Riego en desierto florido: “Ecosistema artificial y predecible con más especies invasoras"
Hace unos días, autoridades regionales de Atacama anunciaban un proyecto de instalación de riego para lograr que el desierto florido se de todos los años y así atraer turistas. Las críticas vinieron sobre todo desde el mundo de la ciencia, argumentando que la iniciativa no tiene sustento científico.
Seremi @PatricioArayaV1 junto a @DPRAtacama @UrquietaAtacama y otras autoridades regionales presentan iniciativa piloto que permitirá tener Desierto Florido #Atacama todos los años.#ElAgroNoPara pic.twitter.com/8977dcR9ZS
— Minagri Atacama (@MinagriAtacama) September 24, 2021
Pablo Guerrero, botánico de la Universidad de Concepción y del Instituto de Ecología Biológica (IEB), se suma a la alerta. El científico predice los efectos que puede tener esta medida en el ecosistema y apunta a otras iniciativas para potenciar el turismo en la región.
¿Qué dudas genera el proyecto para que el desierto florezca todos los años?
Lo primero es que la información todavía es poco clara respecto de qué se quiere realizar, dónde y cuál es el real objetivo. Los efectos pueden ser severos y por eso es importante conocer el objetivo de la medida. Ahora se habla de un experimento científico pero por otro lado se habla de atraer el turismo. Son objetivos que se contraponen, a menos que quieras hacer un experimento científico sobre el efecto de los turistas en el desierto, lo cual es bastante trivial.
¿Qué efectos podría tener esta iniciativa en el desierto?
Se pueden hacer predicciones sobre el efecto de regar el desierto, que es un ecosistema extremadamente árido. Durante años puede haber muy poca o ausencia total de lluvia. Esa restricción dada por el déficit de agua cumple con el rol de limitar la vegetación. Si se agrega riego artificial, esa vegetación no va a estar limitada por las dinámicas naturales.
Entonces probablemente lo que va a ocurrir es la introducción y establecimiento de especies invasoras o malezas. En el desierto hay pocas malezas porque incluso a ellas les cuesta crecer en sequía. Las semillas de maleza vienen en los zapatos o mochilas de las personas. Hay especies invasoras que son muy hermosas, y que florecerán tal como el desierto florido. Pero una vez establecidas, es casi imposible erradicarlas. Pasaremos de un sistema natural solo dominado por fuerzas naturales como los ciclos del Niño y precipitaciones poco predecibles, a un ecosistema predecible con lluvias cada año y un aumento radical de especies invasoras.
Las especies invasoras tienen enormes efectos en la flora nativa, ya que por su naturaleza crecen rápido y son capaces de desplazar a las especies nativas. Donde antes existía un espacio libre para la flora nativa, va a haber una especie invasora ocupándolo.
Otro efecto bastante obvio es que al atraer más turistas habrá más pisoteo y mucha más basura. El problema es que se habla de un sistema de riego pero no se habla de cómo se va a gestionar la basura, cómo se va a educar en temas ambientales a quienes llegan, etc. Tengo la impresión de que no han pensado en estas aristas y es fundamental tomarlas en cuenta desde el inicio de un plan de este tipo para no actuar de manera reactiva cuando el problema ya se empieza a generar.
Un tercer efecto tiene que ver con la concentración de sal en el suelo. Los suelos de los desiertos tienden a ser salinos, porque al haber poca lluvia, la sal no se lava. Es probable que si el riego no es homogéneo, van a haber focos de concentración de mayor salinidad lo cual también genera un impacto en las especies. Las especies que sí son capaces de tolerar la salinidad, son las especies invasoras.
Si el lugar escogido para regar tiene presencia de plantas perennes, estas van a crecer anormalmente por el riego que antes no recibían. Se verán más verdes y florecerán más, pero se vuelven dependientes del agua entregada por los humanos. Si cambia el gobierno o el plan se corta por falta de agua, esas plantas van a sufrir y se van a morir, porque tendrán un cuerpo vegetal que requiere cierta necesidad de agua para satisfacer su fisiología. Entonces el otro problema que podemos generar es que parte de la vegetación se vuelva dependiente de esa agua que estamos agregando.
