Flavio Quezada: “Vamos a tratar de ponerle algo más de carne a los 12 bordes”
Los caminos de Flavio Quezada (36) y el proceso constitucional parecen estar inevitablemente unidos. Durante la Convención pasada fue un habitual colaborador de los representantes del Colectivo Socialista en diversos temas.
Tras el triunfo del Rechazo no se desligó. En medio de las negociaciones del Acuerdo por Chile, el abogado de la Universidad de Chile y magíster en derecho público de la Universidad de Bordeaux fue consultado por los representantes del Partido Socialista para ver si estaba dispuesto a participar de las tratativas para poner en marcha el nuevo proceso constitucional.
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Ese protagonismo lo llevó a ser considerado desde un principio por el PS para formar parte de la Comisión Experta, y así fue. Los diputados socialistas se decantaron por su nombre.
“Mi respuesta de inmediato fue que sí, no lo dudé mucho”, cuenta a El Desconcierto.
- ¿Cómo ha sido todo este camino desde que te asignan experto hasta estos días?
Significó un cambio evidentemente en mi rutina diaria. Estaba leyendo, actualizándome en algunos temas de mis investigaciones que me interesan especialmente y de golpe me tuve que centrar en el tema constitucional, desde distintos puntos de vista, para comprender visiones distintas a las mías.
He visto producciones sobre el proceso constituyente anterior para aprender de él, sacar lecciones, tanto por las cosas positivas, como de los errores o desaciertos que hubieron.
- ¿Cuáles son esas cosas positivas?
Uno es el Estado social y democrático de derecho. Otro es el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. También la paridad, la protección del medio ambiente. En suma, creo que esos aspectos que estaban en la propuesta anterior, con sus luces y sombras, constituían avances valiosos.
- Tomando el punto del Estado social y democrático de derecho, ¿es algo intransable para el sector?
Yo no diría que intransable. Es uno de los elementos de un acuerdo en donde habían visiones políticas muy contrapuestas. O sea, recordemos que el Acuerdo por Chile ha sido suscrito desde la UDI hasta el Partido Comunista.
Evidentemente, cuando se llegan acuerdos de este tipo, entre personas que piensan distinto, hay concesiones de distintos sectores y yo me imagino que todos los sectores cedieron en cosas que son muy importantes o que pueden haber sido entre difíciles de conceder, pero lo hicieron por un objetivo mayor.
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Entonces, como todos los sectores políticos hicieron eso, yo lo que espero del debate sobre el Estado social, así como de cualquier otro de los elementos de las bases, es que sea un debate honesto y de buena fe. Es decir, que si se acordó avanzar hacia un Estado social, se respete aquello. Más que algo intransable yo diría un elemento que es un elemento mínimo de este proceso.
- ¿Qué tan de acuerdo está con los 12 bordes que se establecieron para este proceso constitucional?
Las bases, más que un límite, son el punto desde el cual construir algo. Claro, evidentemente, implica que hay ciertas definiciones que quedan excluidas, pero son universalmente conocidas.
En cierto sentido, implica trazar el bosquejo de un camino distinto al del texto actual, que no representa todas las visiones de esta sociedad. Ahora nosotros vamos a tratar de ponerle algo más de carne, pero es una guía.
- ¿Cuál crees que es la principal misión que tiene la Comisión?
Elaborar un buen anteproyecto de nueva Constitución, que se conecte con la tradición constitucional chilena, entendiéndose en un sentido pluralista.
Hay que aprender de las experiencias pasadas. Hace poco estuve estudiando la primera propuesta constitucional que se hizo en Chile, que fue en el primer Congreso Nacional de 1811. Hay muchas demandas en esa propuesta que llegan hasta nuestros días. La de 1811 tenía una norma muy robusta sobre educación pública, cuestión que se mantuvo vigente hasta el Golpe.
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El texto vigente, a pesar de todas sus reformas, en algunas materias no está adecuadamente al nivel de los compromisos que Chile ha adquirido en diversas materias, como los derechos laborales, la libertad de expresión, circulación, derecho de propiedad, cuidado del medio ambiente, entre muchos otros.
- ¿Cuáles cree que van a ser los nudos más difíciles de desatar en materia constitucional en la Comisión Experta?
Es posible que, por como ha salido últimamente en la discusión pública, sea el Estado social. La sociedad chilena ha vivido un proceso bastante extraño las últimas décadas y se han hecho muchas caricaturas respecto a este tema.
Esta no es una discusión nueva, viene de hace largo tiempo, pero eso se da porque estamos bajo una cultura constitucional de un texto que tiene su origen en la dictadura, que se aprobó en un plebiscito ilegítimo y fraudulento.
Ha pasado mucho tiempo, evidentemente, pero los que no vivimos bajo la Constitución del 25, es algo muy novedoso, ya que no lo conocemos. Por eso creo que, si iniciamos una discusión de buena fe, leal a las bases y entendiendo qué es lo que aquí está en juego, podemos llegar a buen puerto.
- ¿Cómo se combate el cansancio de la ciudadanía respecto al tema constitucional?
La gente está harta y es razonable, estamos en un contexto de muchas elecciones y una situación económicamente delicada, por eso no creo que alguien que esté temiendo perder su empleo se despierte en la mañana pensando en cómo va la Comisión, o qué quiere que esté en la Constitución o no.
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Eso es algo que me parece obvio, pero creo que es importante que la ciudadanía se involucre con este proceso, porque están en juego ideas y aspiraciones ciudadanas de larga lata como fortalecer la educación pública, el sistema de salud, las jubilaciones, entre muchos otros.
Por eso, lo que está en juego en todo eso, es que el día de mañana estemos más cerca de un Estado social. Cuando un ciudadano vaya a un consultorio o lleve a su hijo a la escuela pública, no sienta que está ahí porque pagó o que es un cliente, sino que está ahí porque es un ciudadano uno tan igual como todos los demás.
Evidentemente, en toda sociedad existen diversidades. Todos somos distintos, pero en esencia iguales.