Pocos casos activos aislados en el peor momento de la pandemia: Solo el 10% están en residencias sanitarias y hospitales

Pocos casos activos aislados en el peor momento de la pandemia: Solo el 10% están en residencias sanitarias y hospitales

Por: Meritxell Freixas | 09.04.2021
Cuando el país atraviesa el mayor peak de contagios, la trazabilidad se pierde y el aislamiento en residencias sanitarias no se cumple. O no lo que se debería, según médicos y expertos. ¿Por qué no se llenan los cupos? ¿Por qué no ingresan a las residencias quienes tienen indicación de ello? ¿Qué obstáculos se detectan en el sistema? El Desconcierto analiza los datos sobre aislamiento efectivo, un nuevo indicador que hace apenas un mes el Minsal empezó a dar a conocer.

Justo el día antes de abandonar la residencia sanitaria donde ingresó por ser contacto estrecho de un caso positivo de Covid-19, Manuel López recibió un correo electrónico del Minsal en respuesta a su solicitud de ingreso. Una semana se demoraron en contactarlo para tramitar su petición. El hermano de Manuel, Rodrigo, falleció por coronavirus el 24 de marzo en la Clínica Red Salud Valparaíso: “Lo asistí en la clínica y lo acompañé cuando murió, pero nadie me informó que fue por Covid-19 y me mandaron para la casa”, explica. El centro de salud descartó a su hermano como caso positivo, aunque el 19 de marzo, en la misma clínica, le entregaron un diagnóstico de sintomatología compatible con Covid-19. “Estaba muy grave y no podía respirar, pero no lo ingresaron al hospital”. Le habían hecho dos PCR y ambos arrojaron resultado negativo. A pesar de los antecedentes y que la evidencia demuestra que un 30% de los PCR son falsos negativos, el establecimiento no lo consideró.

Fue el Servicio Médico Legal (SML) el que informó a Manuel de la muerte de su hermano por coronavirus, tres días después del deceso. Casi 76 horas durante las cuales él estuvo en contacto con su familia, funcionarios de la clínica, de la PDI y del SML, sin más precauciones que la mascarilla puesta y la distancia correspondiente. Ante la confirmación de los forenses, comenzó “un periplo” para poder informar de la situación a la autoridad sanitaria a través del teléfono o del correo electrónico, las dos vías establecidas para ello. “Llamé un montón de veces y mandé un par de correos, pero nunca nadie respondió”, dice . Siguiendo la recomendación del Servicio de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad (SAR) de Valparaíso, se aisló en su casa, sin dejar de insistir a través del celular. Lo logró cuatro días después, casi por casualidad, a través de una funcionaria del consultorio. Para entonces, había pasado una semana completa desde el deceso. La primera llamada del Minsal la recibió tres días después de ingresar a la residencia, el Hotel Ibis de la ciudad porteña. El mismo día, también llamaron a su hermano Rodrigo. Los funcionarios querían preguntarle cómo estaba. “Fue todo muy patudo”, lamenta.

El último informe sobre la Estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) publicado por el DEIS-Minsal, referido a la semana del 27 de marzo al 2 de abril, indica que solo el 10% del total de casos activos del país (50.000) están en aislamiento en una residencia sanitaria o un hospital. Por lo tanto, un 90% de las personas contagiadas están haciendo el aislamiento en su propio hogar, aún cuando algunos no tienen las condiciones de habitabilidad necesarias para ello (una pieza individual con un baño privado). Las dificultades para alcanzar el aislamiento efectivo en una residencia sanitaria afectan directamente a la trazabilidad, imprescindible para controlar la pandemia. Desde hace un mes, el DEIS-Minsal publica en sus informes semanales sobre TTA un nuevo indicador referido precisamente al aislamiento. Los bajos porcentajes que ahí se arrojan abren dudas sobre las barreras de acceso a estos centros y el sistema para localizar a quienes tienen que ingresar en ellos.

Del 10% de personas que constan como aisladas en las residencias sanitarias, menos de la mitad –solo un 3,8%– ha recibido la indicación médica de ingresar en ellas. Y de éstos, un 26% nunca llega a entrar. Los casos de la Metropolitana, Valparaíso y Antofagasta son especialmente preocupantes porque ese porcentaje se dispara a la mitad. “En algunas regiones muy pocos cumplen la medida. No sé si un 77% en todo el país es aceptable, debería ser el 100%”, señala el ingeniero Ernesto Laval. "Nunca se ha dicho que una residencia esté copada. A diferencia de las camas críticas, para aumentarlas solo habría que pagar más”, añade el experto en datos. Considera que un 10% de personas aisladas en residencias u hospitales es una cifra muy baja: "No sería así si tuvieran como hacer el aislamiento en sus hogares, pero a juzgar por las cifras que tenemos actualmente, eso no está funcionando”.

"Excesiva burocracia"

Desde la puesta en marcha del sistema de residencias sanitarias se ha reportado un porcentaje importante de cupos desocupados. Según el reporte diario dado a conocer este jueves por el Minsal, sólo un 54% de las camas están ocupadas, aún cuando el país vive el peor momento de la pandemia. “Se está pagando por estos cupos y no se están usando”, dice Laval.