Y todo esto sin hablar del tema del agua. Estamos hablando de un lugar donde no hay agua, por lo tanto cabe preguntarse de dónde va a salir el agua para esto. Se me ocurren dos fuentes: de las napas subterráneas y acuíferos, o del agua industrial desalinizada, la cual tiene un contenido muy distinto al agua de lluvia entonces estaría agregando elementos no propios del sistema. Si se utiliza el agua de acuífero, se estaría utilizando una reserva de agua milenaria muy valiosa para regar el desierto cuando hay mucha necesidad de agua a nivel social y de la agricultura familiar. Suena un poco absurdo.
¿Qué efectos crees que tendría esto a nivel del turismo?
Yo creo que pocos turistas van a querer viajar al país a conocer un desierto florido artificial. La gente que viene a hacer turismo de alto nivel y gasta dinero en restaurantes y hoteles, no van a viajar hasta aquí para ver lugares artificiales porque eso lo puedes encontrar en cualquier lado. Lo que interesa y llama la atención es lo único y especial que surge en el desierto florido de forma impredecible y que poca gente conoce. Menos para ver un sistema homogéneo. Lo rico del desierto florido es su diversidad, que a medida que avanzas vas descubriendo cosas nuevas que crecen y te van sorprendiendo.
¿En qué crees que podría invertir el gobierno para potenciar el turismo en el desierto?
Hay mucho que hacer. Yo partiría por el fomento del turismo sustentable, para que también sea duradero en el tiempo. Para atraer a la gente, que quiere conocer lugares naturales con la menor intervención industrial posible, el primer paso es un ordenamiento territorial, porque en Atacama es un desorden de los lugares donde se permite actividad industrial, o donde los tendidos de alta tensión pasan por cualquier lado.
En segundo lugar, se puede aumentar el número de áreas protegidas, que son el foco o el iman del turismo. Existen parques como el Llanos del Challe, reconocido mundialmente por el desierto florido, pero que si uno mira en el mapa su área de conservación es pequeña.
Además hay proyectos como un jardín botánico que se empezó a realizar en Vallenar y que debió haberse inaugurado en el 2014. Ese proyecto contó con un financiamiento importante en la primera etapa, y puede ser un polo de atracción turística importante. El jardín botánico es la forma lógica de ver especies que no puedes ver todo el tiempo ni todos los años, en un lugar donde puedas tener la información necesaria e infraestructura para gestionar la basura y los turistas. Esa es la manera en que se hace en todo el mundo. No alterando la realidad del desierto.
¿Qué aspectos naturales del desierto crees que deberían visibilizarse más?
La gracia del desierto de Atacama es la presencia de especies endémicas exclusivas de ese lugar del planeta. Y que, bajo las condiciones adecuadas, tiene muchas especies fue florecen de manera abundante y con mucha diversidad de colores. Es una riqueza única. También es conocido por los cactus, que son distintos de los típicos de norteamérica que todos se imaginan al hablar del desierto. Hay cactus súper distintos entre sí y con mucho grado de endemismo entonces en cada espacio vas a encontrar cosas diferentes. Hay una gran maravilla natural que a veces no es valorada por desconocimiento.
El desierto además tiene un atractivo enorme, porque al estar ahí te da la sensación de estar en un lugar silvestre. Esa es una de las sensaciones más ricas que el ser humano puede experimentar, el sentirse en un lugar natural. Uno de los problemas que tiene Chile, y el planeta en sí, es la extinción de la experiencia humana en lugares naturales. Desde que uno nace y se cría muchas veces nunca ha estado en una zona silvestre hasta que va a un parque nacional a veces a los 30 años. La riqueza biológica, la sensación que genera, todas esas cosas deben protegerse porque si se intervienen, es difícil o imposible recuperarlo.