Crítica literaria | Escape a los Andes: La historia de Mauricio Hochschild, “El Schindler de Bolivia”

Crítica literaria | Escape a los Andes: La historia de Mauricio Hochschild, “El Schindler de Bolivia”

Por: Horacio Gutiérrez Areyte | 30.03.2023
La columna vertebral de esta crónica es Mauricio Hochschild, un industrial alemán nacido en 1881 en Biblis, actual Alemania.

En apariencia es la biografía de este hombre, muchas veces llamado el Schindler boliviano, sin embargo, es mucho más que eso. Es una lectura muy bien documentada, realizada por los autores Raúl Peñaranda y Robert Brockmann, periodista e historiador respectivamente.

La motivación de esta investigación conjunta, es lo poco conocida que hasta hoy es la historia de Mauricio Hochschild en Bolivia y para qué decir en el mundo, este desconocimiento ha alimentado fábulas y controversias, lo que ha permitido la construcción de un personaje con pocos matices quedando así una imagen simplona y extrema de un hombre complejo que, como todos, tuvo luces y sombras.

Así, Escape a los Andes es un viaje hacia un momento particular de la Historia mundial y de Bolivia que hacemos acompañando a Mauricio, este individuo nacido hacia el final de 1800, que estudió ingeniería en minas en la misma universidad en que estudió Alexander Von Humboldt y dió clases Goethe, la Universidad Técnica de Freiberg y que posteriormente vivió fuera de Alemania para dedicarse al negocio familiar de un tío vinculado a la minería.

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A principios de 1900 parte a Sudamérica, específicamente a Chile para explorar las oportunidades con el Cobre. Una vez terminada la Primera Guerra Mundial, el año 1921 decide partir a Bolivia para comenzar a comercializar el estaño, lo que se convierte en su principal negocio, mucho más relevante que el trabajo que sigue realizando comercializando otros minerales.

Incorpora innovaciones en los procesos y es un negociante arriesgado. Es ya un hombre muy importante en la industria de los metales a nivel internacional, cuando comienzan a conocerse de las limitaciones, prohibiciones y asedio por parte de Adolf Hitler y el nacional socialismo a los judíos alemanes. Y parece ser que es este el momento en que el personaje toma el camino que lo lleva a la trascendencia.

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Esta es una lectura de distintas dimensiones e importancias

Es una trenza muy bien hecha de los años en los que fue creciendo la persecución de la población judía por parte del nacionalsocialismo en Alemania, haciendo partícipes a los lectores de atrocidades que jamás será suficiente continuar publicando.

Somos espectadores del desarrollo empresarial de Hochschild, basado en su incansable capacidad de trabajo y asunción de riesgos. Y, por último  del devenir  político y social de Bolivia, que se nos presenta con lujo de detalles en su magnificencia e indomabilidad geográfica, su precariedad institucional y política y sus intentos de hacerse parte del diálogo político internacional.

No se debe olvidar que en el momento en que ya era vox populi la agresión desatada y exterminio del pueblo judío alemán, el único país en el mundo que permitió su ingreso sin restricciones fue Bolivia. Y este libro nos cuenta cómo se gestó esta política y cuánto se involucró Hochschild en ello.

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Se expone sin indagar en profundidad en la complejidad de Mauricio Hochschild, el claroscuro del ser humano. Tenemos al mismo tiempo un personaje que es acusado de malos tratos a sus trabajadores y, de utilizar su fortuna personal para colaborar con la salida de judíos alemanes (no sólo, pero sí principalmente) de Europa  fines de la década del 30.

Un hombre en apariencia con dificultades de generar relaciones afectivas con su único hijo y ocupado con gran riesgo de su reputación industrial para movilizar miles de personas asediadas por el nazismo, personas que no conocía. Los autores lo expresan así: “Ni perfectamente malo ni perfectamente bueno.

El en balance final se descubre a un ser humano que marcó la diferencia  entre la vida y la muerte para miles de otros seres humanos”

Este libro cuenta una historia siempre vigente, ya que la humanidad no está ni estará curada de la tentación de absolutistas, totalitarios y creyentes de única verdad que deja dividida a una sociedad en partes por criterios que ninguno eligió de antemano.

*Artículo publicado en alianza con Culturizarte

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