Julio César Carrasco e incendios: “Cuando tienes la vida, todo lo demás se puede rearmar”
Mucho se ha dicho y —con toda justicia—, en torno a las lamentables pérdidas humanas, de animales y el daño profundo a la matriz productiva que han generado los incendios registrados en el sur de nuestro país en las últimas semanas.
Sin embargo, en esta edición de Manos Libres en El Desconcierto, quisimos abordar la afectación emocional que dichos siniestros han provocado en miles de personas directamente, así como también en el resto del país al ser testigo de la desgracia y, para ello, conversamos con el sicólogo, Máster en Psicoterapia EMDR e fundador del Instituto Kintsugi, Julio César Carrasco.
Y como especialista, su advertencia es clara: comenzaremos a advertir que, una vez superadas las emergencias, pueden surgir deterioros a la salud mental individuales y colectivos, hasta ahora, invisibilizados y que se pueden transmitir, aludiendo a lo que se conoce como el trauma vicario.
“Ante una desgracia como esta se dan distintas posibilidades para el trauma, y el primero de todos es que hoy día -por influjo de la tecnología que funciona como caja de resonancia-, es que el trauma no lo vemos al día siguiente por un par de fotos, sino que lo vemos en vivo y en directo, lo escuchamos, vemos el dolor de personas que podrían ser nuestros familiares y empatizamos inevitablemente con aquello, y es así como nuestras neuronas espejo se contactan con el dolor porque se conectan con su propio dolor y desde ahí aparece el trauma vicario, que es sentir lo que siente el otro como si me estuviera pasando a mí, y eso se amplifica", explica.
Y agrega que "lo complejo de esto es que se puede conectar con mi historia de vida personal, entonces, si yo he tenido otras experiencias de dolor o sufrimiento, ´no sé por qué esto me afecta tanto, pero no pude dormir, tuve pesadillas, tengo mal genio, etc.´, es por eso, porque el trauma vicario está funcionando”.
En la misma línea, el especialista comenta los síntomas que pueden dar luces de un perjuicio sicológico mayor: “Cuando yo, como persona, como familia, como grupo humano, como comunidad estoy frente a una desgracia, voy a reaccionar, y vamos a ver que las personas lo hacen de distinta manera de acuerdo a su historia de vida, dos hermanos que viven un evento traumático no lo viven ni lo superan igual", precisa el sociólogo.
Plazos de síntomas
"El estrés agudo inicial, que se da desde que pasa el evento hasta quince días después o tres semanas, es un plazo de tiempo en que yo tengo que evidenciar ante mis familiares o cercanos respecto a cómo he reaccionado después de aquello, durante las tres primeras semanas -que es lo normal- puedo tener recuerdos, flash backs, momentos que se me vienen, imágenes, ruidos, tengo pesadillas, no quiero salir ni pasar por ese lugar o no si veo la temática en las noticias es normal, pero si después de ese lapso esto sigue ocurriendo, es probable que ese trauma agudo inicial se pueda transformar en un estrés postraumático, y es ahí cuando yo ya debiera tomar cartas en el asunto y llevar a mi familiar a o a mi amigo a que reciba apoyo profesional porque algo está pasando, no está elaborando bien el evento”.
Traumas transgeneracionales
"La sicología moderna denomina como “traumas T (con T mayúscula)” y “traumas t (con t minúscula) y cómo la mezcla de ambos puede empeorar las afecciones emocionales “los chilenos somos hijos del rigor desde la fundación de nuestra nación, desde la génesis de Chile hay relatos sobre incendios día y noche, llamas que no dejaban dormir, animales que se quemaban, campos (perdidos), pestes, desastres, etc. Entonces, por un lado, están las catástrofes naturales que son las que originan los traumas T, pero, por otra parte, también tenemos en nuestra historia de vida los traumas t que tienen que ver con los vínculos, con las relaciones con las personas que me criaron o las relaciones más significativas".
Traumas como país
"Somos hijos de ambos traumas al mismo tiempo porque hemos venido sobreviviendo a circunstancias muy dolorosas como país, se mezclan ambos traumas y eso genera un cuadro más complejo que es transgeneracional ya que -de alguna manera-, las generaciones más antiguas, las que nos preceden, van delegando, proyectando y transfiriendo las experiencias, el bagaje y el aprendizaje de la supervivencia a los demás. Es así como nos cuentan en las leyendas que cuando pasó tal cosa hicieron esto o esto otro y cómo salieron adelante, pero también, en algunos casos, quienes no supieron salir lamentablemente del problema y quedaron en el trauma, nos lo heredan y ese trauma termina siendo transgeneracional. Entonces, es aquí donde nosotros tenemos que salir delante de esto porque el estrés va a estar en la sobrevivencia el homo sapiens, de los chilenos, es parte de la vida".
