Pablo Vidal, candidato presidencial, y el rol del empresariado: "Se acabó el tiempo en que ellos daban el vuelto del pan a través de la Teletón"
Fue una sorpresa. En medio de la vorágine de nombres que surgieron en la carrera por La Moneda, el suyo no era uno de los que figuraba. Geógrafo de la Universidad Católica y diputado por el Distrito 8, en diciembre de 2020 renunció al partido que ayudó a fundar, Revolución Democrática (RD), acusando una "falta de audacia" para buscar una unidad amplia, en lo que algunos interpretaron como un acercamiento a la ex Concertación, lo que aquí niega y critica la falta de "coraje" de esa coalición.
Ahora, busca ganar una primaria de la oposición, que cada vez acumula más candidatos, respaldado por el Partido Liberal (PL), por Nuevo Trato (NT) y un equipo de campaña con figuras como la de la diputada Natalia Castillo, el alcalde de Renca Claudio Castro, la ex subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga y la mente detrás del personaje "Contralorito", César Leiva.
Asegura que "no existe otro referente político de las características como el nuestro hoy día en la centroizquierda chilena" y alude a liderazgos jóvenes como Emmanuel Macron, Jacinda Ardern o Justin Trudeau.
Sin embargo, cuando asumió como parlamentario, surgieron críticas sobre su trabajo en el sector privado antes de iniciarse en la política, donde algunas comunidades cuestionaron a Vidal cuando participó como encargado de relaciones comunitarias del proyecto Central Hidroeléctrica Rucalhue, en la comuna de Quilaco, para la brasileña Atiaia Energía. Dichos cuestionamientos reaparecen ahora que aspira a ser Jefe de Estado, aunque asegura que "se han tergiversado ciertas cosas que se hicieron en su momento" y afirma siempre haber tenido una buena relación con los dirigentes sociales.
En conversación con El Desconcierto, Vidal entrega claves del nuevo proyecto político del que forma parte, repasa su formación evangélica, sobre la que afirma ser "muy liberal en términos valóricos" e insta a la izquierda a abrirse hacia esas comunidades. De la misma forma, revela que a pesar de sentirse seguro de que ganará las primarias, no se cierra a ir a la reelección o a buscar una candidatura senatorial, según lo defina el colectivo.
-¿Desde cuándo se viene gestando la candidatura?
-El día 30 de diciembre fue el lanzamiento público de esta plataforma que se llama el Nuevo Trato, con algunos independientes que venimos del Frente Amplio y otros del mundo de la Nueva Mayoría. Está también el Partido Liberal y hay muchas personas que son independientes que no han militado nunca, pero que se sienten parte de una cultura de centro izquierda. Hubo una discusión simpática respecto a cuál es el adjetivo más específico para definirnos: somos socialdemocrátas, del progresismo liberal, somos liberales igualitaristas. Yo te diría que hay un poco de todas esas culturas en algo que podríamos condensar en una especie de progresismo liberal. Creemos que ese nuevo trato tiene que ser feminista, tiene que haber un nuevo trato ambientalista, con las personas mayores, con la infancia, un nuevo trato con las empresas. Tiene muchas dimensiones que nosotros esperamos que vayan robusteciéndose en el tiempo a través de un proceso programático que hemos venido trabajando desde el mes de enero. No pensamos en ese momento que esto podía decantar en una candidatura, pero nunca lo descartamos, porque lo que sí vimos fue que queríamos asumir un rol protagónico.
-Pero, ¿cómo fue ese momento, qué fue lo que les hizo decir 'tenemos que ir a las primarias, tenemos que ir a la presidencial'?
