Chile despide al científico más influyente de los últimos años: A los 92 años fallece Humberto Maturana

Chile despide al científico más influyente de los últimos años: A los 92 años fallece Humberto Maturana

Por: Carolina Ceballos | 06.05.2021
"La pregunta básica que me hice fue qué es lo vivo y qué muere, o qué tiene que estar pasando en su interioridad en un ente para que yo, mirándolo desde afuera, pueda decir que es un ser vivo", fue la reflexión que le otorgó reconocimiento internacional al biólogo y Premio Nacional de Ciencias, cuyo deceso se confirmó la mañana de este jueves, a escasas semanas de su última publicación "La revolución reflexiva", que escribió junto a la bióloga cultural Ximena Dávila, con quien fundó el Instituto Matríztica.

"Es absolutamente legítimo decir hasta aquí vivo. Yo, Humberto Maturana, quiero escoger el momento en que voy a morir, no quiero ser una carga, no quiero generar daño y no quiero contribuir al crecimiento de la población, porque es dañino para todos. El modo de vida del ser humano ha sido absolutamente destructivo".

Con estas palabras, uno de los científicos más destacados que ha tenido el país, hablaba de la muerte hace no más de tres semanas. A propósito de una entrevista que concedió a La Tercera, en el contexto del lanzamiento de su nueva publicación, "La revolución reflexiva", que escribió junto a la bióloga cultural Ximena Dávila, evidenciando que estaba más activo que nunca, lo que hacía impensado que este jueves 6 de mayo nos despertáramos con la noticia de su deceso, a los 92 años.

La confirmación de su partida ha generado gran impacto en la opinión pública, particularmente por el significativo aporte que implicó la vida de este intelectual, quien hizo contribuciones relevantes a la ciencia tanto a nivel nacional como internacional.

El Premio Nacional de Ciencias 1994, hizo sus primeros estudios en el Liceo Manuel de Salas, para luego ingresar a a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Su inquietud y su permanente avidez por la investigación y la ciencia, lo llevaron a instalarse en Inglaterra, donde escogió al University College de Londres para estudiar anatomía y neurofisiología. Ya en el año 1958, se graduó como doctor en Biología en la Universidad Harvard, en Estados Unidos.

En el ámbito de sus destacados trabajos se encuentra la "autopoiesis", una teoría desarrollada junto a Francisco Varela.

"La pregunta básica que me hice fue qué es lo vivo y qué muere, o qué tiene que estar pasando en su interioridad en un ente para que yo, mirándolo desde afuera, pueda decir que es un ser vivo", comentó al respecto Maturana a BBC Mundo hace un par de años.

La teoría se publicó en diversos trabajos, desde su génesis, en el año 1969 y de acuerdo a lo que el mismo intelectual admitió, fue "revolucionaria porque dio una respuesta para lo que antes no había". En efecto, este concepto le valió el reconocimiento internacional.

Cuatro años más tarde, en 1973, junto a Varela publican el libro Autopoiesis and Cognition: the Realization of the Living.

El imperecedero legado de Maturana

El "legendario biólogo", como lo llamó alguna vez Anil Seth, el neurocientífico británico con quien coincidió en una conferencia en la que relevó su importancia como científico y sus aportaciones en este ámbito, desde donde desarrolló una fértil carrera, fundó además el Instituto de Formación Matríztica junto a Ximena Dávila, con la intención de "contribuir a la construcción de una sociedad ética, equitativa e inclusiva, en armonía con el medioambiente", entre otros propósitos.

Tal ha sido la influencia de Maturana, que el mismo Seth admitió públicamente haberse empapado de su obra. "Es un maravilloso ejemplo del legado de la ciencia chilena", aseguró hace algún tiempo.

Maturana, quien fue ayudante de biología del profesor Gabriel Gasic en la Facultad de Medicina, entre 1958 y 1960, asumió como investigador asociado en el Departamento de Ingeniería Eléctrica del Massachussets Institute of Technology (MIT).

En el año 1960 decide regresar a Chile, abocándose a distintas actividades en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, donde tuvo una destacada y dilatada participación como académico entre 1965 y 2000, tiempo en que ejerció como docente titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias.

Cuando transcurría el año 1994, Maturana es reconocido con el Premio Nacional de Ciencias por su  investigación en el área de las Ciencias Biológicas, específicamente por su trabajo en el ámbito de la percepción visual en vertebrados, además de sus planteamientos acerca de la teoría del conocimiento, legados imborrables de uno de los científicos más connotados del último siglo en Chile, marcados por su luminosa y fértil presencia, esa que no se desvanece con su inesperada partida.