Mario Matus, historiador: Putin planeó la invasión “hace unos 7 u 8 años”
“Las negociaciones con Ucrania no tienen ningún sentido”, es parte de lo que sostiene el académico y experto en historia económica Mario Matus. Para explicar la que podría ser una frase contraintuitiva, el también profesor de la Universidad de Chile argumenta históricamente sobre casos de países "atrapados" entre luchas de grandes potencias o bloques, como cree que es el caso ucraniano.
A una semana del inicio del conflicto bélico, en conversación con El Desconcierto y con una mirada histórica, Matus repasa las estrategias económicas que comenzó a implementar Rusia hace años, anticipando la escalada, y es crítico frente a los líderes europeos. "La Unión Europea está en este momento dirigida por los peores liderazgos que le podían haber tocado, están tomando medidas atolondradas, precipitadas, sin reflexionar", sostiene.
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El historiador cree que es necesario reformar una arquitectura institucional para la generación de "acuerdos duraderos donde todos tienen que ceder en parte, y que esos acuerdos dejen satisfechos, por lo menos en parte, a los principales bloques estratégicos".
-Usted ha comentado sobre analistas que durante años advirtieron una reacción rusa ante la avanzada de la OTAN, ¿era anticipable?
Altos militares del comando norteamericano y de la OTAN, el director de la CIA, el mismo Henry Kissinger, políticos, gente con una visión de largo de plazo, todos ellos advertían de lo delicado y de lo peligroso que era continuar una expansión de la OTAN. Pensaban que iban a producir un desequilibrio tal que iba a llevar en algún momento a una escalada reactiva por parte de la Federación Rusa. Esto lo comparo con la advertencia que hizo John Maynard Keynes en la conferencia de Versalles el año 1918, cuando él asiste como asesor económico de la delegación británica, en las conferencias de paz tras la primera guerra mundial. Él dice que la forma como se instalaron los acuerdos y los gravámenes abrumadores que se le imponen a Alemania va a provocar una segunda guerra, pero además provocarían tremendos desequilibrios y probablemente una gran crisis económica. Lo que tenemos acá es una situación probablemente muy parecida. Lo que hicieron el año 90 (caída de la URSS) es que, si tú pisoteas en el suelo al rival derrotado, lo que vas a tener en un tiempo más es un desequilibrio gigantesco, que va a generar un enfrentamiento apenas ese rival, que se siente humillado, se haya logrado recuperar. Además, va a dejar una pésima señal para aquellos nuevos poderes y potencias emergentes que ya no están satisfechos con aquellos con arreglos institucionales defectuosos. Si a Naciones Unidas nadie lo respeta y van las potencias cada una por su cuenta aplicando la fuerza y la guerra, obviamente después no te puedes quejar que tu contrincante ahora fortaleciéndose haga lo mismo.
-Ahora el escenario es de duras sanciones económicas desde occidente, ¿qué nos dice la historia de este tipo de medidas? ¿Qué podemos esperar?
Depende la oportunidad, la pertinencia, de estas sanciones. Si tú quieres construir un orden internacional regido por un nuevo equilibrio, que no tiene por qué ser el mismo equilibrio que había antes del derrumbe de la URSS, sino que un equilibrio que por lo menos deje satisfecho a los principales bloques estratégico, estas sanciones lo único que van hacer es agravar las tensiones. No solo eso, en términos militares va a haber un rearme que va a castigar, no solo a Rusia, sino que a un montón de países que no gastaban en armas, Alemania, Suecia, Noruega, van a empezar a gastar en un programa armamentístico. Eso va a significar un deterioro en los fondos destinados a políticas sociales. Por otro lado, esto ya interrumpió la “Segunda Globalización”, concebida como un libre intercambio de bienes, personas y capital, eso ya murió. Vamos a entrar a un periodo en el cual los flujos de comercio van a estar restringidos entre los bloques que se consideran relativamente amigos y van a desparecer esos flujos entre países que ahora se consideran antagónicos. Esto lo único que hace es generar más pobreza, más dificultades, genera más resentimiento, por lo tanto son pésimas (las medidas).
Lamentablemente, la Unión Europea está en este momento dirigida por los peores liderazgos que le podían haber tocado, entonces están tomando medidas atolondradas, precipitadas, sin reflexionar. Y con un seguimiento incondicional muy ingenuo hacia EE.UU. y la OTAN. No sé en qué les renta esto, aparte de la rentabilidad en popularidad en corto plazo, pero ¿les convendrá a los trabajadores, a las grandes masas, que les reduzcan los programas sociales el próximo año para fabricar armas? ¿A quién le van a vender un montón de productos que le envían a Rusia? ¿Cómo van a recuperar los créditos que habían entregado a empresas rusas? Es un sinnúmero de problemas que obviamente también nos va a afectar a nosotros. Viene un periodo muy complejo, en el que vamos a vivir dificultades económicas, que van a afectar los esfuerzos que estábamos haciendo para recobrar la estabilidad macroeconómica, la productividad, un modelo más avanzado en el sentido de igualdad y mayor compromiso del Estado.
