Paciente ingresa por problemas renales y termina fallecida por COVID-19: Familiares denuncian negligencia en Hospital Regional de Coyhaique
La familia Güenumán Aila está de duelo. La abrupta partida de Edita Aila Alun mantiene a sus integrantes desconsolados. Más aún considerando que su deceso era evitable. Así al menos aseguran a través de una denuncia que hicieron llegar a El Desconcierto, respecto a lo que consideran una negligencia de parte de un recinto asistencial del sur del país.
La familia relata que Edita Aila Alun (69), paciente con diabetes crónica, residente de la localidad de Chile Chico en la Región de Aysén, fue trasladada el día 20 de mayo desde el Hospital de Chile Chico hacia el Hospital Regional de Coyhaique (HRC), debido a una descompensación renal; permaneciendo 12 horas seguidas en Urgencia, resultando negativa en un control de PCR.
Los Güenumán Aila agregan que el “21 de mayo la familia, que seguidamente contactó al hospital, solo fue informada de que permanecía en la Unidad de Urgencia, consciente y estable. El 21 de mayo fue trasladada a la sala UTI para exámenes de rigor; siendo la primera información certera desde su llegada. Hasta ese momento, solo se expresó que su estado era de cuidado y que se procedería a tratamiento para mejorarlo, eliminando líquido de los pulmones”.
Primero descartan COVID-19, luego se confirma el contagio
Tres días después, el 24 de mayo, "habiéndose descartado COVID19, solo se indica insuficiencia cardíaca y de riñones (razón de su traslado). Al día 26, ella logra contactar a su familia mediante su teléfono personal, indicando que está sintiéndose mejor y desea regresar a su comuna porque tiene miedo de contagiarse de COVID19". En otro llamado telefónico, aseguran sus familiares, la mujer habría manifestado malestares, que asimila a una gripe. "El día 31 en la mañana llamamos para ver si hay alguna novedad de los doctores y plantear posible traslado para el regreso de Edita, ya que se sentía bien; lo cual fue infructuoso”.
Lo que vino después fue aún más confuso, pues esa misma tarde la familia recibió un llamado de una asistente social del HRC”. La profesional les menciona que a Edita “le realizaron exámenes de sangre, que se mantiene con oxígeno y estaban viendo la posibilidad de integrarla a un Programa de Oxígeno Domiciliario”.
Horas más tarde, sin embargo, su “nuera e hijas se enteran por la propia Edita que fue diagnosticada con COVID19; siendo que ese mismo día la asistente social llama a una de ellas para reportar que se encontraba en regular estado y que se le realizaron exámenes, sin realizar mención y/o notificación alguna sobre tal contagio intrahospitalario”. En ese momento Pamela, una de sus hijas ingresa un reclamo a través de la plataforma OIRS del hospital, exigiendo rendir cuentas sobre lo sucedido.
Edita empieza a empeorar
Edita habría indicado en reiteradas ocasiones que se sentía muy mal y con dificultad para respirar. El nefrólogo habría instruido realizarle diálisis de forma continua para contribuir a la expulsión del líquido acumulado en sus pulmones, debido a la insuficiencia de sus riñones. “Ella permanecía consciente y en conocimiento de tal procedimiento a realizar, en concordancia con que esto no sería permanente ni definitivo, según información del médico tratante, por no constituir peligro alguno para ella”. Finalmente, el 3 de junio se le notifica a la familia que el tratamiento había sido bien recepcionado por la paciente.
Al paso de las horas, en esa misma jornada, el médico de turno reporta que en las últimas tres horas la situación de Edita se complicó, por lo que la trasladarían a la UCI para someterla a ventilación mecánica invasiva.
El 4 de junio en la mañana, desde el hospital informan a la familia que la mujer requería una diálisis de "forma inmediata y permanente con urgencia y que la ingresaron a coma inducido”. Sin embargo, les comunican que no cuentan con la “disponibilidad suficiente de personal para su tratamiento, por lo cual deciden gestionar su traslado hacia otro hospital de alta complejidad en el país. Durante la tarde del mismo día, se notifica que será trasladada con urgencia hacia el Hospital de Punta Arenas”.
Familia recurre al diputado Calisto para solicitar ayuda
Posteriormente y en medio de este complejo escenario, la familia decide pedir la colaboración de un parlamentario de la zona. “No estábamos preparados para eso y empezamos a llamar al diputado (Miguel Ángel) Calisto para ver algún tipo de ayuda. Gestionaron el traslado y el sábado 5, me llama la asistente social y me dice que le consiguieron cama en el Hospital de Punta Arenas. Y resulta que después mi hermano llama y le dicen que no la pudieron trasladar porque gente del avión, con justa razón, decidió que estaba en estado muy delicado y no se podían hacer cargo de llevársela a otra región. Ahí surgió la duda e hice otra OIRS (reclamo), preguntando por qué no informaron a tiempo si (el coronavirus) es una enfermedad grave”, detalla Pamela Güenumán.
