Las cancelaciones de vuelos en todo el mundo, causadas principalmente por la expansión de la variante Ómicron del virus de COVID-19, se mantienen por quinto día consecutivo, sumando este martes un total de 2.450 a nivel mundial.

Según el portal FlightAware.com, que monitorea el estado del tráfico aéreo en tiempo real, la tercera parte de las cancelaciones (809) tuvo como origen o destino los aeropuertos estadounidenses, en los que además se suman las razones meteorológicas de ventiscas y tormentas de nieve.

Respecto de los aeropuertos más afectados, estos son los asiáticos. De hecho, en su origen los que más anulaciones  registran son los de Yakarta, Pekín y Shangai, en este orden. Y en destino, Pekín, Yakarta y Seattle.

En el registro por aerolíneas, la más damnificada es China Eastern y Air China con 426 y 196 cancelaciones, respectivamente.

Ayer lunes, hubo un total de 3.260 cancelaciones a nivel mundial, casi la mitad de ellas (1.474) en Estados Unidos, una tendencia que había comenzado el pasado viernes y que fue creciendo durante el fin de semana.

La política general de las aerolíneas es exigir prueba de vacunación más un test PCR antes de embarcar en un vuelo internacional, pero el principal epidemiólogo del gobierno estadounidense, el ya célebre doctor Anthony Fauci, sugirió ayer que esas exigencias se extiendan también para los vuelos internos en Estados Unidos, donde solo se exige prueba PCR.

[Te puede interesar] Ómicron: Francia alcanza por primera vez en toda la pandemia los 100.000 casos diarios

EE.UU. con baja vacunación y sin planes de implementar restricciones

Actualmente, Estados Unidos tiene una tasa de vacunación de 61%, cifra baja comparada con países como Portugal (88 %), Chile (87 %) y España (90 %), por lo que esa medida, si se impone, puede terminar siendo impopular.

Pese a la situación de Estados Unidos, que abrió sus fronteras al turismo internacional el 8 de noviembre tras una prohibición de los "viajes no esenciales" que duró un año y medio, no parece inclinado a establecer nuevas restricciones aéreas ni a cerrar sectores vitales para la economía. Por ejemplo, las autoridades neoyorquinas se negaron a cancelar las festividades de fin de año.

Muy distinta es la política en China, país que sigue cerrado al turismo y a la inmensa mayoría de viajeros procedentes del exterior. Las autoridades de la aviación chinas limitan los vuelos internacionales hacia y desde China a 2,2% de los que había antes de la pandemia.

Todos los pasajeros, independientemente de su procedencia o su nacionalidad, deben enfrentar una estricta cuarentena de un mínimo de 14 días en hoteles especializados, donde la estancia la costea el viajero.

El gobierno hizo de su estrategia y su gestión de la pandemia uno de sus principales orgullos y sus medios la esgrimen como ejemplo contra el de Estados Unidos, donde el COVID-19 deja ya más de 800.000 muertos.