Los cuestionados negocios entre SQM Salar y el presidente del sindicato de la empresa
En marzo de este año, el principal sindicato de trabajadores de SQM Salar, filial de la conocida minera no metálica vinculada a Julio Ponce Lerou, difundió un comunicado a los trabajadores. “Con esta fecha acusamos el recibo de la carta con la invitación a negociar anticipadamente por parte de nuestra empresa empleadora”, fue parte del mensaje firmado por el sindicato.
Claudio Castillo Barraza, dirigente sindical por 12 años y cabeza de la organización de trabajadores, fue a quien le correspondió un rol protagónico en las negociaciones. Sin embargo, la gestión de Castillo ha sido objeto de críticas y cuestionamientos al interior de la compañía, a quien acusan de ser “pro empresa” y de protagonizar una serie de hechos desafortunados.
Fue en 2015 cuando estalló el caso de boletas falsas y financiamiento ilegal de la política conocido como “Caso SQM”. Ese mismo año, El Mostrador hizo pública una serie de antecedentes sobre la opaca relación entre SQM Salar y Castillo. Las denuncias buscaban mostrar que las presuntas prácticas de ofrecer beneficios para lograr aliados políticos en el Congreso, también se habrían dado dentro de la empresa.
En esa oportunidad se denunciaron triangulaciones de dinero a través de un club deportivo, además de acusaciones de entregas de beneficios a dirigentes sindicales para “mantener el orden y evitar conflictos”. También, trabajadores de la compañía críticos del sindicato, dieron cuenta de amenazas y advertencias de desvinculación.
En esta oportunidad, sin embargo, la situación habría escalado a compras por parte de la compañía a una empresa de propiedad directa del presidente del Sindicato de Trabajadores SQM Salar. El Desconcierto tuvo acceso a documentos internos que dan cuenta de la relación comercial entre SQM Salar y la empresa de Claudio Castillo. Todo esto ocurrido pocas semanas antes de una nueva negociación colectiva.
Más de $30 millones en contratos
En septiembre de 2016, cuando ya era dirigente sindical, Claudio Castillo creó la sociedad Blue Service SpA, en Antofagasta. De acuerdo a la información del Diario Oficial, Castillo es el único propietario de la empresa y dentro de su giro incluye servicios de publicidad; comercialización de trofeos, galvanos, medallas; confección de timbres y copia de llaves; fabricación de ropa de trabajo y de accesorios de vestir.
Fue esta empresa creada por Castillo con la cual la filial de SQM realizó transacciones para la compra de distintos artículos. Entre noviembre de 2020 y enero de 2022, en al menos ocho ocasiones SQM Salar emitió órdenes de compra a Blue Service. En ese plazo de alrededor de 1 año y dos meses, la minera desembolsó más de $30 millones en compras para la empresa de Castillo.
Los objetos que Blue Service vendió a SQM son principalmente de índole deportiva. Camisetas de fútbol, poleras de running, balones, shorts, galvanos y medallas fueron parte de las transacciones.
La orden de compra más cuantiosa a la que este medio tuvo acceso corresponde a la adquisición de casi 400 camisetas con logos, de distintas tallas y por un valor promedio de alrededor de $15 mil cada una. La orden se emitió en octubre del año pasado y ascendió a un total de $7.239.960.
A la anterior, se agrega $6.661.358 por la adquisición de 162 galvanos de madera, 334 medallas y 32 petos en sublimación por una orden de compra emitida el mismo mes.
Si bien la mayoría de las transacciones tuvo que ver con elementos deportivos, SQM Salar también emitió compras por chalecos geólogos, un tipo de indumentaria de seguridad que se utiliza por los trabajadores de la empresa para sus labores industriales. Es decir, para la operación de la empresa. Fueron $3.579.330 por la compra de estos chalecos geológicos estampados con el logo corporativo. SQM compró 165 chalecos en marzo de 2021 por $19.400 cada uno.
En concreto, el total de las órdenes de compras sumó $31.626.571. La última de las órdenes se emitió el 13 de enero de este año, solo dos meses antes de que la compañía invitara al sindicato a la negociación anticipada.
“Hay un conflicto de interés evidente”
“(...) aquí, lo que uno ve, de buenas a primeras, es que hay un conflicto de interés manifiesto”, dice el profesor Luis Lizama, abogado experto en derecho laboral y académico de la Universidad de Chile. “No parece razonable que quien representa a los trabajadores tenga una relación comercial con la contraparte, ese es el punto”, agrega.
Sin embargo, de entrada Lizama lanza una aclaración: “no hay ningún tipo de regulación que impida que una sociedad de propiedad del director sindical, o que tiene alguna participación, pueda proveer servicios a la empresa a la cual trabaja y que además represente a los trabajadores”. Es decir, los negocios entre trabajadores y los empleadores no es algo que esté regulado, incluso tratándose de dirigentes sindicales.
El jurista explica que este tipo de situaciones que puedan conllevar un conflicto de interés es materia de regulación interna de la compañía. “Ese conflicto de interés suele ser regulado por las empresas en el reglamento interno o derechamente en el código de conducta”, detalla. No obstante, el abogado enfatiza en que “no está prohibido, pero parece ser que hay conflicto de interés evidente”.
Lizama comenta que generalmente las empresas establecen deberes de informar posibles conflictos de interés y en otras ocasiones más complejas se establece la prohibición de ciertas relaciones. Sin embargo, el tema se mantendría dentro del ámbito privado de la empresa y quien puede hacer valer estos sería el propio empleador, no las instituciones públicas.
Para Eduardo Caamaño, abogado laboralista y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el caso de Castillo con SQM “se ve extraño”. Pero, en la misma línea de Lizama, sostiene que “yo veo que la alarma que se enciende es más bien de carácter ético”.
Caamaño considera que Castillo “al ser el presidente del sindicato, tiene una responsabilidad con quienes lo eligieron, esto supone que tiene que mantener una relación de independencia y autonomía frente a la parte empleadora”.
“El riesgo que uno puede ver en abstracto desde el punto de vista ético, es que tal vez como dirigente podría ser que -en base a los intereses económicos que tiene como empresario- sus intereses ya no estén tan alineados con lo colectivo sindical, sino que podría estar más alineado con la empresa”, agrega.
El académico ejemplifica con el caso de una negociación colectiva: “(...) si hay una relación comercial, uno podría tener legítima sospecha de que no hay tanta imparcialidad o transparencia, por eso el sindicato debería estar informado de esa situación, a lo menos, y asumir algún tipo de acción”.
El abogado enfatiza en que “quienes deberían asumir algún tipo de acción, si eso les parece cuestionable, son las propias bases del sindicato”. Para esto, los trabajadores tienen la posibilidad de censurar al directorio del sindicato y luego poner fin al mandato de la mesa directiva.
Finalmente, sostiene que en el caso hipotético en que se pudiese comprobar que las compras a Blue Service se hicieron con la finalidad de influir sobre la posición del sindicato “se podría estar configurando una práctica desleal”. La práctica desleal es un comportamiento “lesivo de la libertad sindical”. En caso de configurarse puede acarrear multas para la empresa, además de obligación de indemnizaciones por parte de la misma y del dirigente sindical.
El Desconcierto se contactó con SQM Salar para conocer sus comentarios sobre los negocios celebrados con Castillo, si es que hubo más órdenes de compra a Blue Service y cuál fue el destino de los implementos comprados, pero declinaron referirse al tema. Por otro lado, esta redacción intentó conversar con Claudio Castillo, quien no contestó a los reiterados mensajes y llamadas.