Resilencia
"El tema es ver cómo resolvemos, cómo afrontamos de manera resiliente y solidaria el trauma. Por ejemplo, yo comparaba la desgracia de Turquía con las de Chile (respecto a los terremotos)…y nosotros tenemos una historia de aprendizajes donde somos más resilientes y hace varias décadas ya que decidimos, después de tanto sismo, cambiar las normas de construcción, tener un Plan Deyse, tener planes de evacuación, etc., y eso hace que hoy día, por ejemplo, tú te comparas con los extranjeros que viven en nuestro país cuando hay un sismo grado 4, 5 o 6 y nosotros ni nos movemos, seguimos viendo televisión…en cambio ellos están muertos de miedo, y eso es un aprendizaje positivo que también debiéramos tomar en este tipo de desgracias como los incendios”.
Ayudar: la clave
“Ser resiliente no significa que yo nací con la resiliencia, necesariamente... hay varias condiciones y una de ellas -y que ojalá la pudiéramos haber tenido todos en nuestra primera infancia, desde los cero a los cinco años-, es que alguien, un tío, una abuelita, una mamá, un papá, alguien que me crio, me mostró que el mundo no era un mal lugar para vivir y me dio esperanza. Eso va a cambiar completamente a ese adulto cuando sea grande, porque va a haber tenido un líder de resiliencia que le ilustró una puerta de salida, le mostró lo que era la esperanza. Pero si alguien no lo tuvo lo puede construir y se puede trabajar en ello, la resiliencia es algo que se trabaja, hay que luchar para eso y, al respecto, existen ciertos componentes. Hay que tener planes y metas realistas para salir adelante, también hay que entender cómo me expreso, desde qué palabras me estoy comunicando con el otro. Es distinto decir ´ay, lo perdí todo, se me acabó la vida, no quiero vivir´ a replantearte y decir ´bueno, esto es una verdadera tragedia, vamos a partir de cero, pero también tomémoslo como un desafío y un cambio´".
Lenguaje construye realidad
"O sea, las palabras son el lugar donde habitamos, hay que poner mucho ojo ahí, y hay que trabajar la autoestima, el autoconcepto, la confianza y la fortaleza, y eso se construye solo, pero también con un otro. Por eso es que también es importante, aunque cueste o de lata, construir redes, ver cuáles son tus verdaderas redes y desde ellas apoyarse. Cuando yo siento que ayudo a alguien, de verdad, químicamente, mi ser se siente más feliz, el acto de ayudar o ser ayudado y sentir eso es importante, aprender a pedir un favor o apoyar a alguien, te genera cambios verdaderos orgánicos, está llenos de estudios recientes (en este tema). Hay un señor que le dicen el gurú de la felicidad en Harvard (Tal Ben-Shahar) que ha hecho montones de experimentos al respecto que demuestran que cuando tú ayudas y eres solidario con alguien, eso es lo que realmente te hace feliz con ganas. Por lo tanto, hay que construir la resiliencia, no llega porque sí y no se compra tampoco, hay que tomar actos realistas, ir piano, piano, y aprender a confiar en ti y en los demás” prosiguió.
-¿Qué decirles a quienes perdieron todo en los incendios?
-Esa pregunta me recuerdan y me lleva a las mentes y a las vidas humanas que más admiro dentro de lo que es la resiliencia, como Víktor Frankl, sobreviviente de los horrores del Holocausto nazi, junto a otros más y, básicamente, ellos (al igual que muchos chilenos en estos incendios) ¡perdieron todo y perdieron a todos! En este caso de quien cito, recomiendo su libro “El hombre en busca de sentido”, que es un libro maravilloso que lo tiene que leer toda persona que esté pasando por un pésimo momento de vida, está en Internet completo on line así es que ni siquiera tiene que comprarlo e, incluso, también está en audio por si alguien lo quiere escuchar, está en todas partes. Se trata de un hermoso libro que nos enseña que cuando lo hemos perdido todo y a todos -porque él perdió a toda su familia también-, y es que ¿qué nos pasa cuando hemos perdido todo? La verdad es que no lo hemos perdido todo, ¡estás tú! ¡tienes la vida y desde ahí puedes volver a partir! Entonces, cuando tú tienes eso, cuando está tu familia bien o no les pasó nada a ustedes…cuando tienes eso, lo demás se puede rearmar como sea, es una nueva oportunidad, está la gente, está tu familia, está tu vecino, está tu amigo. ¡Vamos de nuevo, con solidaridad y amor, vamos de nuevo, tenemos la vida, vamos para adelante!”.