Para el ex presidente de la FECH y hoy candidato a constituyente por el distrito 13, Daniel Andrade (RD), en su historia, el movimiento estudiantil siempre ha tenido altos y bajos, y sus puntos más álgidos han sido cuando las demandas y los anhelos de los estudiantes se conectan con los de la mayoría de la población.

En su caso, las demandas que empujaron con más fuerza en su federación en 2017 fueron la condonación de la deuda educativa, específicamente la del CAE, y el fortalecimiento y la defensa de la educación pública, y de las universidades del Estado. Demandas que, Andrade afirma, siguen muy vigentes hoy.

“Ahora bien, en la actualidad, el movimiento está en un proceso de reformulación, un proceso refundacional. Esto pasa por una mirada interna, pero también de conexión con el país, donde se están reformulando todas las instituciones, donde se incluye el proceso constituyente. Y de ahí van a salir demandas que logren conectar nuevamente con los anhelos y el sentir popular”, asegura el candidato frenteamplista.

-Luego de aquello vino tu rol como vocero y coordinador de “Que Chile Decida”, franja que apoyaba la nueva Constitución para el Plebiscito. ¿Crees que la amplia victoria del Apruebo se vea reflejada en estas elecciones? En el sentido de que las fuerzas progresistas se impongan como mayoría en la Convención…

-La gente está buscando fuerzas de cambio, de manera transversal, incluso más allá del eje izquierda-derecha. Esto se refleja en un voto hacia independientes, hacia la juventud, hacia la gente que no se ha postulado antes a cargos políticos, y creo que eso sí se va a manifestar de manera rotunda. Por ahí va a ir más el anclaje político, más que en la dinámica tradicional de izquierda y derecha.

-Uno de los mayores problemas en tu distrito es el hacinamiento. ¿Qué es lo que se tiene que establecer en la nueva Constitución para atacar este problema?

-Lo primero, es que la pobreza y la desigualdad no son solamente de un área, sino que son multidimensionales, y conllevan muchos ámbitos de la vida, como la salud, la educación, las pensiones, la vivienda y el trabajo. En ese sentido, nuestra propuesta principal es que pasemos de un Estado que subsidie este tipo de cosas, a través de los privados, a un Estado garante, donde sea directamente el sector público el que entregue estos derechos. Tenemos que restringir la participación de los grandes empresarios en nuestros derechos básicos, porque finalmente ellos hacen negocio con cosas que son de primera necesidad para la población, pero además subsidiados por el Estado. Ese es el cambio principal que puede aportar en disminuir las desigualdades y sacar a más gente de la pobreza.

-¿Qué te dice la gente en el territorio? ¿Cuál es la mayor preocupación que tienen de cara a este proceso constituyente?

-Hay una sensación de mucha injusticia, y hay una consciencia de que el gran empresariado se ha aprovechado del Estado para sus propios fines, y no de lo que es justo para todos y todas. Es una sensación muy fuerte, entonces cuando hoy se plantea que logremos sacar a los grandes empresarios de nuestros derechos básicos, hay un consenso transversal en ese tema.

Otro tema muy importante en nuestro distrito es el hacinamiento, como decías. Hay muchos comités de allegados en el D13 porque hoy el subsidio de vivienda es un chiste. Te entregan una cantidad de recursos con los cuales tú no puedes comprar una casa, ni en el distrito, y muchas veces ni en las periferias más periferias de Santiago. También está muy presente en el distrito el tema de la seguridad y el narcotráfico, que es un tema súper duro y tiene que ver con el abandono del Estado.

-¿Cuáles serán, en tu opinión, los grandes temas de la Convención?

-Son dos, diría yo. El primero, es que la Constitución del 80 normalizó un Estado subsidiario que dejó un desequilibrio gigante entre los grandes empresarios y las instituciones democráticas, siendo los primeros los que hoy regulan parte importante de nuestras vidas, desde nuestros derechos básicos y sociales, hasta las áreas estratégicas de desarrollo económico del país, e incluso la subsistencia misma. El proceso constituyente ofrece la posibilidad de volver a los equilibrios, pasando a un Estado que tenga una participación mayoritaria o total en nuestros derechos básicos y un rol importante en los sectores estratégicos. En el fondo, que sea un Estado emprendedor.

