Guillermo Holzmann y el Acuerdo por Chile: “La crisis institucional no se ha superado”

Por: Giglia Vaccani Venegas | 20.12.2022
En el programa Manos Libres en colaboración con El Desconcierto, el analista señala que “el país necesita una transformación” porque la actual Constitución “es extemporánea” y propia de la “Guerra Fría”. Sin embargo, recalca que “el gobierno no ha logrado, no ha podido, y no ha querido, gestionar la derrota del 4 de septiembre” y “tenemos un conflicto latente”.

Sosteniendo que los extremos políticos y los movimientos sociales son los grandes perdedores del acuerdo constitucional recientemente firmado por los partidos para encauzar un nuevo proceso constituyente, el académico Guillermo Holzmann detalló en el programa Manos Libres en colaboración con El Desconcierto lo que -a su juicio-, van a ser los próximos pasos de este itinerario.

En su opinión, lo que ha primado en esta oportunidad son los cálculos electorales de cada una de las tiendas que suscribieron el documento. “Yo tiendo a pensar que los que pierden son los movimientos sociales, los movimientos políticos pequeños y los extremos en la medida que la solución no deja contentos a ninguno de ellos. Incluso tengo mis dudas si lo firmaron exprofeso cuando Guillermo Teillier estaba hospitalizado (ironiza)… se opuso permanente, la única vez que habló durante todos estos meses de negociación fue para oponerse a esta fórmula, de hecho”.

“Pero más allá de eso, los que ganan son los partidos que optan por el diálogo en la idea de que es lo correcto según ellos, más allá de su ideología. Pero esto les va a redituar en votos. Ello porque acá la mirada está puesta en recuperar alcaldías, concejalías, gobernaciones, etc. Y para otros (partidos) es como reencarnarse en otro cuerpo, como es el caso de la Democracia Cristiana en Demócratas. Y hay varios que la única forma que ven es copar lo que se llama centro, yo diría que eso es tratar de captar a los no ideologizados”, indica.

En este contexto, el académico señala que “acá se impuso algo que representa las capacidades de diálogo reales. Esta es la primera etapa de un proceso de negociación que todavía no culmina, faltan muchos detalles. Lo único que teníamos más o menos claro es que, según el acuerdo, la elección sería en abril y, según el Servel, debiera ser en mayo, espero que eso no dé paso a un debate constitucional, de lo contrario tendríamos que pedir una mediación papal…”.

Consultado por si establecer esa fecha fue una torpeza de parte de los firmantes, el analista indicó: “A ver, yo creo que muchos políticos que estaban en esa comisión probablemente se sienten cerca de la divinidad, cualquiera sea el concepto que tengan de ella, en consecuencia, el conocimiento pleno les es dado por antonomasia a ellos, por lo tanto, para qué preguntarle al Servel…”, dice con sarcasmo.

Respecto al rol que se espera de los polos que no suscribieron el acuerdo, el analista político indicó que no será una actitud pasiva y ausente como se podría pensar.

“Aquí recién se inicia un proceso de negociación y quedan varias etapas. Si los extremos, tanto el Partido Republicano como el Partido Comunista, lo dejaron pasar (el pacto) es porque van a poner su acento y su foco argumental en las próximas negociaciones porque esto, finalmente, requiere votos en el Congreso…eso es importante de tener en cuenta”, señala.

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Los errores políticos y la latencia de la crisis

En otro sentido, Guillermo Holzmann apuntó a la falta de protagonismo que experimentó la centro derecha en los últimos momentos previos a la firma del acuerdo, así como al letargo del gobierno tras el triunfo del Rechazo.

“Por una parte, Chile Vamos está perdiendo, si es que ya no perdió, la oportunidad de consolidarse con ideas novedosas y ser capaz de atraer a un sector electoral que ya no cree en la izquierda marxista ni en la derecha neoliberal. Y acá tenemos un problema adicional: el gobierno no ha logrado, no ha podido, yo creo que no ha querido, gestionar la derrota del 4 de septiembre. La ha negado, tapizado y barnizado, pero no la ha gestionado. En política, los triunfos se celebran y las derrotas se gestionan, y eso no se ha hecho. Eso es grave, ¿saben por qué? Porque el plebiscito de salida era la respuesta a una crisis político institucional que se produce en octubre del 2019, y que luego se define en una línea institucional el 15 de noviembre de ese año, lo que nos lleva a todo el proceso constituyente que ya conocemos y que termina con el Rechazo. Eso significa que la crisis que dio paso a todo esto no se superó, ¡no se superó! ¡Por lo tanto tenemos un conflicto latente, que está ahí! Y si el gobierno no gestiona ello, eso se convierte en una derrota política para ellos que les pesa”.

