CRÍTICA| "Don´t Look Up": ¿Por qué DiCaprio gana más que Jennifer Lawrence?
Don’t look up sigue la historia de Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) y Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), dos astrónomos que descubren un cometa que está por chocar con el planeta Tierra y tiene las proporciones suficientes para exterminar a la población por completo. El conflicto aparece cuando las autoridades se niegan a admitirlo y la población no parece estar interesada, y empieza una campaña fuerte de desacreditación y burla hacia los que buscan detener la colisión. De esta forma, el director propone una sociedad a la que le interesa más la ruptura amorosa de una pareja de farándula y el escándalo sexual de los candidatos políticos que la inminente destrucción de toda la humanidad.
Las desigualdades de género detrás de Don´t Look Up
Se trata, de cualquier forma, de una película generada para armar debate político y discusiones con respecto al rol de los medios de comunicación. De esta forma se han generado paralelos entre el cometa y la pandemia en términos del manejo de la información y el negacionismo. Y también, un debate que los productores de la película no tenían contemplado: hace poco salió la información sobre la gigantesca brecha entre los sueldos de sus actores protagónicos, Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio. No es novedad que históricamente los hombres tienen sueldos superiores a los de las mujeres por trabajos equivalentes, pero sigue decepcionando que llegando al año 2022 aún se hagan diferencias así de descaradas.
Leonardo DiCaprio obtuvo 30 millones de dólares como sueldo, mientras que su coprotagonista ganó 5 millones menos. Jennifer Lawrence apareció en una entrevista en Vanity Fair diciendo que la diferencia no le molesta porque su compañero en la cinta es más popular que ella y por lo tanto su presencia significa mayores ganancias. Estamos en una época en que esos argumentos no suenan naturales. No estamos hablando de una actriz desconocida, y el tiempo de pantalla que ocupan ambos es bastante similar, así que sería esperable que se les pagara lo mismo. Incluso, en los créditos el nombre de ella aparece antes que el de él. No hay una jerarquía en los roles de ambos, así que ¿por qué hay una diferencia en sus sueldos?
Jennifer Lawrence contó también, como algo anecdótico, que para algunas de las escenas en que su personaje se drogaba, ella efectivamente consumía las drogas para entrar mejor en la caracterización, poder improvisar y comportarse como lo haría Kate. Es un grado importante de compromiso con el rol de la actuación, y personalmente considero que –aunque ella opine lo contrario– ameritaría recibir al menos el mismo sueldo que su compañero.
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En la trama de la película participan cuatro mujeres con perfiles muy claros: la drogadicta (Jennifer Lawrence), la estafadora (Meryl Streep), la frívola (Cate Blanchett) y la tonta (Ariana Grande). Los estereotipos son muy frecuentes cuando se trata de comedias, pero al menos algunos de los personajes masculinos son un poco más complejos. Eso rápidamente me hace pensar que la disparidad de género no es algo que solo aparezca en las condiciones de los actores, sino que una situación de base que se contempla desde el guion en adelante. La presidenta de EEUU, representada por Meryl Streep, es una de las peores villanas de película del último tiempo, y eso es porque es una antagonista muy pobremente lograda: sus acciones son ridiculizadas mediante insinuaciones sexuales, es manipulada y controlada por los hombres que la rodean, y si bien se la muestra como maquiavélica, dentro de todo su rasgo definitorio es la idiotez.
Desde que salió la película las críticas han sido en gran medida desde los extremos: están los que quedaron desilusionados y consideran que es de las peores de los últimos años, y también los que consideran que es una obra maestra y acusan que el resto simplemente no la entendió. Es curioso cómo una producción puede generar que surjan los egos más grandes y el academicismo más profundo.
Personalmente, la película me gustó mucho, excepto por las contradicciones en la muy pobre caracterización de los personajes femeninos. Una película tan apropiada para ser vista en la actualidad tiene a la vez esta dimensión increíblemente inapropiada, y finalmente trae a la palestra los peores rasgos de nuestra sociedad: el ego, el machismo, el engaño, la manipulación, y la lista sigue y sigue.