Jaime Bassa a 9 días del Plebiscito: “Fracasamos, pero las derrotas nunca son definitivas”
A nueve días del Plebiscito de salida, que consagró un rotundo triunfo del Rechazo a la propuesta constitucional, el exvicepresidente de la Convención Constituyente, Jaime Bassa, rompió el silencio para referirse a los resultados.
Bassa, considerado uno de los convencionales más influyentes del órgano constituyente, publicó una columna en El Mostrador titulada “Un proceso constituyente que no se detiene”. Y parte así: “Ha sido una difícil semana, una semana de reflexión, pues la contundente derrota electoral fue un golpe muy duro para quienes creemos en la necesidad de construir un país desde la justicia social y la inclusión”.
En el artículo, el abogado y académico pasa revista a “las razones del Rechazo”, no elude “las responsabilidades de la Convención” y pese a la derrota del Apruebo se muestra esperanzado en que “los procesos de cambio no se detienen”.
“Lo cierto es que la Convención Constitucional fracasó en su intento por cambiar dichas relaciones de poder. Quiso ejercer el poder constituyente para recoger el mandato popular recibido en las urnas y dotar de mayores herramientas de cambio y justicia social al pueblo de Chile, pero fracasó en el intento. Quiso soñar con una Constitución escrita en democracia que cambiara el modelo y fracasó. Quisimos. Fracasamos”, indica.
Hablando de su propio rol, Bassa señala que “como primer vicepresidente de la Convención tengo una responsabilidad política por lo que ocurrió en el plebiscito del 4 de septiembre, que no deseo desatender ni eludir”.
Su análisis
Bassa señala que “hay distintos Rechazo” y “lo cierto es que el Rechazo encontró la forma de conectar con distintos sentires populares y esa es una derrota para quienes hemos estado empujando los cambios sociales que apuntan hacia estadios de mayor igualdad”.
También asume que “debemos considerar la crítica al trabajo de la Convención, alimentada por algunos hechos y conductas imputables a sus integrantes, que fueron inteligentemente amplificadas durante el año de trabajo y, en especial, en la campaña, presentados como si hubiesen sido la regla general. El descrédito de la Convención fue la antesala del descrédito a los contenidos de la nueva Constitución”.
De acuerdo con el académico, “la propuesta de nueva Constitución no consiguió contrarrestar la propaganda del Rechazo, que logró aglutinar en una sola opción, distintas razones, temores o reacciones”.
Y a la hora de evaluar las responsabilidades de la Convención, Bassa se desmarca de algunas lecturas señalando que “se ha hablado de narcisismos y de faltas de liderazgo, llevando el análisis a un terreno culposo más propio de la moral cristiana que de la política”.
“Creo que hay más interés en identificar prontamente a “los culpables” para cerrar el capítulo, lavar ciertas imágenes y –eventualmente– abrir otro proceso, que en señalar las limitaciones políticas que han impedido –no solo ahora, sino que a lo largo de las últimas décadas– dotarnos de un orden constitucional democrático”, sostiene.
Entre los problemas internos de la Convención, asume que “no supimos contener el –a ratos– excesivo ánimo refundacional, que levantó barreras para el diálogo político”, pero además acusó que la “derecha, más radical, colonizó por completo su bancada” y al interior de la Convención no sopesaron “el impacto que tendrían los grupos de presión en el proceso constituyente y haber establecido con ellos canales de diálogo más fluidos y permanentes”.
“Pero no nos perdamos: lo que está en disputa no es cómo trabajó la Convención, tampoco sus errores, los del Gobierno o del comando durante la campaña, ni las debilidades o indeterminaciones del texto constitucional propuesto. Lo que ha estado en disputa, que se acentuó después del plebiscito de entrada, es la posibilidad de empujar un proyecto de justicia social para Chile, que garantice derechos y termine con los abusos”, señala.
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La continuidad del proceso
En cuanto al proceso que se abre, el exvicepresidente de la Convención plantea que “como hemos visto luego del plebiscito de salida, la llave para todos los cambios sociales la tienen quienes han defendido con firmeza el proyecto constitucional hoy vigente. Ahora entraremos en un bucle que no va a ser fácil de superar, puesto que vuelven a empezar las discusiones sobre el mecanismo para redactar la nueva Constitución, tal como en 2009, 2013, 2015-16, 2019”.
En cuanto a la conformación del futuro órgano constituyente, Bassa advierte que en esta materia “la forma es el fondo: el contenido de la nueva Constitución siempre estará determinado por quienes participen en su redacción: si son parlamentarios en ejercicio o representantes del pueblo elegidos al efecto, si se abre la participación ciudadana o se vuelve a cerrar, si hay paridad, si representantes de los pueblos originarios se sientan a la mesa en condiciones de igualdad o no”.
Con todo, deja en claro que la discusión no parte de cero, porque "a diferencia de las anteriores discusiones sobre el mecanismo, hoy las condiciones de la deliberación son diferentes: ahora sí hay una propuesta de contenidos sobre la mesa”. "Tenemos sobre la mesa un proyecto político acerca del cual podremos seguir discutiendo (…) Hoy tenemos un texto que muestra una hoja de ruta por la que podemos transitar y trabajar en conjunto”, dijo.
“Las derrotas nunca son definitivas y creo que tenemos la responsabilidad de defender, con fuerza y convicción, las ideas que fueron plasmadas en la propuesta de nueva Constitución (…) Es un horizonte con el que tenemos derecho a soñar. Nada de esto ha sido en vano”, finaliza.
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