Acuerdo de Escazú avanza en el Senado: Solo falta su votación en la Sala de la Cámara Alta
El Acuerdo de Escazú, el primer tratado ambiental de América Latina y el único del mundo que contiene disposiciones específicas sobre la protección de activistas, avanzó este lunes en el Senado y enfrentará mañana martes su votación en la Sala de la Cámara Alta, con lo que puede convertirse en ley.
Por siete votos a favor y dos abstenciones, las comisiones de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores de la Cámara Alta aprobaron en una votación conjunta el pacto, una de las promesas de campaña del Presidente Gabriel Boric y una de sus primeras medidas.
"Es una muy buena noticia para el país que profundizar la democracia ambiental sea visto como una política de Estado", indicó la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas.
[Te puede interesar] Pasa al Senado: Cámara de Diputados aprueba la firma del Acuerdo de Escazú
El acuerdo, agregó la funcionaria, brindará "mecanismos efectivos para enfrentar la triple crisis que vivimos: la crisis climática, la crisis de biodiversidad y contaminación y la crisis social".
Escazú, cuyo nombre oficial es Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, entró en vigor el pasado abril y ya ha sido ratificado por 12 países, aunque originalmente fue firmado por 24.
En caso de aprobarse finalmente, Chile se uniría a Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Uruguay.
[Te puede interesar] Lanzan guía de capacitación para defensores ambientales sobre el Acuerdo de Escazú
El expresidente Sebastián Piñera fue uno de sus principales impulsores a nivel regional durante su primer gobierno, pero al final de su segundo periodo se negó a firmarlo.
Una semana después de asumir el cargo, en marzo pasado, Boric envió al Congreso el proyecto de adhesión a este importante tratado internacional para Latinoamérica, la región más mortífera para los defensores ambientales, según la ONG Global Witness.