Angustiada y sin poder comprender las decisiones que se estaban adoptando para abordar las patologías de su mamá, insiste en sus reclamos al centro asistencial. “Reiteré a la OIRS al Minsal, preguntando por qué deciden trasladarla si supongo que los especialistas sabían el riesgo que corría. Y si hay equipo de diálisis no sé por qué no la dializaron en el Hospital de Coyhaique”, agrega.
Posteriormente, vuelve a apelar al parlamentario. “Ese mismo día mi hermano habla con el diputado Calisto, quien conversa con el director del hospital, finalmente hacen una gestión y dicen que gracias a las enfermeras, que estaban en otro turno, se le hace la diálisis".
“El día 6 de junio mi mamá recibe esa diálisis y al otro día una doctora nos comenta que había sido bien recepcionada y que los exámenes del riñón habían salido un poco mejor. Sin embargo, por el tema respiratorio, aunque no lo digan, estaba grave", relata la hija de Edita. Al otro día la familia tuvo una reunión vía zoom con el director del hospital, donde también participó el diputado Calisto, el médico tratante y una abogada en representación de los familiares.
En ese encuentro virtual, Pamela y su familia, lejos de encontrar respuestas a lo que estaba sucediendo, se angustiaron todavía más. “El director sólo se excusó frente al diputado entregando cifras, yo lo interpelé porque para nosotros fue una falta de respeto (hablar de cifras), según él hubo un segundo brote de Covid, el problema es por qué no avisaron, tenían dos teléfonos, para que nos avisaran de algo grave, así mismo lo dicen ellos. Tienen el deber de avisar a la familia, no lo hicieron”, asegura.
Las últimas horas de Edita con vida
La familia Güenumán Aila apunta directamente al Hospital Regional de Coyhaique, recinto al que acusan de varias irregularidades que terminaron con el deceso de Edita. “El director claramente no conocía lo que tenía, cuando el diputado lo llamó decía que no tenía máquina y eso que los médicos nos ofrecían, nos decían que sí había máquinas, pero no hay personal. Decían que les habían quedado dos (personas) y gracias a ellos pudieron hacer la diálisis”, dice cuestionando lo que para ella era una insuficiente disponibilidad de recursos humanos en medio de una emergencia sanitaria.
“Mi mamá seguía grave, el doctor nos dijo que nos fuéramos a Coyhaique. Nos íbamos a ir el martes y llama para decirnos que mi mamá había fallecido, que ya no había aguantado más, que hubo una arritmia. Y el certificado de defunción dice que fue una falla multisistémica, en segundo (lugar) dice Covid y en tercero, enfermedades de base”, agrega antes de cuestionar los hechos que se sucedieron con posterioridad al deceso de su madre.
“El doctor nos dice que fuéramos a buscar los papeles, que iba a dejar todo listo. Cuando llegamos mi hermano entró con la persona de la funeraria, ingresó afuera de la UCI y sale una persona súper alterada, con malos tratos y le dice que no podían entregar nada, que todo se había ido a la morgue, donde estaba el cuerpo”, relata.
“En la morgue le dicen que no está ahí, que tiene que ir a la UCI de nuevo, lo pasearon y que ellos sólo tenían un papel”, agrega Pamela.
“Mi mamá había llevado 40 mil pesos y se los robaron”
A la seguidilla de hechos denunciados que desencadenaron la partida de la señora Edita, la familia suma una acusación alusiva a sus pertenencias. “Fuimos a hacer otras gestiones y cuando llegamos a la vuelta, como a las tres de la mañana revisamos el bolso de mi mamá. Había llevado un monedero con plata, 40 mil pesos. 'Cuando me sane, voy a comprar algunas cosas', dijo. Cuando revisamos, su chauchera estaba abierta y no había nada, eran dos billetes de $20.000 que se los robaron. Puse una tercera OIRS (reclamo)”.
“Al otro día, al recibir el cuerpo, la gente que trabaja ahí, que es muy fría, (nos decía) 'salgan de aquí', no hay un protocolo de nada, ni un tema espiritual, nada. El hombre que estaba ahí de Seremi de Salud nos dice que podíamos velar el cuerpo, siendo que antes nos habían dicho que no. Decidimos pasar directo al cementerio cuando llegáramos a Chile Chico”, relata Pamela.
“Vamos a tomar todas las acciones legales correspondientes, vamos a seguir con esto, porque no hay dignidad para los pacientes, esperan hasta el último momento, se perdieron 48 horas vitales para mi mamá, para recibir la diálisis, siendo que había personal, pero insuficiente. Hay un director que es incapaz de gestionar a su personal para que descanse. Son muchas las irregularidades, hoy nos preguntamos si mi mamá debió recibir la diálisis mucho antes y no cuando tenía Covid, a lo mejor (eso lo hicieron) para seguir en la mentira y no decirnos que tenía Covid”, concluye.
