Exposición de Álvaro Hoppe: Una multitud en el MAC Parque Forestal, a días del Plebiscito
Un museo así de lleno, en pleno 2022, año 3 de la pandemia, cuando la realidad se empantalló en el streaming y la palabra presencialidad fue garantía de mascarillas, procedimientos, aforos y pases de movilidad. Y además un jueves a la hora de la salida de los trabajos, en las inmediaciones de ese campo de batalla en que se convirtió el Parque Forestal desde el estallido del 2019, cuando la probabilidad de toparse con alguna barricada aún no deja de ser cierta. Como diría el humorista Bombo Fica: “sospechosa la weá”.
Cualquiera podría pensar que con semejante convocatoria, la ciudadanía está ávida de conocimiento y cultura, que los museos en Chile viven un muy buen momento, con excelente afluencia de público. O que los artistas que exponen son efectivamente genuinos rockstars con fanaticadas fieles. Y por ahí va la cosa. La sorpresa se producía sin duda porque eran varias inauguraciones simultáneas en un acto de reapertura y retorno a la presencialidad, produciéndose la confluencia de distintos públicos. Lo cierto es que la flamante primera rectora de la Universidad de Chile, la profesora Rosa Devés, pronunció un discurso que se perdió en el eco del edificio y dio paso al sonido del descorche de champañas en el cóctel del evento.
Llegados a este punto, es necesario aclarar que este reportero asistió a esta ceremonia como invitado a la inauguración de la muestra “Plebiscito en Chile, 1988”, una recopilación de registros del destacado fotógrafo Álvaro Hoppe, curada por su colega Alexis Díaz Belmar. Y confiesa también que no sabía que de entrada se iba a topar con otras muestras, como la del artista visual Norton Maza, “Analogías de la realidad”, que en el hall central del museo, daba a la masiva concurrencia una espectacular e incendiaria bienvenida.
Se trataba de un guanaco, es decir el carro lanza-aguas de Carabineros, estrellado contra una barricada como si hubiese caído directo desde el cielo, es decir puesto en un equilibrio mágico, “de hocico” contra el suelo. No vale la pena intentar describirlo, mejor verlo. Pero digamos que hay dos guacamayos parados en el trasero del guanaco. Es feroz. La forma, el tamaño, el color, la posición, es una gigantesca mancha en el espacio visual del hall del museo. Ese poderoso simbolismo, la irrupción prepotente de una violencia tan desmedida como absurda, esa agresión, es la carne de esta obra e intervención de Norton Maza, artista visual que ya en anteriores creaciones ha demostrado su genialidad para elaborar imágenes más que sugerentes, políticas, transgresoras y siempre con esa cuota de magia, de desafío a la ley gravedad por ejemplo.
Ahora, dicha sea la verdad, la multitud asistente era tal, que resultaba un despropósito tratar efectivamente de recorrer cada una de las muestras y salas del museo. Sin embargo, y dada la invitación que mediaba en nuestra presencia, nos las ingeniamos para llegar al segundo piso atravesando una atestada y estrecha escalera. Y allí, rodeados de las fotografías de Álvaro Hoppe, es decir, rodeados de un pedazo contingente de historia del país, rodeados del entierro de Rodrigo Rojas, de los degollados y de la campaña del terror del SÍ y de la campaña de la alegría del NO, conversamos con Alexis Díaz Belmar, fotógrafo y amigo de este humilde servidor.
Álvaro Hoppe Guiñez y Alexis Díaz Belmar se conocen y han participado en proyectos juntos desde hace unos 20 años. Hoppe es un fotógrafo cuyas imágenes están en la memoria colectiva, precisamente por su rol durante la dictadura militar. Y para no abundar en lo que ya se ha dicho y con mejor pluma, recomendaré a este respecto la lectura de lo que escribió en este mismo medio el escritor Pablo Azócar.
Ahora bien, esta exposición, de la que Díaz es curador, tiene como antecedente directo el libro homónimo que se lanzó en octubre del 2020, y que se exhibe igualmente ahora en el centro de la sala. “Plebiscito en Chile, 1988” fue publicado por Galería Zebra y Haiken Ediciones (que significa imagen en lengua selknam). La presentación estuvo a cargo de la escritora Premio Nacional de Literatura, Diamela Eltit. Todo esto obviamente, de manera virtual, desde la plataforma del Museo de Arte Contemporáneo On Line, por zoom, durante la pandemia.
Díaz aclara que fue mucha la gente que colaboró para que todo esto fuese posible, el libro y la exposición. Destaca el aporte del Centro de Patrimonio Fotográfico CenFoto, que ordenó y permitió acceder al archivo ordenado de Hoppe. “Veníamos hablando desde el 2014 o 2015 de hacer algo con ese material de Álvaro, el 2018 ya empezamos a hacer el libro del Plebiscito, y entonces sobrevino el estallido. Desde ese momento cobró otra importancia, urgencia y relevancia hacer algo con las imágenes de Hoppe de la dictadura y del Plebiscito. De cara hoy a un nuevo momento histórico en que el pueblo puede decidir si borrar o no el legado de la dictadura.”
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Es decir que nada es fortuito ni inocente, que hay un evidente gesto político. Es imposible, de cara al plebiscito del 4 de septiembre próximo, no recordar y pensar en el plebiscito del Sí y el No. Era otro país. Pero sigue siendo el mismo. La proporción 40/60. De nuevo la campaña del terror versus la campaña colorida. 1988-2022. Pliegue histórico, pliegue de sentido. Asistir a esta exposición fotográfica es formar parte de esa alegría una vez más. No es posible no entender la continuidad. El llamado Estallido Social del 2019 fue una revolución. Las imágenes de la pobreza o de la tortura a manos de las fuerzas represivas. La vigencia de esas fotografías. Por eso al salir del museo, volver a pasar por el guanaco de hocico genera un estado anímico exultante. Y no puede uno sino sentir una bofetada cuando descubre al pasar, que hay también allí entre el gentío, quienes asisten a la inauguración de una exposición de Viera Gallo.