En defensa de la vida de barrio en Estación Central
Los mal llamados “guetos verticales” (en realidad, mega edificaciones ilegales) construidos en Estación Central han dejado una herida profunda en los vecinos y vecinas de la comuna, quienes, a pesar de haber tomado acciones en su minuto, manifestando su preocupación por cómo esta situación iba a afectar su calidad de vida, no fueron escuchados.
La administración anterior deliberadamente interpretó las reglas de los distintos instrumentos de planificación existente de manera tal que fue en directo beneficio de las inmobiliarias, quienes construyeron a su antojo sin considerar proyectos de vida, el valor del entorno barrial, ni las consecuencias socioambientales que produciría en el largo plazo el aumento significativo de la población en la comuna; por ejemplo, en términos de infraestructura sanitaria, aumento de flujo en el sistema de transporte o el uso del espacio público. Lo que operó en este caso, al igual que el Presidente (según los antecedentes evidenciados en los Pandora Papers), fue un mal uso del instrumento público para beneficiar al sector privado, el que no ofreció solución habitacional, sino que más bien buscaba vender oportunidades de negocio para inversionistas.
Tal manejo hizo crisis en los años que le siguieron, frente a lo cual se volvió un imperativo el generar, por primera vez, un mecanismo de regulación (obligatorio por lo demás a nivel local) como lo es el Plano Regulador Comunal. Un Plano Regulador Comunal es un instrumento de planificación territorial tan importante como el Presupuesto o el Plan de Desarrollo Comunal (Pladeco), los que en su conjunto ofrecen los lineamientos generales hacia los cuales debe apuntar el desarrollo y el crecimiento local, siendo claves en ellos la percepción que vecinas y vecinos tengan de su realidad y las proyecciones que tienen a futuro, pensando en su vejez, pero también en la herencia que dejan a quienes les sucedan.
El actual proceso de producción del Plan Regulador Comunal (PRC) fue retomado luego de meses de pausa debido a la pandemia. Este sábado finalizó la primera etapa de participación ciudadana, y ha sido fundamental la participación de vecinos y vecinas.
Contar con un PRC actualizado, representativo y con base social, va a permitir tener una comuna más inclusiva, en desarrollo equilibrado con el medioambiente y que permita, por ejemplo, resguardar áreas verdes, cambiar tipos de usos de suelo con fines residenciales o deportivos, limitar la construcción en altura y la densidad, resguardar nuestro patrimonio cultural y pensar en una comuna sostenible y mejor conectada con el resto de la región. Lamentablemente, este Plan Regulador Comunal no va a tomar decisiones retroactivas, porque no tiene las atribuciones para hacerse cargo de lo que ya está hecho, aunque puede ofrecer alternativas de mitigación, como mejorar entornos con áreas verdes y mejorar el flujo del transporte urbano, aumentando la cantidad y calidad de ciclo vías u otras alternativas.
Como presidenta de la Comisión de Plan Regulador he estado participando de los diversos encuentros, porque es nuestro rol velar por la adecuada incorporación de los sentires y pensares de la comunidad centralina a lo largo de todo el proceso, así como también porque entendemos la importancia y la necesidad de defender y preservar nuestra vida de barrio.
No sólo la participación ciudadana en este proceso es fundamental: también lo es la participación y vigilancia de todo este proceso, en el que vendrán instancias como audiencias públicas donde las y los vecinos podrán expresar su opinión respecto de los productos que se vayan generando antes de contar con el anteproyecto que será presentado al Concejo Municipal. Es una oportunidad para hacer una grieta al modelo del Estado, y puede servir para abrir camino respecto a otras formas de hacer política y empoderarnos en la defensa de nuestros barrios. Por eso estaremos difundiendo las distintas instancias de participación, motivando a vecinas y vecinos a que se involucren en el destino de nuestra comuna y seguir así defendiendo nuestra historia, nuestro barrio y dejar una herencia a nuestros sucesores que vaya más allá de la estigmatización de ser la comuna que dejó hacer a las inmobiliarias y que no se hizo cargo a tiempo de las consecuencias nefastas que esto trajo a nuestro buen vivir.