Experto ecuatoriano hace conmovedor llamado a la Convención: “Quisiera pedirles por los glaciares, los bosques, por Atacama y el Aconcagua”

Experto ecuatoriano hace conmovedor llamado a la Convención: “Quisiera pedirles por los glaciares, los bosques, por Atacama y el Aconcagua”

Por: Carolina Ceballos | 26.08.2021
“Una Constitución que no reconozca los derechos de la naturaleza en el siglo XXI es una Constitución incompleta. Tenemos que superar esto de que este planeta está hecho para los humanos y que somos lo mejor y lo más acabado de este planeta Tierra. No lo somos. Requerimos de humildad”, planteó durante su alocución ante los convencionales, a quienes convocó a trabajar alineados con nuestro amenazado ecosistema.

Este miércoles Ramiro Ávila, abogado constitucionalista ecuatoriano, juez de la Corte Constitucional de Ecuador, máster en derecho de la Universidad de Columbia, doctor en Sociología Jurídica de la Universidad del País Vasco y quien además fue miembro de la Comisión de Redacción de la Constitución del 2008, expuso en las audiencias de la subcomisión de Marco General de Derechos Humanos, Ambientales y de la Naturaleza de la Convención Constituyente respecto de cómo evitar los errores cometidos en su país.

Durante su intervención, el profesional aseguró que una Constitución está llamada a resolver problemas profundos que tienen las naciones, contexto en el que aludió a la experiencia del país latinoamericano.

“Estábamos saliendo de la opresión de la colonia española y los derechos que se reconocieron, fueron los derechos de libertad. En el siglo XX se peleó por los derechos de la equidad y se reconocieron los derechos sociales, y la exclusión y falta de reconocimiento fue el problema. En el siglo XXI estamos viviendo catástrofes inimaginables en todo el mundo y que tienen que ver con nuestra relación con la naturaleza. Es el siglo del constitucionalismo de la naturaleza y del medio ambiente. Así que si es que la Constitución chilena no tiene el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, me parece que va a ser una Constitución incompleta”, dijo apuntando a una de las orientaciones que en su opinión debe tener nuestra Carta Fundamental.

Posteriormente, planteó que “si no cambiamos nuestra relación con la naturaleza, estamos poniendo en riesgo no sólo la vida humana, (también) las formas de vida actual en el planeta. Pero también es importante reconocer a la naturaleza, porque necesitamos a la naturaleza”, dijo antes relevar la necesidad del cuidado y la mantención del ecosistema.

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“Si aguantamos el aire, en cinco minutos tenemos graves riesgos de morir, si en cinco días no tomamos agua, morimos. Y si en ocho días no consumimos alimentos, morimos. Dependemos de la naturaleza. Somos animales. Sólo hay que ver la sal que tenemos en nuestras lágrimas, el agua que corre en nuestras venas, el hierro que tenemos en la sangre”, dijo en medio de su alocución.

Y a renglón seguido, apuntó a la responsabilidad y a la envergaduta del rol del órgano constituido recientemente en Chile. “La Constituyente tiene una oportunidad única y maravillosa de estar a la altura de lo que exige el Derecho Constitucional contemporáneo. Y la técnica de derechos es importante, porque demanda obligaciones cuando se los reconoce: respetar, promover y garantizar”, sostuvo, antes de complementar sus declaraciones, asegurando que “la naturaleza requiere derechos por sí misma. Los chilenos tienen una riqueza natural envidiable e incomparable. Quisiera pedirles por los glaciares, por los bosques, por Atacama, por las islas, por el Aconcagua”.

“Les quiero pedir que estén a la altura de los tiempos y que reconozcan los derechos de la naturaleza”, dijo luego.

Posteriormente, convocó a los convencionales a liderar un trabajo con apego y responsabilidad a la dignidad que este requiere en el ámbito medioambiental.

“Una Constitución que no reconozca los derechos de la naturaleza en el siglo XXI es una Constitución incompleta. Tenemos que superar esto de que este planeta está hecho para los humanos y que somos lo mejor y lo más acabado de este planeta Tierra. No lo somos. Requerimos de humildad”, planteó.

“Espero nos puedan dar una Constitución ecológica”

Siguiendo con su intervención, destacó la constitución del órgano. “Ustedes además tienen una riqueza enorme para comprender lo que es la naturaleza, y estos son los pueblos originarios y hablo en particular del pueblo Mapuche. Ojalá tengan la conciencia y capacidad de escuchar esas formas para relacionarse con la naturaleza que no tienen que ver con este capitalismo voraz que promueve los valores de acumulación, competencia, individualismo. Hay que salir de ese paradigma y ustedes tienen ahí a quienes pueden dar señales para dar contenido”, emplazó.

“También espero que tengan la sabiduría y comprensión para aprender de los procesos constitucionales de los últimos tiempos en América Latina. Ecuador reconoció a la Pachamama como sujeto de derecho. Colombia ha reconocido en su jurisprudencia los derechos de varios ríos y de la Amazonia. Bolivia ha reconocido la Carta de los Derechos de la Madre Tierra. Hay innumerable jurisprudencia en relación a esto. Espero que se monten sobre esos avances y nos puedan dar no solo a Chile si no a toda Latinoamerica la lección que merecemos: una Constitución ecológica que reconozca con profundidad, claridad y precisión los derechos de la naturaleza. Ese es mi mensaje, mi deseo y mi anhelo por una justicia ecológica del siglo XXI”, compartió.

“El poder real siempre se va a ejercer en contra de los derechos”

“Las garantías son el instrumento constitucional que es un mecanismo que sirve a la ciudadanía y a la naturaleza para que cuando se les viola haya posibilidad de reivindicarlos. Son múltiples y algo de eso hay en la Constitución de Ecuador. El legislador tiene que ser garantista a través de las normas, el Ejecutivo tiene que ser garantista a través de las políticas públicas que tienen que tener enfoque de derecho y finalidades hacia la satisfacción de derechos y, tremendamente importante, pilar de la democracia, un poder judicial absolutamente autónomo e independiente”, agregó.

“El poder real siempre se va a ejercer en contra de los derechos”, dijo llamando a “establecer límites clarísimos a ese ejercicio de poder”, y a “establecer mecanismos de organizaciones y de instituciones autónomas”.

“A mi parecer, los derechos de la naturaleza requerirían una autoridad competente autónoma absolutamente independiente. Quizás una figura tipo Defensoría de los Derechos de la Naturaleza, independiente de los Derechos de los Seres Humanos, por la importancia y la novedad que está teniendo”, añadió.

Agregó que “tenemos un problema que hay que abordar en las normas transitorias: la cultura jurídica de Chile, de Ecuador y de toda Latinoamérica está absolutamente vinculada, enraizada y comprometida con la concepción de la naturaleza como propiedad: que se puede usar, abusar y disponer, ya sea en el derecho privado, administrativo y también en el derecho colectivo de los pueblos indígenas. La naturaleza tiene que salir de ese concepto de propiedad si se quiere tomar en serio. Entonces estas garantías deben estar en manos de jueces que tengan no solamente la competencia y la independencia, sino la capacidad de comprender los derechos de la naturaleza”.

Finalmente, destacó la necesidad de transitar por un camino que permita a Chile “salir del paradigma de propiedad individualista a un paradigma garantista de la naturaleza”.

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