-Es una pregunta que siempre nos fuimos haciendo y hubo una conclusión que desde el nacimiento del Nuevo Trato la teníamos muy clara: el nuevo Chile que se está construyendo hoy día es un Chile que se va a construir de manera paralela entre lo que la nueva Constitución nos deje como bases institucionales y políticas, pero también con lo que hagan los próximos gobiernos. Le tenemos muy poca fe a este gobierno, como la gran mayoría de Chile, sabemos que no va a ser este gobierno el que va a sentar las bases del futuro, va a ser el próximo y los siguientes. Por lo tanto, nosotros decíamos que ambas cosas tienen que correr en carriles paralelos. No existe otro referente político de las características como el nuestro hoy día en la centroizquierda chilena. Creemos que somos un aporte a refrescarla, a dotarla de mejores y nuevos contenidos y liderazgos, que son hijos de esta nueva generación, que exige cambios y transformaciones profundas. Sin una candidatura presidencial difícilmente vamos a llevar este esfuerzo programático hasta la primera línea del debate público.
-Más allá del proyecto colectivo, ¿por qué usted? ¿Por qué Pablo Vidal?
-Es una pregunta que hay que hacérsela a las personas que me invitaron a asumir este desafío. Hay algunos casos como el del diputado Mirosevic, que es un liderazgo que yo admiro mucho, pero que no tiene la edad, o el alcalde Claudio Castro, a quien admiro sobre todo por el trabajo que ha hecho en una comuna popular como Renca, pero el alcalde nos explicó que él quería continuar al frente con el proyecto que ha venido liderando y eso también es respetable. Al final fue un problema feliz, teníamos varios muy buenos nombres que podrían haber asumido este desafío: la diputada (Natalia) Castillo, la ex subsecretaria Valentina Quiroga; tanto el PL como la comunidad del NT me piden a mí asumir la candidatura y yo me lo tomo como una responsabilidad muy grande y sobre todo como un honor. Lo que sí queremos que quede muy claro es que esta candidatura no se trata de una persona y desde el primer minuto así lo hicimos saber el día de la proclamación. Nadie es capaz sólo de liderar un proyecto como este o gobernar Chile. Son los equipos que lo acompañan los que te imprimen un carácter.
-Su salida de Revolución Democrática fue interpretada como un acercamiento a la ex Concertación. ¿Fue así?
-Quienes me conocen desde años en política saben que siempre tuve la convicción de que el proyecto que en su momento fundamos desde Revolución Democrática tenía como objetivo en el mediano y largo plazo renovar a una centroizquierda desgastada. Cuando se hacen menciones a la Concertación a mí me da un poco de pudor y risa, porque la Concertación está muerta hace muchos años. No existe como referente político, como proyecto para el país. Cumplió un ciclo del cual tenemos muchas críticas y del cual habrá que reconocerle algunos méritos pero ese proyecto ya no existe...
-Pero todavía hay nombres, todavía hay personas de fueron parte de la Concertación que tienen mucha influencia y están activas políticamente...
-Por supuesto, existen, y por eso es que nosotros no somos hoy día parte de eso y generamos nuestros propios esfuerzos de construcción colectiva dentro del marco de las ideas de la centroizquierda. Hoy día no existe un proyecto sólido que mire hacia el futuro, pero el ideario, el conjunto de idearios de lo que es hoy día la centroizquierda, o el socialismo democrático o el progresismo liberal o como queramos llamarle, está más vivo que nunca en nuestro país. Si la Concertación y los gobiernos anteriores hubieran tenido el coraje de construir en Chile un sistema de seguridad social como el que tienen los países desarrollados que tienen un Estado de bienestar, probablemente esta pandemia la podríamos haber enfrentado de mucho mejor manera.
No es que esas ideas se hayan agotado, es que ese proyecto en particular se agotó, pero el conjunto de ideas están vigentes en las cabezas de las personas, o alguien podría discutir que hoy en día el pueblo de Chile anhela un Estado que sea capaz de entregar Educación y Salud de calidad que no dependa de los ingresos personales o familiares de cada hogar. Valoramos que otros sectores políticos que en el pasado no se hicieron cargo de eso, hoy día estén reconociendo ese error. Pero nosotros de ese pasado no nos podemos hacer cargo, porque no somos parte de ese proyecto que murió hace mucho tiempo.
-Valentina Quiroga, su jefa programática, fue subsecretaria de Educación de Michelle Bachelet y es ex directora ejecutiva de la fundación Horizonte Ciudadano, creada por la ex Presidenta. ¿Qué valora de los gobiernos de la ex Concertación?