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-En ese sentido, ¿cuál debiese ser la posición de Chile y de la región?
Lamentablemente la región, siguiendo la historia, está dividida. Tienes alineamientos muy claros de varios países hacia un bloque o hacia el otro. Eso demuestra que no es posible ahora llegar a una posición regional. Ante esa circunstancia, creo que lo más sensato es que nosotros, como académicos, como investigadores, los medios de comunicación, entreguemos herramientas de advertencia a nuestros ciudadanos, para que no se dejen llevar por los discursos demagógicos que pretenden sacar partido a corto plazo aquí. Menos aún dejarnos llevar por visiones extremas que lo único que harían sería generar una política exterior defectuosa, irresponsable. Es el momento para intentar tomar distancia de esto. No seguir con la idea de que algunos de estos bloques son buenos y otros son malos, eso no existe, no hay buenos ni malos, son intereses estratégicos y nosotros tenemos que relacionarnos con todos ellos. Vamos a tener que ver cómo avanzamos negociando con todos ellos y al mismo tiempo velando por derechos y valores fundamentales, pero hay que tener cuidado. Un alineamiento a un bloque u otro sería sumamente irresponsable.
-¿Tiene Rusia la capacidad de resistir el cerco económico que se está implantando?
La información que tenemos es bastante parcial y de mala calidad. Es lo que los gobiernos y los servicios de inteligencia permiten acceder, en la guerra la información de buena calidad desaparece y lo que queda es la porquería que ellos nos permiten seguir, está muy filtrada. Todo lo demás es propaganda, de todos los bloques. Con lo poco que hay, no es tan claro que Rusia quede poco menos que en suelo en términos económicos después de estas medidas. Todo indica que esto se preparó desde hace mucho tiempo, las acciones Rusia tienen un claro horizonte estratégico, como las de China. Ellos sin duda que conversaron y esto de alguna manera está muy preparado.
-¿Se aventuraría a decir desde cuándo se viene planeando?
Creo que desde el 2008 se lo empezaron a preguntar y claramente cuando se apoderaron de Crimea (2014) ya lo empezaron a preparar. Por lo menos hace unos 7 u 8 años.
-¿Cómo se habría preparado Rusia?
Hay cosas que se perciben. Por ejemplo, una acumulación gigantesca de reservas de oro en manos de Rusia. Contrataron swaps, que son compraventa de divisas, que antiguamente Rusia tenía concentrados en EE.UU. y Europa, y las trasladaron al mundo asiático. Entonces hoy para comprar dólares o euros no necesitan hacer ninguna transacción con bancos europeos. Lo otro, Rusia no tuvo ningún problema para que Xi (Jinping) empezara a construir una descomunal inversión en infraestructura que los chinos llaman Ruta de la Seda. Toda Turkmenistán está siendo cruzada en este momento por carreteras, acueductos y vías de comunicación, eso significa que los rusos ya consideran que esa zona va a quedar bajo influencia económica china. Lo que ellos vienen haciendo desde hace bastante tiempo es una repartija de influencia económica en el Asia Central y Sur. Desde hace años vienen avanzando en negociaciones para un fusión bancaria. Por último, lo más ambicioso, han también planteado varias veces la creación de una divisa internacional que ya no sea el dólar. Que sería una fusión entre el yuan (moneda china), el rublo (moneda rusa) y la rupia (moneda india), una súper moneda que podría llegar a circular más que el dólar.
-Una súper moneda oriental...
Los mayores poseedores de dólares en el mundo son China, Rusia, no EE.UU. Si ellos quisieran podrían quemar todos esos dólares y convertirlos por una moneda y esa sería ahora la divisa internacional. Y los chilenos deberíamos usar porque la mayor parte de nuestro comercio se hace hacia el pacífico ahora. Lo otro que se visualiza es que, por ejemplo, el trigo de Ucrania, que es uno de los principales exportadores, eso yo creo está comprometido para ser vendido en Asia. Si tu te fijas en la composición del comercio ruso, ellos no comercian tanto con occidente, le venden petróleo, gas, metales y productos primarios, pero esos productos podrían perfectamente redirigirse hacia el resto de Asia. Los contratos de venta barata de gas que los alemanes ya no le compran van a ir a China, quienes podrían reemplazar el carbón por gas a precio barato. Aunque, hay mucho de eso que no sabemos y que hay que indagar más. Está claro que los servicios de inteligencia occidentales quedaron totalmente desprevenidos y lo único que interceptaron fue que sí habría guerra, pero si te fijas en toda la planificación estratégica no lograron visualizarla, que debe ser muy larga.
