Diputada tras condena a asesino de joven trans: “Trabajaremos para mejorar la Ley Zamudio”
Luego que el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Valdivia condenó a Víctor Hugo Abarca Díaz a presidio perpetuo calificado, en calidad de autor del delito consumado de robo con homicidio, ilícito perpetrado en octubre de 2020 en esta ciudad contra un joven trans de 25 años, este martes la abogada y diputada (PS) por la Región de Los Ríos, Ana María Bravo, llamó la atención respecto de la ocurrencia de este tipo de ilícitos en nuestro país.
"En Chile han aumentado los crímenes homo/transfóbicos un 66% este último año (en relación al 2021)”, dijo al tiempo que aludió al homicidio que terminó con el fallo oficializado a comienzos de la semana en curso.
“El lunes recién pasado en la ciudad de Valdivia se dictó una sentencia a cadena perpetua en contra del homicida de Vicente, un joven trans asesinado el 2020. Esto nos hace reflexionar y trabajar fuertemente para mejorar la ley Zamudio que se está tramitando en el Congreso", aseguró la parlamentaria.
Y también, agregó, “a través de la fiscalización, ir monitoreando aquellas políticas públicas que el gobierno tiene que impulsar para disminuir la discriminación y la violencia en contra de las personas y las disidencias sexuales”.
Los hechos
Respecto de los hechos, en una hora indeterminada entre la noche del 30 y la madrugada del 31 de octubre de 2020, Abarca Díaz se encontró con la víctima, Vicente González Lorca, un joven oriundo de la Región de Valparaíso, quien llevaba viviendo en la ciudad de Valdivia unos meses y que aquella noche no disponía de un lugar donde pernoctar.
Pasadas las 02:50 horas, la víctima y Abarca Díaz caminaron por las calles Don Bosco, Patricio Lynch y Simpson, hasta llegar a un sitio eriazo alrededor de las 2:55 horas, lugar utilizado usualmente para consumir drogas, beber alcohol y pasar la noche.
Fue en ese momento en que la víctima y el acusado se internaron por un sendero, avanzando cerca de 45 metros, llegando a un espacio alejado de la vía pública, donde una vez instalados, el condenado se abalanza contra González Lorca, dejándolo tendido boca arriba, posición que aprovechó para sentarse a la altura del abdomen e inmovilizar con sus piernas los brazos del joven.
Posteriormente, con las manos presionó el cuello de González Lorca para darle muerte. Una vez inerte, el condenado se apropió de algunos objetos de valor de la víctima, además de desvestirlo completamente de la cintura hacia abajo, luego de lo cual abandonó el lugar del crimen.