-¿Alguien podría desconocer la correcta inspiración que tuvo en muchas de las reformas que intentó impulsar el gobierno de la Presidenta Bachelet? En muchos sentidos fue visionaria y fue resistida por fuerzas conservadoras, al interior de su propia coalición y sobre todo de la derecha. La ex subsecretaria Quiroga fue una de las personas que más trabajó por la consideración de la gratuidad en la Educación y por el establecimiento de la Educación como un derecho en nuestro país, más de 30 proyectos de ley se aprobaron en ese gobierno para tratar de avanzar en esa reforma educacional integral para tener un Chile con una Educación distinta. De eso tenemos que sacar un aprendizaje respecto de las alianzas que construyamos de aquí al futuro. Yo espero la unidad más amplia posible de la oposición, pero una unidad que se funde también en lo programático, en lo parlamentario, en los gobiernos locales y municipales. Y ahí hago una crítica a los esfuerzos de los últimos meses, muchos se llenan la boca hablando de unidad, pero cada vez que ha habido una oportunidad para construirla no han estado disponibles.
-Nuevo Trato, ¿qué tan amplio es? ¿Incluye a la DC, al Frente Amplio, al PC?
-Una primera verdad absoluta es que ninguna de las oposiciones que hoy día existen tienen la capacidad de gobernar el país sola. Soy de la visión que tengamos la unidad más amplia posible, ojalá desde la DC hasta el PC. Hay que matar los fantasmas. Gobernaron juntos hasta hace muy pocos años. Con errores y con aciertos, podemos volver a construir una alianza amplia, pero siempre que estén las reglas claras, los pilares de los acuerdos programáticos claros y que sea todo esto debatido de manera transparente. Solo vamos a ser capaces de ofrecer un proyecto alternativo a Chile para que no continúe la derecha si nos unimos. Ya algunos rechazaron la unidad cuando se pedían primarias para los gobiernos municipales y vamos a pagar un costo altísimo el 15 y 16 de mayo cuando en muchas comunas del país, habiendo gobiernos municipales de derecha nefastos que van a tener baja votación, van a ganar igual por culpa de la dispersión de las fuerzas opositoras. Podríamos haber hecho primarias de gobernadores regionales, vamos a ver qué pasa con esa elección. Teníamos la responsabilidad de hacer una lista lo más amplia posible de unidad de cara al proceso constituyente y fallamos.
-En su carta de renuncia a RD sostiene que “la historia no se va a detener a esperar a que maduremos”. ¿Le falta madurez al Frente Amplio?
-Yo he tratado de ser lo más cuidadoso con mi juicio respecto del FA, porque la verdad es que mi renuncia a RD no fue fácil, fue dolorosa. Fui parte de un proyecto al que ayudé a fundar. Aún guardo un profundo cariño y respeto por muchos de sus dirigentes y dirigentas y a varios de ellos los sigo respaldando porque confío en sus capacidades, en sus liderazgos. Pero creo que en general lo que Chile espera es que seamos capaces de salir más allá de nuestras respectivas fronteras políticas y de nuestras propias organizaciones a construir unidad con otros y esos otros no son solamente partidos políticos, es la sociedad civil organizada.
Fomación evangélica y su rol en la hidroeléctrica Rucalhue
-Usted ha sido muy abierto con respecto a sus formación evangélica, sus padres son pastores, ¿se considera evangélico?
-Soy muy respetuoso de las comunidades de fe, creo que hay sectores de la izquierda que han cometido un error garrafal al alejar a las comunidades religiosas de nuestra acción política porque tenemos diferencias con ellos. Y también las tengo. Soy una personas de orientación muy liberal en términos valóricos. He respaldado iniciativas como la ley de identidad de género y voy a seguir haciéndolo. Dentro de las iniciativas que vamos impulsar, tanto con la candidatura como con el Nuevo Trato, es una ley integral de derechos para las personas trans, estamos absolutamente de acuerdo con el matrimonio igualitario, con el aborto, hemos respaldado en estos días el proyecto de eutanasia. Reconozco que muchas de esas agendas no son compartidas con muchas comunidades religiosas, pero primero, yo no soy un representante del mundo evangélico, yo soy una persona de formación evangélica.
