meses en Rumania- es que Valeria le habría destruido su teléfono y “pateó la puerta de su auto”. Cuando creyó que el asunto se había calmado, dice que volvió a su departamento, encontrándose con que ella había llegado antes que él.
“Me encontré con mi pareja Romina en el pasillo, quien había salido corriendo del departamento, indicándome que había entrado a la fuerza, que la había insultado y amenazado, además de haberle quitado su celular desde las manos y por la fuerza”, precisó Garay.
Cuando intentó ingresar a su departamento, Valeria entró nuevamente a la casa, golpeando y amenazando a la actual polola del economista: “me voy a ir a meter a tu trabajo y te voy a dejar la cagada”, se lee en la querella.
Fue tal el escándalo que tuvo que acudir al edificio personal de seguridad ciudadana. Valeria, a su vez, constató lesiones en una clínica del sector oriente de Santiago, denunciando en Carabineros haber sido agredida por Garay.
[caption id="attachment_193314" align="aligncenter" width="2560"] FOTO: FRANCISCO CASTILLO/AGENCIAUNO[/caption]
La noticia se filtró a algunos medios con tintes de crónica policial: Garay habría golpeado a su “amante”. Según la denuncia la habría tomado con fuerza y zamarreado, acusándola de estar desbordada y recomendándole acudir a un siquiatra. Si eran o no pareja en ese entonces, es algo que se ha prestado para la ambigüedad.
Garay asegura en la querella haber terminado su relación de manera explícita, “sin dar lugar a erradas interpretaciones”. Medida que no habría sido suficiente, viéndose obligado a bloquearla en redes sociales. “No tuve ningún tipo de relación paralela con la querellada que motivara su furia, amenazas o golpes”, aclara.
La razón de interponer la querella, lo explica Garay hacia el final del documento, es porque “siente miedo y preocupación” porque su expareja mantendría en su poder armas de fuego y municiones, acotando que estuvo en calidad de imputada, junto a su cónyuge, acusados de querer comprar un fusil de guerra AK-47, supuestamente para protegerse de las protestas de marzo de 2020.
La noticia fue cubierta en varios medios, en pleno estallido social, perfilando a los involucrados como “pinochetistas, ABC1 y fanático de las armas”. Valeria finalmente quedó con arresto domiciliario nocturno y su marido, Matías Ugalde, fue condenado a 800 días de presidio.
En el mismo documento judicial, Garay expone que existe un informe de gendarmería sobre Ugalde que ratifica “ciertas conductas transgresoras en la línea delictual” y advierte que su cónyuge -Valeria Bancalari- poseía dos armas a su nombre y alrededor de 7 mil municiones a su disposición.
Con estos antecedentes sobre la mesa, Garay dice sentir amenazada su integridad. En comunicación con El Desconcierto reconoció que efectivamente existen dos querellas en contra de su expareja. Las investigaciones estarían a cargo de Juan Pablo Duhalde, Fiscal adjunto de la Fiscalía de Las Condes, y habrían sido derivadas a la Unidad de Atención a las Víctimas y Testigos (Uravit), quien habría autorizado protección policial.
-¿Por qué yo podría descartar que en un acto de celos o locura, se le ocurra tomar un arma de la que declara tener 7 mil tiros y dispararle a mí o mi pareja? Eso no lo puedo descartar- dice Garay.
Lo que sí descarta es solicitar una eventual indemnización. Asegura que no tiene que ver con lo económico, aunque reconoce haber tenido que abandonar el departamento que le prestaba un amigo. “No me estoy victimizando, es la realidad. Nadie podría pensar que alguien me ofrezca un súper cargo…Uno trata de pararse, pero es súper difícil con las chapas que tengo”.
El Desconcierto se comunicó con Valeria Bancalari para contrastar la información judicial, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.
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