A renglón seguido, Holzmann recalca que “el Presidente y Apruebo Dignidad se jugó por eso y todos juraban que ganaban. Adicionalmente, entre marzo y septiembre, prácticamente, hubo un inmovilismo legislativo, también de gestión gubernamental que luego tratan de retomarlo en esta lógica, y en esa lógica, la negociación constituyente estaba en volver a hacer lo mismo ‘porque el pueblo no sabe, el pueblo se equivocó, al pueblo lo engañaron…hay que hacer lo mismo porque ahí se va a dar cuenta de que este es el camino’. Vale decir, el gobierno no ha abandonado su impronta transformadora en modo refundacional”.

“Entonces, este acuerdo que se ha logrado, en primer lugar, deja de lado a los extremos, deja preestablecido que los movimientos políticos sociales no van a tener cabida salvo que se metan en la lista de un partido. No vamos a tener Lista del Pueblo ni Independientes No Neutrales, en fin, por lo que los partidos son los que ahora toman el control del proceso. Pero está recién empezando, este es solo el primer round”, precisó.

En la misma línea, el analista adelantó que los actuales partidos en formación, como Demócratas o Amarillos tienen una oportunidad en esta nueva fase.

“Yo me atrevería a decir que si esos grupos logran las firmas -en verano los balnearios van a estar llenos de mesitas para firmar por partidos- (ríe), de aquí a marzo o abril y logran constituirse en partidos formalmente, lo que les daría una serie de atributos, van a pasar a ser incumbentes inmediatamente. Y, por otro lado, los partidos como el Partido Radical o la DC, que han perdido espacio y que ya casi tienen solo el timbre, pueden perder (protagonismo) aún más”.

En torno a lo que ocurre al otro lado del espectro político, Holzmann indicó que “la derecha tampoco ha gestionado el resultado (del 4-S), ni siquiera hablo del triunfo porque ese triunfo no es de la derecha. Y les faltan ideas, ¡si es impresionante! ¡Les falta ser más pragmáticos y realistas! Por ejemplo, uno puede estar de acuerdo o no con él, pero Javier Macaya ha dado un golpe interno en la UDI contra toda tradición. Jaime Guzmán a lo mejor capaz que lo felicitaría, pero muchos dicen que Guzmán no haría eso (ríe). Pero, la derecha solo habla de crecimiento económico ‘hay que hacer eso, crecimiento económico’, ‘cómo lo vamos a lograr, crecimiento económico’, ¡Ellos mismos quedan colgados del pasado!”.

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El posible devenir del proceso

En último término, Guillermo Holzmann aludió a la importancia de que se lleve a cabo de buena manera el próximo paso en el tema constitucional como una necesidad del país.

“Se ha enredado tanto la historia que, finalmente, no vemos el futuro, ¡estamos tan anclados en el pasado! Por ejemplo, el gobierno impone la idea de que el plebiscito de entrada del proceso es válido aún después de haber perdido el de salida. Podemos discutir si eso es cierto o no, pero lo concreto es que el país necesita un cambio y una transformación, y ahí a la derecha le ha faltado ideas, lo que no es menor en las otras batallas que se vienen en este tema porque son reformas constitucionales las que hay que hacer”.

Luego añadió que “la Constitución de 1980 ya está extemporánea. Sin entrar en ningún debate ideológico, esa era una Constitución de la Guerra Fría, es tan simple como eso, y obedece a esas lógicas. La instalación del neoliberalismo y la visión del gremialismo de Jaime Guzmán, les encantan -en su momento, a Pinochet básicamente porque ambos eran anticomunistas y el foco de Pinochet era el comunismo. Entonces, se requiere un refresh”, sentenció.

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  • El programa “Manos Libres” en colaboración con El Desconcierto se transmite semanalmente en nuestro canal de YouTube.

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