La comunidad evangélica, en general, fue perseguida, fue discriminada durante el siglo XX, no se le reconocía su igualdad ante otras iglesias, por ejemplo, la Iglesia Católica. Recién el año 2001 se vino a firmar la ley de igualdad de culto. Por otra parte, el lugar en la sociedad en la que están mayoritariamente insertas, es en el mundo popular, donde buena parte de las acciones que realiza la Iglesia Evangélica tienen que ver con comedores abiertos, para niños, niñas, y personas que no tiene dónde comer, centros de rehabilitación de consumo de drogas. He visto un montón de iglesias que abrieron sus puertas para que migrantes puedan dormir cuando partió la pandemia, que hicieron ollas comunes. Entonces, yo digo sí, podemos tener diferencias políticas en algunas materias, yo nunca voy dejar de defender lo que creo y en eso soy transparente, yo defiendo esta mirada liberal en el ámbito valórico, pero reconozco en esas comunidades un aporte a la sociedad chilena. Que no son todas, por supuesto hay pastores que abusan de sus comunidades, que se enriquecen a costa de sus hermanos y que los condeno. Yo no pretendo erigirme como representante del mundo evangélico, pero sí decir lo siguiente: de la misma manera en que voy a defender todos lo valores de igualdad y de libertad, voy a defender siempre el derecho a la igualdad de culto.
-Entonces, si está de acuerdo con que la centroizquierda debe acercarse a las iglesias evangélicas, ¿en que términos tendría que darse ese diálogo?
-No solo estoy de acuerdo, ha ocurrido. Es el gobierno del Presidente Eduardo Frei el que inicia el debate sobre la ley de igualdad de culto y reconoce a las iglesias evangélicas. Es Lagos el que finalmente lo firma y da una señal política muy importante el año 2001, por primera vez se hizo el Te Deum evangélico fuera de la iglesia Jotabeche, que era símbolo de apoyo a dictadura, y se hizo en la Iglesia Pentecostal de Chile en la ciudad de Curicó. La Presidenta Bachelet, es la presidenta que más apoyo le ha dado a las iglesias evangélicas para poder desarrollar muchos proyectos e iniciativas con foco social. Hace pocos días estuve reunido con un conjunto de pastores y obispos, con la senadora Yasna Provoste, conversando y dialogando con ellos. El mundo de la centroizaquierda lo ha hecho, pero creo que lo tiene que hacer aún más. Las iglesias evangélicas tiene que saber que aunque tengamos diferencias en algunas materias, a la hora de defender a los pobres, de defender a las mujeres, a los pueblos indígenas, a los migrantes, a los trabajadores y trabajadoras, tenemos muchas más coincidencias que diferencias. No permitamos nunca más que voces como algunos parlamentarios de RN, que tratan ellos sí de arrogarse la voz del mundo evangélico de un manera absolutamente indecente, vuelvan a hacerlo. El mundo evangélico no es de derecha.
-Otro punto de su biografía es su intervención en el proyecto de la hidroeléctrica Rucalhue, en la comuna de Quilaco. ¿Cuál fue su rol en el proyecto?
-Antes de ser diputado trabajé como cualquier persona, en el mundo público y en el mundo privado. No vengo de la asamblea universitaria a ser diputado. Trabajé 10 años en distintas cosas. En el ejercicio de mi profesión, trabajé en el ámbito de relacionamiento comunitario en una empresa en la cual hicimos un trabajo con la comunidades, que en ese momento fue muy exitoso porque los estándares con los cuales en general las empresas trabajaban con la comunidades eran muy distintos y esta empresa tenía en ese momento una inspiración mayor. Pero estamos hablando de algo que fue hace 8 años. Y vale la pena decir que esa empresa para la que yo trabajé ya no existe, ya no está en Chile. Hoy día ese proyecto fue vendido a otra empresa, yo desconozco hoy día en qué está el estado del proyecto, desconozco qué es lo que ha hecho esa empresa. Lo que yo sí se es que mientras yo trabajé en ese proyecto tuvimos un muy buen diálogo con las comunidades, de hecho, algunos dirigentes sociales de la zona en algunos otros medios de prensa han dado cuenta del buen trabajo que hicimos. Nunca tuvimos conflictos y si hoy día eso está ocurriendo, la verdad, no tengo ninguna posibilidad de hacerme cargo porque tiene que ver con la gestión de un empresa con la cual yo nunca he tenido ningún vínculo, ni con esta ni con ninguna empresa desde hace mucho tiempo.
