Estoy leyendo un libro histórico como es la Revolución rusa de Trotsky. Este libro tiene una relación directa con lo que se está discutiendo en estos momentos con la Constituyente: ¿puede la clase trabajadora o el mundo popular hacerse del poder político económico y social? El libro de Trotsky da las respuestas a estas interrogantes y explica los caminos sustanciales y profundos para que el pueblo pueda hacerse del poder. Estoy aprovechando de leer en la hora de almuerzo y a veces hay espacios de distintas cosas en las que aprovecho de repasar algo de otras ramas, como novela, poesía, historia y ciencias, entre muchas más.

La Historia de la revolución rusa es un libro sumamente recomendado, sobre todo para la ciudadanía, para que entienda este proceso Constituyente. En estos momentos tenemos un gran desafío: todas las personas que vivimos en este territorio tenemos que convencernos de que somos capaces de cambiar la historia de la misma manera que sale en el libro de Trotsky. Estoy repasando día a día este libro para analizar si es una locura o no la posibilidad de cambiar el rumbo del país.

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La Convención tiene varios desafíos en estos momentos, pero uno de los más relevantes está en la comisión donde yo he participado, que es la de Derechos Humanos, donde hay problemas coyunturales vigentes y que tienen directa relación con la historia pasada y futura de este país. Uno de los desafíos mayúsculos que tenemos es conseguir de cualquier forma y urgente la libertad de los presos políticos. Cuando se inició la Convención la primera discusión política fue debatir la situación de ellos, por lo que redactamos una solicitud al Senado pidiendo urgencia al indulto. La misiva que enviamos no tuvo plazo y por lo mismo, hasta el día de hoy, nadie ha contestado a la Constituyente. Por lo mismo, estamos apurando el proceso para que el Senado se pronuncie al respecto de los presos, aunque provoque ronchas en algunos sectores.

Creo que todos los presos políticos, incluyendo al Comandante Ramiro (Mauricio Hernández Norambuena), anarquistas, libertarios, mapuches y que han sido considerados terroristas, deben ser liberados a través de esta amnistía. Sin embargo, por ninguna razón deben estar los violadores a los derechos humanos. Además, existe la urgencia de realizar una reforma profunda al Poder Judicial, porque hemos visto cómo la Corte Suprema ha negado todos los recursos que se han presentado para que Carabineros deje de ocupar armas de perdigones que han dejado a casi 500 personas sin sus ojos durante el estallido social.

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No tengo candidato presidencial y lamentablemente los partidos políticos que hoy tienen representación parlamentaria se negaron y no quieren que exista un cambio profundo en este país. Estos partidos no permitieron la posibilidad de que los independientes pudieran levantar listas y candidatos. Nosotros, desde el Movimiento Internacional de Trabajadores, apoyamos para que reuniera los patrocinios Cristián Cuevas, porque si bien no es compañero nuestro, conocemos su historia. Fue muy importante en liderar la lucha de los mineros, demostrando su importancia en los movimientos sindicales. No alcanzó a conseguir los patrocinios, pero él nos daba mucha confianza por su consecuencia.

Lamento lo que está pasando con la Lista del Pueblo, si bien yo fui elegida en la Lista desde el primer día tuve diferencias y creo que pudo haber sido que la Lista del Pueblo se convirtiera en la convergencia de todos los luchadores.

Mucha gente miró con simpatía el proceso de la Lista del Pueblo, pero lamentablemente esa mina de oro, ese capital político que tuvieron en sus manos se lo farrearon y se perdió. Hoy en día los independientes no tenemos Lista del Pueblo, ni nada. A modo de reflexión, para participar en política no necesariamente hay que marearse con la pelea por el poder inmediato. El poder no está en esta cuestión orgánica, sino en levantar un programa que indique a las trabajadoras, niños y a las masas el camino que hay que seguir para cambiar. Si hay candidatos presidenciales como Gabriel Boric, Yasna Provoste y Sebastián Sichel que no proponen ninguna alternativa a la crisis y debacle capitalista, creo que la salida para el pueblo trabajador no va por la vía de elegir a un presidente de la República.