Con el “Acuerdo por Chile” firmado por gran parte de las fuerzas políticas del país, se puso en marcha la segunda parte del proceso constituyente: Definir los nombres que van a integrar el Comité de Expertos, el Comité Técnico de Admisibilidad (árbitro del proceso) y los candidatos para la elección de los 50 integrantes del Consejo Constituyente.

Sobre esto último, una de las ideas que toma fuerza dentro del oficialismo es ir con una lista única y muy amplia, que podría involucrar al menos 12 partidos, desde el Partido Comunista (PC) hasta Demócratas.

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El objetivo del oficialismo

Una lista única de ambas coaliciones de gobierno ha sido la opción más comentada por quienes hasta ahora se han referido al tema públicamente. El primero de ellos fue el secretario general del PC, Lautaro Carmona, quien incluso se abrió a incluir a la Democracia Cristiana. 

“Esto es un por un tema de eficacia electoral, porque son pocas candidaturas y con el sistema del Senado castiga a las regiones más grandes y es a donde nos va mejor”, subraya el representante comunista.

No obstante, la idea de Carmona no convence del todo a las filas de la Democracia Cristiana (DC). En una entrevista con EmolTV el presidente de la colectividad, Alberto Undurraga declaró que prefiere que la DC esté en una lista conjunta con el Socialismo Democrático y que Apruebo Dignidad presente otra.

La presidenta del Partido por la Democracia (PPD), Natalia Piergentili, fue incluso más allá de la idea planteada por Carmona y se abrió a la posibilidad de integrar a Demócratas, quienes durante las negociaciones se mostraron bastante cercanos a la posición de la Alianza de gobierno. 

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“Hay que ponernos de acuerdo en principios comunes para poder conversar la idea de ir en lista única y así articularnos para plantear los contenidos que queremos en la nueva Constitución”, advierte Piergentili. 

Quien también se mostró en favor de esta estrategia es la presidenta del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic, que ve como su principal adversario en las urnas al “populismo y la derecha conservadora” y que para poder hacerles frente el oficialismo debe “afrontar la elección con visión de país y de futuro con todo el progresismo unido”. 

El Desconcierto consultó respecto a esta opción a la presidenta de Demócratas, Ximena Rincón, quien solo se limitó a decir que su partido “apoyará a todos los buenos candidatos”. No obstante, fuentes al interior de la colectividad indican que han habido algunos acercamientos con la  Alianza de gobierno para sumarlos a la lista. 

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¿Conviene ir en un pacto tan grande?

Para el sociólogo y director de la consultora Tú Influyes, Axel Callís, un pacto electoral grande beneficia mucho a los partidos porque tiende a captar más votos y es más solidario en cuanto a cómo se reparten las preferencias. 

“Es aconsejable que tanto el oficialismo como la derecha tengan listas conjuntas sobre todo para regiones grandes como la Metropolitana”, aseguró el especialista.

Callís incluso plantea que probablemente el escenario que se encuentren los electores el próximo año sea de “dos grandes pactos, como ocurre en buena parte de las democracias del mundo”.

En la misma línea, el exdiputado Pepe Auth puntualiza en una entrevista con Radio Infinita que podría haber una “correlación de fuerzas entre los Expertos y el Consejo Constitucional”. Es por esta situación que, para ambos sectores, es de “vida o muerte ir juntos y no separados”. 

Además, Auth vaticina que estas dos coaliciones actuarán de forma conjunta. “Los que piensan que se opondrán entre ellos están equivocados”, precisa. 

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Efectos colaterales para los partidos chicos

A pesar de que esta fórmula electoral parece la más favorable hasta el momento, hay una consecuencia clara para las colectividades más pequeñas que integran la Alianza de gobierno. 

Al tener solo 50 escaños por disputarse, los partidos probablemente optarán por poner a sus cartas más competitivas en la papeleta para asegurarse la mayor cantidad de cupos. Esto reduce la oportunidad de que los partidos de menor volumen puedan tener representantes en el órgano constituyente. 

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Para Axel Callís “este tipo de fórmulas beneficia a quien tenga mejores nombres a nivel regional, que son los partidos más grandes, porque tienen un stock de exautoridades muy conocidas”.

Con este escenario planteado, es probable que se abran cupos para movimientos y se tengan que formar subpactos para mejorar los resultados. Entra en juego la calculadora. 

“Con esta clase de listas, los partidos más pequeños se quedarán con casi nada. Este es el caso de Amarillos y Demócratas, que no llegan de ninguna manera a la elección y probablemente les den cupos en algunas listas”, concluye Callís.