[caption id="attachment_655267" align="alignnone" width="675"]residencias sanitarias Fuente: Reporte diario Minsal[/caption]

El director del Servicio de Salud de San Joaquín, Juan Ilabaca, hace otra interpretación de los datos: “Por el número de oferta de residencias sanitarias, es imposible tener a todo el mundo ahí. Es poco factible esperar que el aislamiento se dé exclusivamente en residencias sanitarias y hospitales”. Estima que entre el 10 y 15% de personas rechazan aislarse en residencias sanitarias, aún cuando no tienen condiciones en sus hogares. “Hay que recurrir a las mejores artes del convencimiento para explicar la implicancia que tiene para el entorno no cumplir con el aislamiento”, dice Ilabaca, quien también es académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile.

Para la doctora María Soledad Barría, directora del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la misma casa de estudios, el principal problema recae en que las residencias sanitarias "no se juntan con las personas que lo requieren por una excesiva burocracia en el proceso". Para solicitar un cupo hay que llamar al call center 800726666 o comunicarse al mail de cada red de salud de su zona. Ambos servicios se gestionan desde las Seremía. Varios usuarios, como Manuel López, han denunciado la falta de respuesta en ambos canales.

La académica apunta también a los factores geográficos: “El centro de salud de un territorio rural que tiene que mandar a alguien a una residencia sanitaria tiene que tomar contacto con la Seremi, que a lo mejor está en otra ciudad”. Según Ilabaca, además, hay que considerar que “en las regiones de mayor dispersión, como en el sur, las posibilidades de oferta disminuyen; así como en las grandes urbes la concentración de población es tan grande que hace que tengan menor oferta”.

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Cuando ir a la residencia "ya no tiene sentido"

El informe del DEIS-Minsal no entrega información sobre el tiempo en el que se logran identificar y aislar los casos activos. Horas y minutos que, para los médicos y expertos, son claves para evitar la propagación del virus. Sin embargo, este miércoles se presentó el 8º informe de la “Monitorización de estrategia de Testeo-Trazabilidad-Aislamiento (TTA) en la APS”, elaborado por el Colegio Médico, que sí aporta datos sobre la demora en aislar a las personas contagiadas. Solo el 22% de los centros de atención primaria pueden aislar a quienes lo requieren en menos de 24 horas. “El trámite para llegar a las residencias sanitarias no es expedito, aunque mucha más gente lo necesita”, considera la doctora Barría. “Las horas que se demoran en ir a buscar a quienes necesitan una residencia son horas en que estas personas no tienen las condiciones de aislamiento y están infectando a sus familiares”, agrega la académica, una de las coordinadoras de la investigación en la que también participó la U. de Chile, la U. de la Frontera, la Sociedad Chilena de Medicina Familiar y la Agrupación de Médicos de Atención Primaria de Salud.

“Cuando la residencia sanitaria se ofrece poco oportunamente ya no tiene sentido ir”, asegura el doctor Ilabaca. Él ha comprobado por su propia experiencia que, aunque el facultativo indique “clínicamente” a un paciente que debe aislarse, “las personas tienden a esperar el resultado positivo del examen para asumir que tienen que estar aislados”. La precocidad del diagnóstico se pierde cuando el resultado del examen PCR se obtiene cinco días después (y no 24 o 48 horas como debería), como asegura Ilabaca que está ocurriendo, de nuevo, en esta segunda ola.

En el estudio del Colegio Médico, la mayoría de los centros (60%) recibe el resultado de los test PCR en más de 48 horas desde la toma de la muestra. Además, uno de cada tres centros del país indica que no traza a los casos sospechosos. Los últimos datos conocidos del Minsal apuntan que solo el 16,6% de los casos acumulados se han identificado a través de la búsqueda activa y proactiva de potenciales casos en la comunidad.

Trazabilidad, al debe

La trazabilidad ha sido uno de los grandes pendientes del manejo de la pandemia en Chile. Ha faltado personal, recursos, capacitación, herramientas más ágiles e intuitivas y coordinación entre la atención primaria y la Seremi. “Parte problema es que la Seremi va por su lado y los centros salud por otro”, expone Soledad Barría. El 43% de los centros de APS señalan que la trazabilidad se realiza de forma descoordinada entre la Atención Primaria y la Seremi, reporta el estudio. Una “grave” situación –añade– que se refuerza con la orden dictada a principios de marzo de dividir las acciones de trazabilidad a las seremis y el seguimiento a los establecimientos APS. “Constituye un riesgo de mayor fragmentación de la estrategia y atenta contra su fortalecimiento al profundizar en los espacios de descoordinación, pérdida y retraso en el traspaso de la información y datos”, señalaron durante la presentación del informe.

Los funcionarios también acusan la falta de recursos y un agotamiento acumulado: “No saben con qué van a contar por lo que no pueden contratar a gente externa para que los apoyen en un momento en el que deben hacerse cargo de la vacunación de la Covid-19 y de la influenza, además de la trazabilidad y de seguir atendiendo a la población –dice Barría–. La gente está reventada”.

El Departamento de Epidemiología de Salud cuenta con 22 centros (al menos uno por región) dedicados a la trazabilidad y con 1.500 trazadores a tiempo completo. En el sistema Epivigila participan un total de 10.000 funcionarios de la APS y hospitales comunitarios, además de aquellos de la Seremi. Todos ellos logran detectar, a nivel nacional, 2,6 contactos estrechos por cada caso confirmado. Una cifra lejana a la establecida por organismos internacionales, que la sitúan en cinco. También toma distancia de los parámetros internacionales el indicador global de testeo y trazabilidad, que se refiere al porcentaje de casos nuevos procedentes de un contacto estrecho. Actualmente se ubica en el 42%. El Minsal fijó como meta para mantener el control de la pandemia superar el 60%. La OMS recomienda llegar al 80%. En una semana, esta cifra ha caído cuatro puntos.

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