“¿Por qué los pobres no podían vivir en Las Condes?”: Libro retrata la historia de la Villa San Luis
“Huellas de Resistencia. Villa San Luis, el último bastión de Allende” es el título de la publicación que, a través de diversas crónicas, narra la historia de este emblemático proyecto habitacional de la Unidad Popular.
El libro, escrito por los periodistas de la Universidad de Chile, Constanza Romero y Felipe Santibáñez, será lanzado el próximo 17 de agosto a las 19:30 horas en el Centro Cultural de España (CCE Santiago), con la participación de Carlos Montes, ministro de la Vivienda y Urbanismo, Daniel Jadue, arquitecto y alcalde de Recoleta y Miguel Lawner, arquitecto, ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu) y Premio Nacional de Arquitectura (2019), junto a los pobladores que habitaron en la villa y fueron desalojados del lugar.
El relato de los protagonistas
Bajo el gobierno de Salvador Allende, se levantó un proyecto urbanístico revolucionario. Se construyeron viviendas sociales en Las Condes para la gente que vivía en los campamentos de la comuna y que año a año sufría con las subidas del río Mapocho. Este conjunto habitacional se llamó Villa San Luis. “¿Por qué los pobres no podían vivir en una comuna acomodada si tenían sus trabajos ahí?, ¿por qué íbamos a mandar a la gente a La Pintana?”, se preguntaba antes y también ahora el arquitecto, ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu) y Premio Nacional de Arquitectura (2019), Miguel Lawner.
Se cristalizó el sueño de la casa propia, pero luego vino el desalojo de estas familias en camiones de basura hacia las comunas de las periferias de Santiago durante la dictadura. Este libro -publicado por Ediciones Cinco Ases- le da voz a las personas que fueron humilladas y despojadas de sus viviendas.
“Este libro tiene un mérito muy singular: el relato de protagonistas que nunca habíamos registrado con tanta autenticidad y dramatismo. Asoma el recuerdo de los días felices en sus departamentos y nos enteramos de los procedimientos, bárbaros e inhumanos, de los militares por el Ejército, aún comandado por Pinochet, amparado por gobiernos democráticos. Y conocemos la demolición de los bloques de vivienda social más nobles. Es una gran contribución al rescate de la memoria histórica”, destaca el Premio Nacional de Arquitectura.
Los recuerdos y las experiencias felices que tuvieron los pobladores en la Villa San Luis, quedaron atrás el 11 de septiembre de 1973. El mismo día del Golpe de Estado, los militares irrumpieron en la Villa y ya nada volvió a ser como antes. Eran los “comunachos” o “rotos” de Las Condes, un lunar que debía ser extirpado de la comuna. Pese a que los pobladores eran propietarios de sus viviendas y las adquirieron con su propio esfuerzo, los militares tomaron posesión de dichos terrenos. En aquella época era imposible reclamar y el retorno a la democracia sólo trajo justicia en la medida de lo posible. Los desalojaron en camiones de basura. Muchos vecinos aún dicen sentir el hedor en sus narices.
De vivir en un sector acomodado, los pobladores llegaron a unos departamentos en un estado deplorable, algunos sin servicios básicos y que tuvieron que reconstruir para poder vivir en condiciones dignas. Pasaron los años y la situación empeoró. Tras el desalojo, el Ejército vendió el terreno a inmobiliarias e inició el proceso de demolición de la villa. En ese momento, los vecinos decidieron dar una última batalla por recuperar parte de lo que alguna vez les perteneció. Luego de una ardua lucha, lograron que el lugar se declarase Monumento Histórico Nacional.
“En esta publicación conocemos la demolición de los bloques de vivienda social más nobles levantados en nuestra historia, faena emprendida por la inmobiliaria que adquirió del Ejército el conjunto habitacional para levantar un elegante conjunto de edificios comerciales. También sabemos la suerte corrida por los únicos dos bloques sobrevivientes de la masacre, defendidos por integrantes del Comité Villa San Luis hasta lograr su designación por el Consejo de Monumentos Nacionales. También nos enteramos del acuerdo que permitirá levantar sobre ellos un museo de la memoria. Este libro servirá de insumo para el concurso que se convocará para el desarrollo de esta entidad cultural”, finaliza Miguel Lawner.