Claudio Narea: "En Los Prisioneros siempre ha habido dos clases sociales"
El ex integrante de Los Prisioneros se apresta a participar esta noche en el concierto de homenaje y lanzamiento del libro sobre el Café del Cerro, el emblemático espacio cultural en el barrio Bellavista que no solo realzó el Canto Nuevo sino nuevas tendencias musicales. Allí Los Prisioneros realizaron conciertos cuando estaban comenzando su carrera, y posteriormente los Profetas y Frenéticos, banda que Narea formó en los 90.
Con polera, chaqueta y zapatillas, gafas y pelo largo o más corto, Narea se mantiene activo. Los vimos en el cierre de campaña de Boric, recorriendo el país para tocar, dictar talleres o presentar su libro Biografía de una amistad. El músico publicó hace algunos años su versión sobre la historia de amistad con Jorge González y Miguel Tapia, además de los encuentros y desencuentros entre ellos. Ya va en la tercera edición del libro que partió con la editorial Norma, pero que posteriormente ha corregido y aumentado para autopublicar y vender él mismo. Como parte de esta labor editorial, estará la próxima semana en la Feria del Libro de La Serena presentándolo. También anuncia tocata el 24 de abril en el Bar Cuento Corto en el barrio República.
Café del Cerro a tablero vuelto
-Cómo recuerdas el Café del Cerro y tus primeros conciertos ahí?
El Café del Cerro fue un sitio que empezamos a frecuentar desde el año 85-86. Me acuerdo que era muy agradable para nosotros tocar ahí. El otro día escuchaba a Mario Navarro, el dueño del Café, decir que ellos tenían todo un ranking de cuándo se llenaba más y que el número uno era Eduardo Gatti que había metido trescientas y tantas personas, y cuando aparecieron Los Prisioneros… bueno, nosotros superamos ampliamente el ranking que tenían hasta ese momento. No sé cuántas personas metimos nosotros, pero fueron como cuatrocientas. Y eso que cabían doscientas.
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No sé cómo se lograba meter tanta gente en un lugar tan pequeño, pero es la verdad: se repletaba el Café del Cerro cuando actuábamos nosotros. Y esos son los recuerdos que tengo; recuerdos que además también son fuera del Café porque Mario Navarro nos organizaba las giras y presentaciones en Valparaíso, las giras por Chile. Tuvimos mucho contacto con el Café por esa razón, porque él fuera del Café también organizaba estos eventos. La gira por Chile, del año 87, la organizó toda Mario y fue muy exitosa. Así es que del Café tengo los mejores recuerdos.
-En la serie Los Prisioneros de Movistar sale una escena ambientada ahí en que Jorge González se pica con el público y los trata de lanas que no saben nada de música
Esa escena, yo no he visto la serie… Recuerdo que hubo otros momentos de Jorge, que era para improvisar entre medio de las canciones o en las canciones incluso. Recuerdo un momento donde que se pica con la gente. No creo que haya sido en el Café del Cerro. Más bien me acuerdo del Anfiteatro de San Miguel, año 84. Ahí tocamos frente a una cantidad importante de público en lo que hoy día es el Jumbo, ahí en gran Avenida, que en ese tiempo era un anfiteatro. Tocamos con puras bandas rockeras, muy rockeras en el fondo al lado de nosotros, rockeras de los 70 como Led Zeppelin, Deep Purple. Ahí se produjo un altercado, la gente nos empezó a pifiar y sí, sucedía poco, pero sucedía algunas veces, pocas veces… y el resultado fue loco. Algunos aplaudían y otros estaban muy enojados, así era cuando sucedió. Al menos me acuerdo de una, pero podría haber sido en otro lado también.
"A raíz de la serie dejamos de tocar con Miguel"
-A propósito de esa serie, ¿qué te ha parecido y como ha contribuido a distanciar aún mas a los ex Prisioneros?
Respecto a las series, por que han sido dos, pero la última sobre todo… es algo que yo cuento en el libro, todo lo que pasó con las series. Efectivamente a raíz de la serie dejamos de tocar con Miguel. Es un hecho y eso está escrito en el libro. No creo que tenga mucho sentido ahondar más en una entrevista. Creo que en el libro está bien contado, que es la razón por la cual dejamos de tocar, después de 11, 12 años. No tengo idea de cuánto tiempo estuvimos tocando con Miguel, pero fue harto tiempo. Fue un buen tiempo donde empecé a tocar canciones de Los Prisioneros, porque si bien es cierto yo había tocado, cuando tocaba solo, un par de canciones de Los Prisioneros, cuando empezamos a tocar con Miguel recuperamos muchas canciones del repertorio de Los Prisioneros y eso fue durante harto tiempo, más de una década. Entonces, esto de las series, al haber involucrado un dinero en esto, un dinero que fue repartido de una manera muy poco equitativa, dejamos de tocar.
