Marcela Cortés, candidata por la alcaldía de Valparaíso: “Sharp ha desarrollado un fuerte personalismo que empaña la construcción de un proyecto colectivo”
La socióloga Marcela Cortés (34) es la única candidata independiente para llegar a la alcaldía de Valparaíso. El domingo pasado previo al 8M, en un debate televisivo de 24 Horas donde estuvieron sus contrapartes, incluido el actual alcalde Jorge Sharp, lo hizo notar. “Quiero resaltar la importancia de que las mujeres disputemos espacios de poder. Es muy difícil para nosotras llegar a estas instancias y lo podemos ver donde en una ciudad tan importante y vanguardista nos encontramos con un panel de seis varones, incluido el conductor, y una mujer”, dijo. La respuesta fueron risas incómodas de los panelistas.
Cortés ha hecho campaña al alero del movimiento político “Valparaíso Renace”, integrado por organizaciones sociales, sindicales y culturales que han venido trabajando desde 2018 en el territorio porteño poniendo el acento en los sectores postergados de la comuna. Su experiencia como funcionaria municipal del departamento comunal de deportes de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO) desde inicios de 2019 y antes como funcionaria de la Casa Taller de la Mujer, le han dado un manejo de la gestión municipal desde donde busca aportar a una nueva alcaldía.
Lo difícil es enfrentar un desafío, reconoce a El Desconcierto, en medio de una crisis provocada por la pandemia y por décadas de mala gestión para lo que vienen trabajando con su equipo en un plan de contingencia y otro de fondo.
-¿Cuáles son los ejes que atraviesan la campaña?
Son áreas estratégicas como un Valparaíso sostenible, saludable e inclusivo. Es decir, una ciudad donde se reactive la pequeña y mediana empresa, el comercio local para que de trabajo a las familias porteñas y tengamos sostenibilidad. En conjunto con una limpieza de la ciudad, una buena política ambiental y de aseo. El Valparaíso inclusivo donde todas las personas que habitan la comuna, sin ninguna discriminación y exclusión, puedan aportar a los procesos sociales que están ocurriendo hoy.
-¿Y las medidas de corto plazo?
En el actual contexto proponemos un plan de protección especial para Valparaíso en cinco puntos. Primero, un plan de economía local con una inyección financiera que proteja a la medianas y pequeñas empresas, de acuerdo a las asociaciones y gremios de cada área. En segundo lugar, un plan de cuidados, esto quiere decir una remuneración directa para que proteja la red de cuidados que se desarrolla en cada casa porteña mediante una remuneración especial a quien cumple estos roles reproductivos que, por lo general, son las mujeres. Por otro lado, un plan de seguridad intrafamiliar para generar una red pública comunitaria que proteja a las mujeres y sexodisidencias de cualquier maltrato. En cuarto lugar, un plan de protección social, esto tiene que ver con una inyección financiera para el abastecimiento del Registro Social de Hogares, para quienes estén en la categoría del 70% y menos en su cuenta de banco. También un plan de salud reforzado, dado que estamos en la contingencia y urge proteger a todo trabajador y trabajadora de la salud mediante un plan especial que permita su bienestar en coordinación con los gremios del sector.
-Ser funcionaria municipal también te ha dado una mirada desde adentro de la gestión. ¿Con qué situaciones te has encontrado?
Sí, creo que Sharp ha desarrollado un fuerte personalismo que empaña la construcción de un proyecto realmente colectivo y desde las bases. Hemos visto malas prácticas de maltrato, acoso, hostigamiento laboral a compañeras y compañeros de diferentes espacios municipales. Desde ahí hay una dilación excesiva de sumarios, lo que hemos dicho en Contraloría. Algunos se han resuelto, otros no. Hay denuncias públicas de la renuncia de la directora de Cultura, Isabella Monsó, también de la ex abogada de gabinete Tania Quezada y de otras compañeras que nos desempeñábamos en la oficina comunal de la mujer. Yo denuncié maltrato laboral en enero de 2019 y, a dos años, no ha habido ninguna respuesta. Y no fui sola, denunciamos en conjunto malas prácticas.
-¿Eso ha debilitado la gestión de Sharp?
Sí, se ha debilitado bastante porque esto se ha convertido en una política sistemática de invisibilización del maltrato laboral, falta de reconocimiento de las tareas y eso genera un impacto en los equipos de trabajo porque si los tienes fragmentados o con este malestar por su puesto que el trabajo no va a salir al cien por ciento de cara a la comunidad. Entonces, si tienes desordenada tu casa no sé si vas a poder llevarte bien con las vecinas y vecinos de Valparaíso. Hay que partir desde adentro y aquí hay vulneración de derechos fundamentales hacia trabajadores y trabajadoras y lo primero que hay que cambiar es una política de buen trato con las personas que te acompañan en tu gestión.
-En términos del presupuesto, ¿cómo se ha manejado? ¿Qué sectores han sentido más la crisis?