-Usted ha dicho que “las negociaciones con Ucrania no tienen ningún sentido”, ¿podría explicar este punto?
En la historia se conocen muchas experiencias de Estados que llaman Estados "tapón". Eso ocurre cuando hay dos grande potencias o bloques que no son capaces de superar totalmente a la otra y entre medio se sitúa un territorio pequeño. Lo que ocurre es que se convierte en una tierra de nadie. Los dos bloques apoyan a partidos políticos, dirigentes y viene la sumatoria final de los golpes de Estados. Normalmente en esos países se desarrollan guerras. Está lleno de casos. Uruguay, por ejemplo, resultó de una negociación de Brasil y Argentina. En algún momento se decidió que el pacto consistía en que ninguno de los dos bloques va a seguir interfiriendo en la política interna de ese país, pero a cambio tiene que aceptar varias condiciones. Eso significa que ese país renuncia a una parte de la soberanía porque no puede decidir por sí mismo. Si quiere integrar una alianza comercial o militar o lo que fuera con uno de los bloques, ya no puede hacerlo. Eso se ha hecho mil veces y funciona. Entonces, por qué no puede haber ninguna negociación que incluya a Ucrania, porque Ucrania va a ser una piedra en el zapato permanente. Ya fuera porque hoy tiene un presidente pro OTAN o porque antes haya tenido uno pro ruso, esos dirigentes tratarían de inclinar la balanza en función de intereses. Impedirían el establecimiento de acuerdos satisfactorios para ambas partes y harían imposible un acuerdo duradero. Lo que se hace en esos casos es que no se les toma en cuenta, a pesar de que suena horrible.
Es como con Fidel Castro el año 62, cuando los soviéticos instalaron misiles de corto alcance en Cuba, como respuesta a los misiles nucleares que estaba instalando EE.UU. en Turquía. La negociación terminó cuando, aparte de prometer los norteamericanos no intentar invadir la isla de Cuba, también retiraron los misiles de mediano alcance que tenían en Turquía. Pero esta negociación habría fracasado estrepitosamente si se hubiera permitido que participara Fidel Castro, a quien se le dejó absolutamente afuera. (Castro) quería mantener los misiles nucleares de la URSS en su territorio, y si eso se hacía no se llegaba a ningún acuerdo. Lo que hicieron los soviéticos fue saltarse a Castro y él quedó muy molesto, sintió que había sido un país avasallado, un juguete en manos de grandes potencias.
-Entonces, ¿la negociación debiese ser entre Rusia y la OTAN?
Entre EE.UU., OTAN y Rusia, eso es todo. Porque ellos son los que realmente controlan a ese pobre país. No ahora, sino que lo vienen manipulando desde hace tiempo. Por lo tanto, hacer participar a un país que está totalmente manipulado lo único que va a lograr es retardar y dificultar el establecimiento de un acuerdo mas o menos equitativo para ambas partes y que sea duradero. Por otro lado, hay que recordar que en esos países la palabra democracia en gran medida es una ficción, porque tiene instituciones extremadamente frágiles. El régimen político de Ucrania es tan débil como el de bielorusia, kazajistán o de otros países que se desprendieron de la URSS. Son regímenes políticos donde hay oligarquías empresariales que en el fondo manejan todo, junto con el régimen de turno. Uno no puede tomar realmente en serio a los políticos que están instalados ahí, ya sea que sea prorrusos o de la OTAN. Eso queda claro en la conducción que este presidente actual de Ucrania (Zelenski) ha tenido. Las peroratas que proclama por los medios de comunicación impiden el acuerdo. Él insiste en que Ucrania pertenezca a la OTAN, insiste en seguir echándole leña al fuego. Cómo vas a hacer un acuerdo con un personaje de este tipo, es como el Fidel Castro de hoy.
Los movimientos militares rusos y las centrales nucleares
-Una de las maniobras de Rusia ha sido el avance de un convoy militar de cerca de 60 kilómetros de largo. Al repecto, usted ha dicho que se buscó hacer una demostración, ¿qué está demostrando Rusia ahí?
Es una medida distractiva, porque el despliegue de las maniobras principales no va por ahí. Son sobre todo por el sur, incomunicar totalmente a Ucrania del mar de Azov y del Mar Negro. Establecer un corredor terrestre que una desde Odesa al Donbass. Eso estaba absolutamente anunciado. Y la otra pinza que están haciendo va en el norte, de Járkov a Kiev. Si te fijas, la columna de tanques viene desde Bielorrusia, esta a 30 kilómetros de Kiev. Lo que querían era llamar la atención, distraer. De hecho, algo que algunos no logran ver aunque sea obvio, es que a la estrategia rusa no le interesa conquistar las grandes ciudades, porque terminaría matando a miles de personas y demoliendo metro a metro. Lo que quieren es disuadir a la gente para que la gente se vaya.
