Educación en contexto de cárcel
Privación de libertad, protección, derechos humanos, políticas públicas, infancias e institucionalidad, entran en el abordaje experiencial y debate crítico con organizaciones de la sociedad civil, académicos y estudiantes, encuentros que convergen en la urgente necesidad de las demandas del contexto actual de la protección y el contexto carcelario. La Red Chilena de Pedagogía en Contexto de Encierro (Red PECE) aborda, en el contexto de crisis sociosanitaria, un análisis a las complejidades y desafíos para una educación en centros de protección y de privación de libertad, con profesionales internacionales y nacionales, de diversas instituciones, colectivos y que trabajan por una educación en los centros de protección infanto-juvenil y de privación de libertad en su quinta versión de seminario Internacional. Se busca sostener recorridos de aprendizaje y su ampliación como imperativo ético en el actual proceso constituyente que consagre y en correlato, las diversas necesidades sociales, educativas, culturales y derechos humanos; una sensible situación, que se torna profunda y compleja para quienes viven en el encierro carcelario y en los centros de protección.
El contexto social actual nos interpela y moviliza en la importancia de visibilizar, no sólo las necesidades, acciones e iniciativas que se han desarrollado durante este tiempo, sino también las resistencias y desafíos que se han generado en la educación en centros de protección y de privación de libertad con niños, niñas, jóvenes y personas adultas. En ese sentido, resulta fundamental posicionar espacios e intercambio de reflexiones, análisis, propuestas y experiencias educativas que propicien y alienten la búsqueda de caminos y transformaciones para una población que transita el encierro punitivo y de protección; énfasis que resulta ser comunicante al nuevo y esperanzador tiempo que vivimos.
Los derechos humanos y privación de libertad es una gran discusión y abordaje que está pendiente en el país, por el uso frecuente de la internación (en sentido amplio) como una primera medida. Aquella es una violencia extrema para quienes se han visto postergados social y culturalmente en esta sociedad y para quienes han sido víctimas del ejercicio de esa otra violencia, la fuerza policial y política contra jóvenes, como la situación de los presos de la revuelta, que han alzado su lucha por los derechos y una sociedad justa para todos y todas.
Hemos visto que los derechos humanos de las personas privadas de libertad o “internadas” se fragilizan aún más en momentos de crisis considerando que en circunstancias regulares siempre están en tensión, extremando las circunstancias que a la población fuera de cárcel nos aqueja, como el aislamiento de la familia y visitas, dentro de espacios cuya infraestructura es mínima, inhabitables y colapsada desde todo punto de vista.
Sabemos que respuestas gubernamentales han sido limitadas en materia carcelaria y en los derechos fundamentales, por lo que buscamos espacios de discusión y posicionar el debate sobre los nuevos desafíos en centros de protección y de privación de libertad. La situación que viven las personas en los centros de reclusión en nuestro país requiere de una arista fundamental a posicionar, y es plantear el espacio educativo desde una perspectiva que les impulse a construir y tomar decisiones, debido a la manifiesta pérdida de autonomía, dadas por la rutinización de su habitar, el sometimiento a constantes restricciones, violencia, hacinamiento y una estructura jerárquica que les impulsa hacia la sobrevivencia.
Igualmente, para quienes se encuentran privados de libertad, el acceso al sistema educativo se instrumentaliza transformándolo en un medio de control y a la vez de redención ya que les permite disminuir el tiempo de reclusión. No obstante, la educación trasciende de ser un mecanismo para corregir o lograr la reinserción social, su plena realización tiene como horizonte, el desarrollo humano integral por medio de los aprendizajes. La situación de prisionización que se convierte en un habitar limitado busca en una educación complejos desafíos y mayores compromisos, al intentar asumir una lucha constante para romper con las lógicas carcelarias, en un país que está en deuda con la educación en contextos de encierro desde la perspectiva de derechos y el desarrollo integral de las personas hacia la justicia social.
Desde el abordaje de las pedagogías emancipatorias, se busca potenciar una educación liberadora, concientizadora y problematizadora, con arraigo a la concepción de la praxis pedagógica como ejercicio político, y sentido de comunidad en resistencia a la idea de una educación autoritaria que sucumbe las paredes del encierro.
En la interpelante acción educativa a las lógicas capitalistas, dominadoras y de control en los encierros institucionales, se pretende tensionar las directrices en materia educativa en estos espacios, las coordenadas y programas socioeducativos, y labores del acompañamiento a quienes trabajan en estos espacios, si están bajo coordenadas de apoyo institucional para consolidar un trabajo educativo y en colaboración con otros profesionales. Voces críticas respecto de si la cárcel y la protección institucionalizada y sus diversas modalidades van en la dirección de atender a la promoción, restitución y protección de los derechos.
Como profesionales, propiciamos el debate para levantar nuevas aristas de discusión y acción, a partir de proyectos sociales, educativos y culturales comunitarios, como sustento para nuevas políticas públicas que permitan contribuir a desinstitucionalizar como objetivo principal, y asegurar una ley de garantía de derechos universal para las personas. Y, mientras existan las murallas institucionales de encierros punitivos y de protección, dar una sostenida atención respetuosa integral y a la dignidad humana con mejoras y al desarrollo de nuevos canales de acción institucional. Todo ello en consonancia con un imperativo ético y acción comunicante con el actual proceso constituyente y el debate por los derechos humanos.