Europa se alista para un invierno de inestabilidad energética tras seis meses de guerra
A escasos días de que se cumplan seis meses de la invasión rusa de Ucrania, Europa se prepara para un invierno de inestabilidad energética, especialmente en las economías más dependientes del gas, como Alemania, Italia o los países bálticos, donde los precios se han disparado en los últimos meses.
En mercados tensionados desde el pasado año por la brusca recuperación de la actividad tras la pandemia y el encarecimiento de las materias primas, la posición de Moscú ha agravado la situación del Viejo Continente, en el que el megavatio hora (MWh) de la electricidad se ha situado, por momentos, en 4.000 euros esta semana.
Europa sufre los daños colaterales de un conflicto en el que Bruselas ha adoptado una manifiesta postura crítica con Rusia, con el embargo parcial del petróleo procedente de este país, y la reducción gradual de su dependencia energética de la antigua potencia soviética.
Sin embargo, en España, la aprobación de la "excepción ibérica" junto a Portugal para topar el precio del gas destinado a la generación eléctrica, sumada a su escasa dependencia de los suministros rusos, la colocan en una situación más favorable.
La electricidad, disparada en toda Europa
Los efectos de la guerra en Ucrania se están sintiendo especialmente en el mercado de la electricidad, vinculado a la propia evolución del gas al servir para la producción de luz, con niveles históricamente elevados en las principales economías de los Veintisiete.
Tanto en Alemania, donde esta misma semana el precio de la electricidad alcanzó un nuevo récord, como en Francia e Italia, en las últimas semanas se han superado de manera generalizada los 500 euros/MWh.
Una problemática similar se da en los países bálticos -Estonia, Letonia y Lituania- en los que el MWh se disparó hasta los 4.000 euros el pasado miércoles, según los históricos de Nord Pool consultados por Efe.
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"Excepción ibérica atenúa el efecto
Solo España y Portugal se mantienen en niveles relativamente bajos en el contexto actual, situándose en el entorno de los 250 euros/MWh gracias a la "excepción ibérica", el acuerdo alcanzado por ambos países con la UE, que limitará el precio del gas hasta mediados de 2023.
Por ejemplo, la electricidad marcará este sábado en España un precio medio de 287,05 euros/MWh, un valor que se sitúa un 47 % por debajo del máximo histórico registrado el pasado 8 de marzo (544,98 euros/MWh), casi dos semanas después del inicio de la invasión de Ucrania.
El gas escala a niveles récord
Detrás de estos altos precios está el encarecimiento del gas natural -materia prima que se emplea para generar electricidad en las centrales de ciclos combinados y cuyo principal exportador de la UE ha venido siendo Rusia-, en niveles récord durante el verano.
Concretamente, el precio del gas TTF para entrega en septiembre en el mercado holandés, de referencia en Europa, marcó ayer un nuevo récord de 247,6 euros/MWh, después de que la empresa estatal rusa Gazprom anunciara una nueva parada de mantenimiento en el gasoducto Nord Stream por el que bombea gas a Alemania.
Los precios de esta semana son superiores al récord anterior, alcanzado 7 de marzo, y hacen presagiar un invierno complicado ante la alta demanda tanto de Europa, que aspira a llenar sus reservas hasta un mínimo del 80 % antes de que empiece el invierno, como de Asia.
Por el contrario, el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) se mantiene por debajo, con un precio que ha superado esta semana los 160 euros/MWh y que se utiliza para calcular el ajuste a abonar tras el tope al gas, aún fijado en 40 euros/MWh, para compensar a las centrales que usan esta materia.
La gasolina otorga un respiro
En cuanto a los carburantes, que cuando comenzó el conflicto marcaron récords en toda Europa obligando a los diferentes gobiernos a establecer rebajas impositivas y ayudas directas, su escalada se ha frenado en los últimos meses.
Así, la gasolina se paga actualmente en Europa a una media de 1,774 euros el litro, prácticamente al mismo precio que cuando comenzó la guerra (1,75 euros), mientras que el gasóleo, que se sitúa en 1,804 euros, es 11% más caro.
La caída de los carburantes, que acumulan ocho semanas a la baja, viene impulsada por la cotización del petróleo, con tendencia a la baja por una posible para económica, y que se sitúa sobre los 95 dólares por barril en el caso del Brent, de referencia en Europa.
No obstante, el miedo a que la oferta se reduzca una vez los embargos al petróleo ruso comiencen a entrar en vigencia ha provocado un ligero repunte durante los últimos días, a lo que se ha sumado un leve incremento de la demanda.