Un año clamando por verdad y justicia es el que este 17 de febrero cumple Estefanía Gutiérrez, madre de Tomás Bravo, el menor que desapareció en un sector rural de Caripilún, siendo encontrado días después, sin vida, y en extrañas circunstancias.

Son 365 días en que tanto el Servicio Médico Legal como la Fiscalía Regional del Biobío se han lanzado acusaciones de negligencias, que han impedido que el caso tenga culpables.

Es más, esta jornada, donde se conmemora un año de la desaparición del niño de 3 años y 7 meses, el Ministerio Público aseguró que la investigación está abierta y en curso, con pericias que continúan pendientes por hacer para sacar conclusiones.

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Según un comunicado, aún restan por conocer los resultados de investigaciones hechas por entes internacionales, como el FBI de Estados Unidos, en una compleja indagación “que tiene más de 20 tomos, y en la que se está avanzando de manera constante, con la realización de múltiples diligencias y diversos peritajes”.

“Para la correcta realización de algunos de ellos, fue indispensable, por ejemplo, esperar hasta ahora, para que existieran condiciones climáticas y atmosféricas similares a las que imperaron en los días de la desaparición y muerte de la víctima”, añadió el Ministerio Público en el escrito.

Pericias en curso

El sistema judicial quiso dejar en claro a la ciudadanía que, a un año de los hechos, “están en curso al menos seis pericias científicas en instituciones nacionales e internacionales, cuya especificidad no se puede detallar, por el momento, debido a criterios estratégicos y por mandato legal. Estos resultados darán pie para decretar otros análisis, hasta agotar todos los medios que permitan acercarnos a la verdad respecto del delito cometido y de su autor o autores”.

Cabe recordar que la Justicia decretó el plazo de un año para la investigación, periodo que culmina este miércoles 2 de marzo, donde se debería conocer la verdad de lo que sucedió con el pequeño Tomás Bravo.