Es el comercio local tanto el establecido como el comercio de calle que se desarrolla en el bien nacional de uso público, en las calles. Hay muchos locales que han tenido que cerrar porque son locales emblemáticos que obviamente dada la contingencia no pueden funcionar porque no hay turismo, no hay consumo. Ahora nuevamente nos vamos a fase 1, lo cual va a profundizar la crisis que se viene dando. Es el sector más golpeado y la explosión del comercio en la calle porque las personas más vulnerables que son la gente de población migrante, mujeres y sexodisidencias, y ni siquiera, porque las sexodisidencias tienen trabajaos aún más invisibilizados y precarizados, y las personas mayores. La no entrada de turistas ha afectado mucho.
-¿Qué redistribución de presupuesto proyectan?
Lo pensamos de manera anual en la municipalidad porque cuando termine la pandemia Valparaíso tiene que estar preparada para el desarrollo del turismo, la cultura y patrimonio y la economía local. La actual gestión podría generar un ahorro importante en los pasivos contingentes de juicios civiles y laborales que suman 20 mil millones de pesos. Desde ahí, pensamos que con ese dinero se puede redireccionar a las áreas que comentaba antes. Hay que repensar que va a pasar con el relleno sanitario El Molle, cuyo contrato está hace 20 años en manos de concesionarias, que vence en octubre de este año. Es necesario pensar en una estrategia para obtener recursos desde ese espacio municipal.
-¿Hacia dónde se podrían redistribuir esos recursos?
Se podría pensar en algo más específico como en una política medioambiental integral donde la reutilización, el reciclaje incluya la educación ambiental para que los vecinos y vecinas puedan depositar compost, separar residuos y pensar en la producción de biogas que podría alimentar la ciudad de Valparaíso en algunos sectores estratégicos.
-A propósito de las medidas sanitarias, desde este jueves Valparaíso vuelve a fase 1 de encierro total por el aumento de contagios. El Colegio Médico de Valparaíso ha sido crítico de esta medida. ¿Coincides en eso?
Sí, de acuerdo con el Colegio Médico porque comprendemos que la cuarentena es una medida de control que no ha demostrado ser efectiva para reducir la cantidad de contagios. Esta medida restringe la movilidad y con ello profundiza el desempleo, la pobreza, dificultades en torno a la alimentación e incertidumbre. Por otro lado, tampoco existe argumento razonable a la reducción de esta medida exclusivamente a la comuna de Valparaíso, cuando existe un flujo constante de transito con nuestra ciudad hermana de Viña del Mar, lo que es un hecho inevitable. Si el gobierno desea aplicar este tipo de medidas, debería contar con un plan que contemple la mitigación de los adversos efectos económico-sociales que conlleva el encierro. En este contexto, destacamos que como equipo tomaremos todos los resguardos necesarios para realizar nuestra campaña de manera efectiva y de acuerdo a los protocolos sanitarios.
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Otra mirada
-Eres la única mujer que va como candidata. ¿Cómo ha sido el camino que has transitado en la campaña?
Es complejo ser mujer y transitar por todos los espacios en una sociedad tan machista como esta. Creo que las mujeres tenemos que darnos las posibilidades de disputar espacios de poder en todos los lugares que transitamos: las juntas de vecinos, los clubes deportivos, los sindicatos y en la institucionalidad pública donde tenemos que tomar roles de dirección en la gestión pública. Las mujeres sabemos cómo resolver crisis y solucionarlas de otra manera. Me parece que Valparaíso tiene que cambiar la perspectiva hacia lo femenino y darse esa posibilidad sería un hecho histórico. Hay mucho machismo en la gestión pública y en la política y tenemos que disputarlo y avanzar. El movimiento feminista a través de todos sus feminismos ha avanzado mucho por los liderazgos que nos hemos ido reconociendo entre nosotras y lo pudimos ver ayer con las grandes movilizaciones que se hicieron, respetando las medidas sanitarias. El 8M mostró la fuerza que tenemos y la potencia para decir basta de abusos y de violencia y hacernos cargo de los procesos locales.
-Tienen pensado una política de cuidados, ¿cómo se implementaría?
Sí, sobre eso tenemos pensada una propuesta concreta de espacios comunitarios en los cerros y quebradas de Valparaíso, casas talleres para mujeres y sexodisidencias, que son espacios de cuidados tanto para las personas que acudan a los talleres como para les niñes que están a su cargo. Y como te decía, solicitamos remuneración directa que proteja a la red de cuidados que se desarrolle en cada casa porteña para quien cumpla ese rol. Esto por su puesto, tiene que estar en coordinación con agrupaciones y con la institucionalidad de Valparaíso.
-Por último, fuiste dirigenta sindical, ¿cómo aporta esta visión para llevar adelante una alcaldía?
Es una experiencia que una trae. Nosotros venimos levantando trabajo sindical con mis compañeros del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Invisibles de la Municipalidad de Valparaíso (SITTIMUVAL). Invisibles porque somos a honorarios y se dice que los honorarios somos la fuerza invisible del Estado y, por su puesto, eso aporta una experiencia de base, de poder dialogar, cuáles son los problemas que aquejan y sus demandas. Esto es una experiencia de recorrido desde las bases, ya sea desde la organización sindical como de otras, y me parece que te da las herramientas para después conducir procesos colectivos, sociales y grupales que es lo que estamos necesitando en este país. Por eso, desde las bases nos levantamos para cambiar la institucionalidad.