El segundo gran tema es el cambio del carácter de nuestra política, que tiene una tradición, desde Portales en adelante, antipopular y muchas veces autoritaria. Nosotros queremos avanzar a una política que se parezca más a Chile, que tenga un reflejo de las diversidades que hay en nuestro país, de orígenes de clase, de género, de etnias, y eso lo podemos llevar adelante a través de la paridad, de la iniciativa popular de ley, la existencia de plebiscitos, etc. En el fondo, necesitamos una política que se parezca más al Chile real, y creo que el proceso constituyente tiene ese potencial.

-Siendo candidato de las comunas de la periferia de la capital, ¿qué opinión te merecen las nuevas cuarentenas en la RM y la revocación de permisos de tránsito el fin de semana?

-Eso refleja simplemente que este gobierno, y en general la élite empresarial y política, está demasiado desconectada de la realidad de este país, del Chile real. Porque las medidas sanitarias no pueden ir sin medidas económicas, porque si es así no funcionan. Si a una persona le dices que haga cuarentena, y no le das ninguna herramienta para poder trabajar o tener ingresos para su familia, esa persona va a ir a trabajar a cualquier parte o se va a ir a vender a la feria.

Hoy las ferias han sido un punto importante de resistencia frente a la crisis económica que ha llevado este gobierno por su mal manejo de la crisis sanitaria. Entonces, además restringir ese tipo de instancias deja a la población obligada muchas veces a romper las cuarentenas. Por eso es importante que las medidas sanitarias vayan acompañadas de medidas económicas concretas, tanto para la reactivación como con ingresos directos para las familias.

- ¿Qué te parece que Paula Daza haya pedido a la gente que hicieran sus compras de la feria por delivery?

-Es una burla a la mayoría de los chilenos y chilenas. No sé si Paula Daza se imagina que la feria de la José María Caro, en Lo Espejo, o la feria El Observatorio en El Bosque, o la feria Cooperación de Pedro Aguirre Cerda, van a hacer delivery. O sea, no hay ninguna feria en nuestros barrios que hoy pueda hacer un delivery. Esto refleja la profunda desconexión que tiene la élite, y este gobierno en particular, con las necesidades y formas de vida que tiene la gente.

-Con relación a la proclamación de Boric como candidato de RD, ¿confías en él para impulsar los cambios que ustedes defienden?

-Gabriel representa la vocación transformadora y la forma de hacer política que configura al Frente Amplio. Es un liderazgo comprometido con los cambios, sin cálculos pequeños, dialogante, y, sobre todo, es un compañero que pone sus pasiones y sentimientos en la política, incluso comprometiendo su propia integridad con esa disposición de riesgo y de apertura a la vez. Son tiempos difíciles y creo que Gabriel siempre ha estado buscando el camino posible de transformación.

Es un hecho de la causa que su aparición movió el escenario político al punto que estamos recién empezando a discutir de contenidos, gracias al debate presidencial que se está instalando, y a la vez, abriendo la posibilidad de articulación de toda la oposición. Creo que es una buena apuesta para el Frente Amplio, y para Chile, que empecemos a discutir más de contenidos que de la figura.

-Tanto RD como Boric ya han llamado a una primaria amplia de oposición. ¿Cuáles son los acuerdos programáticos necesarios para lograr una candidatura única de izquierda? ¿Ves posible la participación de la DC en este acuerdo amplio?

-Es imperante una articulación de todos los sectores de la oposición que estén disponibles, porque no puede seguir gobernando la derecha de este país que ha violado los Derechos Humanos de manera sistemática los últimos dos años. En eso todos caben. Pero, creo que hay una alianza más sustantiva, que apostamos a que ocurra con los sectores emergentes políticos y sociales post estallido 2019, pasando por el Partido Comunista y hasta todos los sectores progresistas que empujaron junto a Michelle Bachelet las reformas estructurales del gobierno de la ex Nueva Mayoría.

Y sobre los acuerdos programáticos necesarios para una unidad, creo que hay cuatro elementos que son necesarios para ir modernizando y hacer avanzar nuestro país. El primero es la refundación de las fuerzas de orden y las Fuerzas Armadas, consolidando la transparencia de los recursos que son entregados, un control civil efectivo y un escalafón único.

El segundo elemento es una entrega de derechos sociales a través del Estado, especialmente en pensiones y en salud, sacando a los grandes empresarios como las AFP y las Isapres. El tercer elemento es la soberanía sobre nuestros recursos naturales, y específicamente, sobre el agua, un tema muy sensible tanto para la sobrevivencia digna pero también en el contexto mundial de la crisis climática. Y el cuarto, es una tolerancia cero a la corrupción y la narcopolítica, que está muy presente en nuestro distrito, y también está en los partidos de la oposición, como lo que viven la FRVS y el PS.