-¿Tendría que ver con las últimas negociaciones y el establecimiento de un corredor humanitario?
Absolutamente. Por eso que los bombardeos, aunque la prensa parcial los maginifica, son quirúrgicos todavía. Ellos podrían bombardear -poder de exterminio tienen- para desmantelar cada ladrillo. No lo han querido hacer, porque lo que están haciendo es que la gente se vaya y los bolsones de resistencia que queden dentro, cuando la gente salga, los van a machacar de una manera impresionante. Los que queden vivos, que van a ser muy pocos, van a ser los que van a ver el ingreso de las tropas rusas. Van a unir esas dos pinzas a lo largo del Dniéper (río), que cruza de norte a sur toda Ucrania, y la zona al este va a quedar bajo administración de las fuerzas rusas. Entonces, todas estas son maniobras distractivas, confundir al enemigo mostrando algo que tu quieres que se fije, mientras que lo importante lo estás haciendo en otro lugar.
-¿Se incluiría en ese tipo de maniobras la toma de la central nuclear de Zaporiyia?
Claro, es probable, porque no tiene ningún objetivo militar. Ninguno. Lo mismo que la toma por el norte es consistente con la toma de Chernobyl. No tiene ninguna importancia táctica, esos reactores están inactivos. Es una cosa simbólica, pero también para llamar la atención, también para distraer. La prensa se fija en cosas que son realmente insípidas, como por ejemplo que en una semana no hayan conquistado todo el territorio, pero Ucrania es inmensa. Ni siquiera una guerra relámpago como la de Polonia logró culminar en una semana, eso es un chiste. Tampoco la de Irak, de las tropas norteamericanas contra Sadam (Huseín), terminaron en una semana. También con una asimetría de fuego impresionante.
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-Entonces, ¿cuál sería el objetivo final de Rusia? ¿Sentar a la mesa a EE.UU., a la OTAN y generar un nuevo acuerdo a largo plazo?
Por supuesto, y eso puedo pasar formalmente o por omisión. La aceptación del desplazamiento de la frontera estratégica entre la OTAN y la Federación Rusa, puede ser algo que se de por omisión. Yo creo que lo más probable es eso. Como EE.UU. y la OTAN, sobre todo Europa, están totalmente atrapados con su discurso de no reconocer la responsabilidad que les cabe y que no son capaces de pagar el costo político de decir a sus votantes que en realidad lo manejaron mal, entonces todo insta a que opten por la más rentable de todas las opciones: no me siento a negociar nunca nada con los rusos, pero al final termino aceptando la frontera que definen ellos. Que sería Ucrania, por el sur Moldavia y por el norte Bielorrusia. Porque estos dos bloques estratégicos no tienen capacidad para pasar esa línea, ni EE.UU. ni la OTAN tienen la capacidad económica y militar para llegar a las puertas de Moscú, ni tampoco Putin y su camarilla tienen la capacidad para pensar, siquiera remotamente, continuar su expansión más allá de esa nueva frontera.
-¿Qué opina del enfoque centrado en la salud mental de Putin que se ha dado en medios en los últimos días?
Creo que si yo estuviera en el lugar de Putin tendría que pasar por una terapia de varios años después, si es que sobrevivo, creo que cualquiera. Pero es muy infantil, muy ingenuo como análisis, personalizar todo en un individuo. Estos líderes no están ahí porque sean ni muy buenos ni muy malos, no estarían si no estuvieran acompañados por una camarilla enorme. Hay gente que dice que Putin está en su peor momento porque logró unir a todo el mundo contra él. Claro, pero lo que le interesa a Putin es también unir a todos los rusos en torno a él. Habrán 10 mil o 15 mil personas que protestan, pero cuando termine el conflicto millones de rusos van a salir a aclamar a Putin. Cuando suceda eso, quién va a ser capaz de contradecir a Putin, dentro de su partido, de los militares. Por otro lado, no olvidemos que Putin es despiadado, es un tipo que no tiene el menor escrúpulo en mandar a asesinar periodistas, empresarios, rivales, a compañeros de su partido. Tiene el entrenamiento y la visión estratégica de un KGB, pero más bien uno tendría que fijarse en los equipos que se han ido formando, los grupos y los horizontes de largo plazo. En este momento la agenda la está poniendo Putin, cuando él se muera no pasa nada, porque van a quedar todos alineados en un horizonte estratégico donde su gran enemigo es la OTAN y "todos los demás que vienen después de mí tendrán que seguir ese camino". Lo principal para unir a los tuyos es tener un enemigo externo.