El tema pesca le pena a Zaldívar: “Algunos piensan que soy un ladrón o un sinvergüenza”
El tema Pesca le pena a Andrés Zaldívar Larraín, y así lo asume el histórico político democratacristiano que a sus 86 años presenta su libro de memorias.
“El Chile que he vivido” (Editorial Catalonia) es el nombre de su voluminoso libro que se lanza este jueves en el ex Congreso Nacional con la presentación del expresidente Ricardo Lagos y la periodista Mónica González.
En el capítulo 14 del libro, que lleva el nombre de “un nuevo ciclo político, escándalos, sensacionalismo mediático y una imputación injusta”, el exministro y el exsenador cuenta su “verdad” en torno al tema pesquero.
En ese contexto, Zaldívar asume que la ley que le generó "la situación más compleja en su historia parlamentaria durante ese primer periodo como presidente del Senado fue la llamada polémica Ley Corta de Pesca de 2002”.
“Algunos deben pensar que he sido un ladrón o un sinvergüenza o que me he enriquecido ilícitamente. Gracias a Dios, he vivido una vida transparente y limpia; mi propia historia y trayectoria política dan cuenta de ello”, escribe a modo de descargo.
El escándalo se destapó a partir de una denuncia en el programa “El Termómetro” de Chilevisión, en noviembre de 2012, cuando el economista Marcel Claude denunció a Andrés Zaldívar y su hermano Adolfo por “conflicto de interés” en la tramitación de la normativa.
El entonces presidente de la Fundación Terram acusó que el clan Zaldívar poseía acciones en la empresa pesquera Eperva, del grupo Corpesca del clan Angelini. Según dice Zaldívar en sus memorias, se trataba de una “ínfima” cantidad de papeles.
“Mi respuesta ha sido siempre tajante: no solo no he sido ni soy dueño de ninguna empresa pesquera, jamás he sido propietario ni de un bote de remos (…) tal vez sí una caña de pescar”, dice.
Zaldívar fue criticado frontalmente por algunos de sus pares, como los entonces senadores Nelson Ávila y Alejandro Navarro que solicitaron su inhabilitación. De acuerdo al político DC, “fui víctima de una campaña artera que no solo puso en duda mi honorabilidad, sino que además manchó mi trayectoria política por largo tiempo transformándose en un tema recurrente para la opinión pública y en una suerte de posverdad”.
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Angelini, un “italiano sencillo y agradable”
[caption id="attachment_795336" align="aligncenter" width="613"] Portada del libro que se presentará en el ex Congreso Nacional.[/caption]
En el libro, Andrés Zaldívar defiende a brazo partido a Anacleto Angelini, patriarca de una de las 7 familias dueñas del mar chileno y fundador de Corpesca.
Dicha empresa tiene el oscuro registro de ser la primera persona jurídica condenada por la Ley 20.393, culpable del delito de soborno a funcionarios públicos por la tramitación de la Ley Longueira.
Zaldívar cuenta que su nexo con Angelini se remonta desde la década de los ‘60 cuando su hermano Felipe, “recién titulado como ingeniero comercial ingresó a trabajar el tema contable en algunas de sus empresas”.
El cuadro que pinta Zaldívar de Angelini es elogioso: dice que fue un "gran empresario destacándose por su notable aporte al desarrollo industrial del país”. Lo define como un “italiano sencillo y agradable” y “a diferencia de otros empresarios chilenos jamás se sintió interpretado por la dictadura y tampoco participó en las privatizaciones”.
“Nunca me he avergonzado de la relación personal que tuve con él; al contrario, la valoro y estimo pues siempre fue mutuo respeto”, señala. “Jamás me hizo una petición o insinuación indebida, ni ejerció presión alguna durante los años en que me desempeñe como senador”, sostiene en sus memorias, descartando de plano haber sido pauteado por el magnate.
Dado el revuelo producido en la tramitación de esa normativa, Zaldívar optó por inhabilitarse “voluntariamente” de la votación de la ley que en definitiva fue aprobada por una importante mayoría. Ante las acusaciones, recuerda, recibió gestos de apoyo de sus pares de la Cámara Alta, del entonces Presidente Ricardo Lagos y del ministro y actual senador José Miguel Insulza.
La Ley Longueira
Pero el tema no quedó ahí y resurgió una década más tarde, en el 2012, con la tramitación de la nueva Ley de Pesca, conocida como Ley Longueira.
La nulidad de esta legislación se discute ahora en la Comisión de Constitución del Senado, tras una abrumadora aprobación en la Cámara de Diputados, que le bajó el pulgar por los hechos de corrupción que implicaron a pesqueras y parlamentarios en su tramitación.
Al momento de su discusión, y a diferencia de 2002, Zaldívar optó por no inhabilitarse. “Se me volvió a acusar de conflicto de interés, increpándoseme de que no estaba en condiciones de votar. En esa oportunidad, sin embargo, no cedí y no me inhabilité”, asegura.
De acuerdo al político DC, participó en la votación en general y después se pronunció en cada materia que “me parecía importante, protegiendo ante todo la verdadera pesca artesanal, la de los pequeños pescadores, no aquellos que se hacen pasar como tales”. Recuerda que en la tramitación, impulsó la idea de un Indap pesquero, y empujó propuestas como establecer un sistema exclusivo para la primera milla y la cinco millas, y un control satelital para evitar la piratería.
Asegura que “ni siquiera se acercó” a la Comisión de Pesca del Senado, y “nunca hice indicaciones en relación con la pesca industrial”. “Puedo decir que voté en conciencia. Si se revisan las actas del Senado (…) podrá constatarse que me mantuve una absoluta imparcialidad al respecto”, dice.
Pese a ello, Zaldívar asume que la polémica lo ha marcado de por vida. “Este tema a mí me ha significado un ataque reiterado y un daño personal a mi vida pública y privada. Indudablemente me jugó en contra de mi candidatura (senatorial) por la Región del Maule en 2009”, recuerda. En particular, menciona una visita a Constitución para una cita con dirigentes de pescadores artesanales, “donde ingresé al lugar bajo una lluvia de gritos e improperios”.
Zaldívar no lo menciona, pero en 2017 el tema volvió a perseguirlo en un encuentro en Licantén, cuando fue increpado por un asistente. “Es hora de que se vaya, es hora de que renuncie a la política, señor. Es un corrupto”, le dijo un manifestante, tras lo cual el candidato a la reelección senatorial le dio un empujón. En la prensa de la época, el episodio fue bautizado como el “minuto de furia” de Zaldívar.
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El político DC se querelló por injurias contra Claude, pero finalmente el economista y excandidato presidencial salió absuelto. De todos modos, Zaldívar le dedica duras palabras en el cierre del capítulo: “Claude pronto terminó hundiéndose sólo, mostrándose como un personaje complejo, tremendamente obsesivo y conflictivo que ante todo y a cualquier costo lo que ha buscado es figurar y estar en primera plana. Donde ha puesto el pie ha salido con problemas”.
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