Diputado Calisto y acciones judiciales
Consultado respecto de los hechos, el parlamentario respaldó las acciones de la familia para esclarecer lo sucedido con la paciente. "Acompañamos el caso de la señora Edita Aila, una situación tremendamente compleja, una señora que ingresó al Hospital de Coyhaique por un problema renal, se recuperó estando en el Hospital de Coyhaique, para lo cual fue intervenida, pero en el transcurso de su recuperación, le pidió a su familia poder salir del hospital debido al aumento de los casos de covid. Ella tenía mucho miedo por esta situación. La familia se comunicó conmigo para poder hacer esas gestiones para que le pudieran dar el alta, pero en ese transcurso se contagió de covid y posteriormente se complicó de salud producto de la enfermedad y falleció", dice ratificando la versión entregada por los Güenumán Aila.
"Esta es una situación grave para nosotros, respecto de la negligencia, de acuerdo al tratamiento y cómo se abordó esta situación, además por la falta de los protocolos covid, donde vimos y nos dimos cuenta claramente que no se respetaron. Ella fue contagiada por personal médico, lo que nos demuestra que, en definitiva, la gente que hoy entra por otra enfermedad, finalmente termina falleciendo producto del covid, que además se contagia dentro del mismo recinto de salud", agrega.
Adicionalmente, Calisto aclara su postura concreta frente al anuncio de la familia tras el inesperado deceso de Edita. "Por supuesto que acompañamos las acciones judiciales que va a emprender la familia, sostuvimos una reunión antes incluso que la señora falleciera, mientras estaba en el hospital, en la UCI. Tuvimos una reunión con el director vía telemática, pidiendo que (hubiera) una atención especial e incluso que se pudiera ver una opción de traslado. Ninguno de esos hechos fue posible y, lamentablemente, tuvimos un trágico desenlace", cuenta.
Por último, Calisto asegura que "la familia tiene toda la razón respecto de las acciones que está realizando, además se necesita por parte del servicio de salud, clarificar cuáles fueron las situaciones y las circunstancias que produjeron este fallecimiento y, sobre todo, la falta del cumplimiento del protocolo al interior del servicio de salud y, por ende, aquí se tiene que dar una respuesta a la familia que está destrozada por el fallecimiento de su madre".
La versión de las autoridades
Desde el Colegio Médico de Aysén el presidente del organismo, Claudio Vallejos, lamentó el fallecimiento de Edita Aila, solidarizando con la familia, pero recordando la grave situación sanitaria que se vive en el país a causa del COVID-19.
“Como Colegio Médico lamentamos profundamente, y empatizamos total y absolutamente con la familia por la pérdida del ser querido, sin duda es una situación lamentable y triste. Y es razonable, adecuado y correcto que la familia solicite todas las explicaciones posibles para quedar con la plena tranquilidad de qué se ha hecho, o se hizo, todo lo que corresponde hacer”, comenta.
Vallejos considera que “es bueno dejar claro que estamos viviendo una pandemia terrible. El Hospital de Coyhaique, al igual que todos los hospitales en Chile, está absolutamente saturado, con muchos pacientes contagiados con COVID-19, pacientes muy graves, en una extrema situación de multiplicar las camas críticas, y lo que es más importante, el personal está exhausto. Muy atareado, lleno de trabajos, y así y todo con la frente en alto, enfrentando una situación compleja”.
De acuerdo con el doctor Claudio Vallejos, desde el Colmed tienen “absolutamente claro de que ahí están implementando todos los protocolos que corresponden para prevenir, y evitar en la medida de lo posible, los contagios y brotes intrahospitalarios”.
“Hay que recordar que los hospitales, no solamente este, todos los hospitales tienen riesgo real de que se produzcan brotes de infecciones intrahospitalarias, ya sea por COVID-19 u otros. Tanto es así, que antes que comenzara la pandemia, aproximadamente se reportaban entre 80 y 90 brotes de infecciones intrahospitalarias en diferentes hospitales de Chile. Una vez que llegó el COVID-19, se han reportado más de 300 brotes intrahospitalarios de COVID-19 al año”, ilustra a El Desconcierto.
Debido a lo descrito anteriormente el dirigente del gremio médico señala que "más que preguntarse por qué hay un brote, la pregunta es si se cumplieron los protocolos”.
El Desconcierto se comunicó con el Hospital Regional de Coyhaique, desde donde indicaron que, de momento, no emitirán declaraciones al respecto, puesto que se está realizando una investigación epidemiológica sobre el caso.