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En ese sentido influyó negativamente esto de las series. En otro sentido, muchos chicos jóvenes, adolescentes, incluso niños que han visto las series, se han entusiasmando con la banda. Entonces, ha tenido dos resultados distintos. Por un lado nos ha separado, en este caso a Miguel y a mí; por otro lado, el público ha llegado a entusiasmarse por la banda y ahí estamos firmando discos para chicos de 10, 12 años, que me imagino que tiene que ver con las series.
-Publicaste hace muy poco una nueva edición de Biografía de una amistad donde das cuenta de lo que ha pasado con ustedes después del estallido social. ¿Qué nuevo encontrará el lector y por qué sigues sintiendo que es importante contar esta historia?
En noviembre pasado se publicó una nueva edición del libro. En realidad podría decir que es la tercera edición, porque uno va incorporando detalles o corrigiendo, entonces es el mismo libro pero más completo, mejor escrito, a veces hay detalles que se van puliendo con el tiempo. La primera edición se llamo Mi vida como prisionero; es el nombre que escogió la editorial Norma que lo publicó primero. Después lo publiqué yo por mi cuenta cuando la editorial cerró y le quise cambiar el nombre. No me parecía que era el nombre apropiado para el libro, yo no estaba contando mi vida como prisionero, estaba contando la historia de una amistad que sobre todo es una amistad con Jorge, y eso me parece que es una historia importante de contar.
El libro da cuenta de la historia del grupo musical. Todos los otros son absolutamente incompletos. He ojeado libros sobre Los Prisioneros y si uno no se mete en lo que yo cuento no puedes contar la historia, es vacío contarla sin mi relato, porque pasa a ser como contar historias de los éxitos, pero no cuentas qué pasaba al interior. Esta nueva edición es la tercera, la primera fue el 2009. Cada una ha ido incorporando más material. Esta nueva edición trae dos capítulos más. Uno trata sobre Miguel y el otro sobre Jorge. Y son los últimos 7 años, lo que faltó por contar, y esto termina el 2021. Es sobre nuestra relación con Miguel y Jorge, y también trae muchas más fotografías esta vez en color. También trae historietas, importantes para nosotros. Dibujábamos en el colegio, segundo, primero medio, y después el año 86,87, 88. Siempre estábamos dibujando.
La gente que lea el libro entenderá que las historietas tienen una relación con nosotros, con la amistad y también con el último capítulo del libro. Escogí 11 historietas, pude haber escogido más, pero pesqué 11 del lote; son varios cuadernos llenos de historietas, eran como improvisadas, íbamos dibujando un cuadrito a la vez y avanzábamos sin saber pa' dónde nos llevaban. De los años 80, hay menciones a Soda Stereo, a Virus, a otros artistas, a Jim Vincent, a Elvis, también tocan lo musical, pero era otra forma, no sé si artística, una forma de jugar de aquellos años.
Un castillo en Panamá
-En varias partes del libro hablas de problemas económicos, mientras González y Tapia ganaban mucho con el trabajo de la banda. ¿Sigue siendo así?
Escribí el libro de la manera más transparente posible. Creo que dárselas de algo que uno no es, no tenía sentido. Si había algún conflicto o situaciones entretenidas, yo las contaba. Entonces conté problemas económicos. En los años 80 la gente juraba que nosotros ganábamos mucho dinero y no era así. Cuando íbamos a Colombia, allá se decía que vivíamos en un castillo en Panamá, cosas absurdas. Pero lo que tiene más sentido para mí es pensar en 'We are Sudamerican Rockers', que habla de sin millones sin mujeres sin Cadillacs. Los Prisioneros no ganamos dinero en los años 80. Después yo me fui y ellos si ganaron, durante un tiempo porque después la banda se disolvió.
El tema es que cuando cuento una historia que merece ser contada, como digo, cuento incluso los detalles económicos, a partir de que yo me voy sin ni uno el año 90 y de todo lo que pasó después, en Los Prisioneros siempre ha habido dos clases sociales: Jorge y Miguel, los privilegiados, los que gozan de dinero; y yo, que soy el que trabaja todo el tiempo para mantener a la familia. Siempre fue así. Hoy día yo sigo trabajando, necesito trabajar. La pandemia ha sido difícil, pero estoy bien, estoy sano, puedo trabajar, puedo tocar, y puedo hacer muchas cosas más, hago otras cosas adicionales; está también lo del libro. Ahora voy a la Feria del Libro de La Serena, 13 y 14 de abril voy a estar allá, y el 15 voy a estar tocando en La Serena. Puedo hacer varias cosas, incluso firmar. La gente encuentra muy bueno el libro, y yo voy a seguir, siempre hay cosas que hacer. No me quejo para nada, pero la vida es así.