Carolina Tohá, ministra del Interior, sincera este domingo en el contexto de una entrevista que ofreció a La Tercera, que estos días han sido los más complejos que ha enfrentado en el Ejecutivo, contexto en el que confirma que ponerle atajo a la crisis de seguridad que atraviesa el país, es un desafío significativo para la administración de Gabriel Boric.

"En tres semanas hemos perdido una carabinera y dos carabineros... Son funcionarios de un servicio dependiente de nuestro ministerio. Cada vez que suceden hechos así se remece todo desde el punto de vista de la seguridad, de lo político, pero también desde el punto de vista humano. Es un golpe muy fuerte", aseguró la secretaria de Estado.

Respecto de la crisis de seguridad, se refirió a ella como "un severo problema con los delitos violentos, con la criminalidad violenta", aunque insistió en que la comisión de delitos no se ha incrementado.

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"Por decirlo en simple, si sales hoy día a la calle es menos probable que te asalten respecto a hace 10 años, pero si lo hacen es mucho más probable que el asaltante tenga un arma y esté dispuesto a usarla", advirtió la jefa de gabinete.

Otro de los temas que enfrentó Tohá fueron las diferencias al interior del Ejecutivo con Apruebo Dignidad en relación a las medidas de seguridad y el cuestionado reforzamiento de las policías, que llevó a este sector a anunciar sus intenciones de llevar la promulgada Ley Nain-Retamal al Tribunal Constitucional (TC).

"Esta crisis de seguridad no empezó en este gobierno"

"Esta crisis de seguridad no empezó en este gobierno. Los datos respecto de la seguridad no son mejores en los gobiernos de derecha que en los de izquierda. El problema de seguridad tiene un componente respecto de la temática del orden público que se vive en el país, donde hubo mucho debate, pero el fenómeno de criminalidad violenta que estamos viviendo es un fenómeno de toda la región", aseguró la titular de Interior.

Y a renglón seguido, insistió en que el fenómeno que enfrenta el país está vinculado a la "llegada de bandas armadas con alto poder de fuego", por lo que "explicarlo a través de las consecuencias del debate de la movilización social es una herramienta política que uno puede entender, pero desde el punto de vista del sustento de los datos, es restringido".

Sobre el debilitamiento de las instituciones para abordar esta grave crisis, Tohá comentó que Chile se vio afecto a circunstancias de agitación significativas, un insumo relevante para comprender el incremento de los cuestionamientos que genera el debate de esta materia.

"Un país que vivió un momento de mucha agitación, como fue Chile, que puso en duda muchas de sus reglas, puede enfrentar o procesar una crisis como esa, llegando a nuevos acuerdos, pero lo que no puede es acostumbrarse a vivir sin respeto a las reglas y en el desorden. Eso es algo muy importante de entender desde el mundo progresista", dijo.

Y agregó que "las crisis sociales muchas veces gatillan cambios positivos en la sociedad, pero cuando se eternizan, sólo traen oleadas conservadoras".

"Es un desafío enorme para este gobierno, no solo para sus resultados de seguridad, sino para el logro de todo su programa, que logremos detener esta crisis de inseguridad y sobre todo este cuestionamiento generalizado a las instituciones", aseguró al respecto.

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