-Hay comunidades que aseguran sentirse engañadas por usted respecto a este proyecto. ¿Qué opina de dichos cuestionamientos?
-Para mí es triste ver la forma en que quizás se han tergiversado ciertas cosas que se hicieron en su momento, que fueron muchas. Creo que la opinión de las comunidades siempre es legítima, siempre la voy a respetar y lo que yo recuerdo de lo que hicimos sobre ese tema tenía que ver con un problema de conectividad que tenían esas comunidades, con la cuales la propia comunidad solicitó apoyos específicos respecto del problema que tenían y eso fue lo que se hizo en ese momento. Pero insisto en el punto, que en su momento nunca nosotros tuvimos conflicto con la comunidad, los dirigentes con los que trabajamos han dado cuenta de aquello. Si hoy día existe una diferencia con respecto al desarrollo que ha tenido el proyecto, incluso en las cosas que hicieron antes, está dentro de la responsabilidad de la empresa responderle a la comunidad. En ese sentido soy súper claro, yo desarrollé una labor profesional, de manera muy transparente, pero desde que yo dejé esa empresa nunca más tuve vínculo con ella, ni con ninguna otra, y mi compromiso hoy día es con el interés público y siempre voy a estar del lado de las comunidades.
-Pero, como empleado de esa empresa, ¿era su misión convencer a la gente de que no se opusiera al proyecto?
-No, cualquier persona que conozca la tramitación ambiental de proyectos sabe que, y es algo que nosotros hemos defendido que tiene que cambiar, lamentablemente las comunidades no tienen una opinión de carácter vinculante en la tramitación de proyecto, por tanto, no son las comunidades las que aprueban o rechazan los proyectos. Más bien mi labor era construir una relación con las comunidades, en el mejor de los ánimos posibles y en ese contexto se construyeron acuerdos, varios de ellos de carácter voluntario incluso, pero que no eran una exigencia. Recuerdo algo. En 2013, en ese momento, se buscaba aquello (construir el proyecto) y en el año 2021 las exigencias por supuesto que son distintas y superiores. También vale la pena decir que el año 2013 la energía en Chile estaba siendo dominada por los proyectos termoeléctricos, principalmente de carbón contaminante, por lo tanto, en ese momento también era un proyecto que tenía un interés particular porque era una alternativamente mucho mejor para el medioambiente y para el sistema energético. Hoy día, cuando tenemos un boom extraordinario que nos tiene como líderes mundiales en términos de energías renovables no convencionales, quizás el momento dice que son otros los proyectos que deberían ser priorizados.
-¿Apoyaría un proyecto como ese el día de hoy?
-Desde que dejé esa empresa mi decisión fue vincularme al ámbito público y como diputado, y cualquier persona que lo sepa, o que pueda investigar, mi trabajo siempre ha estado en buscar más exigencias para las empresas en beneficio de las personas. Soy autor, incluso, del proyecto que reduce la utilidad a las empresas distribuidoras de energía por la polémica de los medidores eléctricos, fui presidente de la comisión investigadora, o sea, yo acá estoy trabajando por la defensa de la gente. Hoy día toda mi energía y toda mi proyección profesional la pongo en el ámbito de lo público, en mi rol como diputado, como candidato presidencial. No sé lo que vendrá en mi futuro, pero lo que sea, yo hoy estoy de este lado, siempre trabajando por el interés de la gente y a las empresas, en general, las mayores exigencias para que hagan las cosas bien y para que retribuyan al país de la manera que corresponda.
"Alianzas público-privadas, pero donde las reglas las pone el Estado"
-Usted ha propuesto mayores impuestos a aquellas empresas que no aporten al país y, por el contrario, rebajar tributos a aquellas que inviertan en innovación. ¿Qué empresas en Chile, con nombre y apellido, no le están aportando al país?
-En el contexto del debate del royalty minero, ingresamos una indicación que fue iniciativa de la diputada Marcela Hernando, que es ‘ok, le vamos a cobrar más royalty a las empresas mientras más ganen, pero si estás haciendo un esfuerzo por agregarle valor a los recursos e innovar te podemos cobrar menos’. Si tú eres una empresa como SQM, para decirlo con nombre y apellido, que tienes la desfachatez de invertir en agregarle valor a ese recurso mineral en tu planta en Australia, pero no eres capaz de hacer el mismo esfuerzo en Chile, entonces solamente secas el salar de Atacama, extraes el litio gracias a la energía del sol, obtienes una riqueza de nuestra tierra que no es renovable, te vamos a cobrar el más alto royalty posible. Creemos que empresas como SQM nunca le han retribuido a Chile, empresas mineras grandes tampoco lo hacen y voy a dar un ejemplo al revés: no creo que CMPC sea un ejemplo, en general, pero reformó una de sus plantas para fabricar mascarillas y poder entregarlas de manera gratuita. Vale la pena abrir un diálogo con esa empresa. Nuestro gobierno no va a tenerle las puertas cerradas a los empresarios, ¿cómo se les puede ocurrir? Los países que han logrado dar saltos hacia el desarrollo, lo han hecho con grandes alianzas público-privadas, pero donde las reglas las pone el Estado, la sociedad en su conjunto. Van a tener que ponerse al servicio de la sociedad, no solo al de sus ganancias.
-Menciona CMPC, perteneciente al grupo Matte. Al respecto, ¿cree que los grandes grupos económicos del país pueden ser un aporte en su gobierno?
-Es lo que les vamos a exigir. Yo creo que el mundo está cambiando y lo está haciendo muy rápido. Nosotros estamos hablando ahora, por ejemplo, de un plan de reconstrucción post COVID, que se tiene que hacer cargo de todas las secuelas. Hay todo un desafío, está la renta básica universal como exigencia, nosotros vamos a ingresar esta semana con la senadora Provoste una iniciativa para condonar las deudas estudiantiles. Cuando estamos mirando todas esas necesidades, necesitamos que las empresas entonces se suban a este carro, entiendan que ellas también van a tener que ponerse, no solo con lucas, sino también con una forma distinta de desarrollar sus negocios. Mi impresión es que las empresas lo que piden son reglas claras, el problemas es que las reglas que tenemos actuales no son suficientes para lo que Chile exige. Si les cambiamos las reglas van a ser más exigentes, pero van a ser reglas claras. Se acabó el tiempo en que ellos daban el vuelto del pan a través de la Teletón o un programa de televisión y tratar de quedar bien con todo el mundo, ahora se van a tener que poner en serio. Pero acá no se trata de expropiarles las fortunas a los más ricos, es más, los impuestos a los súper ricos les pide el 2,5% de sus patrimonios, en el último año no más aumentaron en un 70% sus fortunas, entonces les estamos pidiendo un aporte, una señal, un compromiso con Chile, que demuestren lo patriotas que son.
Candidatura senatorial “es una posibilidad”
-¿Cree que tiene posibilidades de ganar las primarias?
-Si no creyera que tengo posibilidades no habría aceptado la candidatura. Estoy absolutamente convencido de que estamos en carrera. Probablemente, en los próximos días las encuestas que ya sean capaces de habernos medido, porque anunciamos la candidatura hace solo una semana, van a demostrar que somos competitivos. Porque hay algo que tiene esta candidatura que yo creo que para la gente es valioso y es que tenemos un equipo muy grande y somos una candidatura que no viene aquí a dar explicaciones de lo que hizo o de lo que no hizo, venimos a construir el presente y el futuro.
-Poniéndose en el caso que pierda, ¿va a apoyar a cualquier candidato que gane la primaria? ¿Apoyará a cualquier candidatura de centroizquierda en la segunda vuelta?
-Esa decisión hoy día ya no es personal. Desde que yo asumo la candidatura, lo hago en nombre del colectivo de la comunidad del Nuevo Trato y del Partido Liberal, por lo tanto, es una deliberación que tenemos que hacer en conjunto. Mi opinión personal es que si concurrimos a unas primarias por supuesto que tenemos que respaldar a quien las gane. Pero sobre todo creo que la dificultad hoy día no está ahí, está más sobre cuál va a ser esa primaria, con quiénes va a ser esa primaria. El 19 de mayo es la inscripción y ya veremos lo que ocurre, en cuál primaria nos inscribimos y, por supuesto, tenemos que respetar el resultado que mandate y que no tengo ninguna duda será el que nos respaldará a nosotros. De verdad lo creo.
-Volviendo al caso hipotético de que no gane las primarias, ¿va a postular a otro cargo? ¿A la reelección, o postular a senador?
-Mi voluntad hoy día está a disposición de este colectivo. Yo, por supuesto, que estaba mirando de reojo en el ejercicio de mi cargo, que tengo un mandato hasta el 11 de marzo del próximo año, la posibilidad de la reelección. Por lo tanto, eso es una alternativa que no descarto, pero hoy día estamos embarcados en esta candidatura presidencial porque creemos que tiene posibilidades reales de ir superando las próximas barreras y llegar a ser competitivas y ganar. Ahora, si es que hubiese que tomar una decisión distinta, sin lugar a dudas la someteré al colectivo y estoy a disposición de ellos. Me dieron la confianza, somos un equipo y en ese equipo grande de la comunidad y del Partido Liberal definiremos cuáles son los próximos pasos, no solo para mí, sino para los distintos liderazgos de esta comunidad. Lo que sí me gustaría es que pase lo que pase, nos vaya muy bien el 15 y 16 de mayo con nuestros candidatos a la convención constitucional, donde tenemos muy buenos representantes y espero también que podamos tener una bancada muy potente en el próximo Congreso Nacional.
-¿No descarta entonces una eventual candidatura senatorial?
-Lo someteremos en su momento a la decisión del colectivo, es una posibilidad, pero hoy día estamos absolutamente embarcados en esta candidatura presidencial.
-Se lo pregunto porque en su territorio, a raíz de la ley que limita las reelecciones, se libera un cupo histórico de la centroizquierda, que es el del senador Guido Girardi. En ese sentido, ¿es algo que se ha conversado?
-Y también está el hecho de que el senador Carlos Montes tampoco va a la reelección, al menos, eso es lo que él ha señalado, entonces, hay una posibilidad ahí también. Pero insisto, yo no me cierro a ninguna posibilidad, sin embargo, hoy día mis energías, mis ganas y mis convicción están en esta candidatura que me toca liderar a mí, pero que perfectamente podría haber estado liderada por Valentina, por Claudio, por Vlado, por Natalia, por otro. Hay una experiencia internacional en que liderazgos jóvenes han sido tremendamente capaces de administrar momentos difíciles en sus países, porque a veces surgen voces de que quizás sea mejor alguien con más experiencia, con más edad, pero por otro lado decimos que no queremos siempre a las mismas personas y tu miras el caso de Emmanuel Macron, de Justin Trudeau, o de Jacinda Ardern, y te das cuenta que hay liderazgos jóvenes, en su momento Barack Obama, un tipo que era muy joven llegó a ser Presidente de Estados Unidos y lo hizo muy bien. Entonces, yo creo que mi juventud es una oportunidad, la juventud del colectivo, pero nosotros estamos acá convocando al conjunto de la sociedad.
-¿Se inspira en esos personajes que mencionó? ¿Se ve como un Macron chileno?
-No, mira, soy malo para eso, pero hay liderazgos internacionales en los que yo observo características que son tremendamente valiosas y, por supuesto, que miro con mucho interés lo que ha sido Macron en Francia. Ardern en Nueva Zelanda es un caso espectacular. Hay fenómenos que se están dando en el mundo que yo observo, pero acá uno cometería un error si dijera 'este el es liderazgo que me inspira', porque todos tienen luces y sombras, y lo que Chile necesita no es una copia de un fenómeno de otro lugar. Chile necesita un liderazgo forjado en el contexto nacional.