La reunión de Bachelet con Maduro: Oficialismo critica “cordialidad” y Narváez defiende “rol internacional”
El miércoles pasado, la ex presidenta y ahora Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sostuvo una reunión telemática con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
En palabras del jefe de Estado venezolano, la instancia fue “excelente”. Se realizó con el objetivo de conversar “sobre los efectos negativos de las sanciones contra Venezuela”, además de ampliar “elementos en materia de nuestra política de atención a la pandemia del COVID-19”, según el mandatario.
La reunión despertó reacciones en el mundo político nacional. Pero, más que criticar la instancia misma, muchas de los cuestionamientos apuntaron a la calificación de “cordial”, que dieron desde Venezuela, y a una de las imágenes que Maduro subió a redes sociales. En una de las fotografías, Bachelet aparece sonriendo mientras conversa con el cuestionado líder.
https://twitter.com/NicolasMaduro/status/1367228525649027081
Al respecto, el ministro vocero de gobierno, Jaime Bellolio, afirmó que “a mí me encantaría conocer cuál es su versión sobre lo que dice Maduro, él dice que fue una ‘reunión cordial, una reunión productiva’”.
“La pregunta es qué puede haber de cordial y productivo frente a un asesino, frente a una dictadura que ha dejado, que ha expulsado a cinco millones de personas, que viola sistemáticamente los derechos humanos”, agregó.
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“Esperaría de la Alta Comisionada que veamos si es que acaso tiene la misma impresión que el dictador Maduro. De que fue algo constructivo, si es que fue algo buena onda. A mí me da la impresión de que, por la historia que tiene la ex presidenta Bachelet y que sabemos su compromiso en materia de derechos humanos, no creo que haya sido así”, señaló Bellolio al respecto.
Más duro fue el jefe de la bancada de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el diputado Juan Antonio Coloma, quien redactó una carta dirigida a la actual Alta Comisionada. “(Bachelet) no guarda el respeto mínimo al expresar una sonrisa amiga, una sonrisa cómplice, que denota admiración ante un siniestro dictador que se ha visto envuelto en violaciones sistemáticas a los derechos humanos de su pueblo”, sostiene en la misiva.
Por su parte, el candidato presidencial de Renovación Nacional, Mario Desbordes, afirmó en redes sociales que “hay que ser firme con la dictadura venezolana, hay que ser claros en las señales y los gestos, en este caso, mal la Alta Comisionada. Maduro está violando de manera brutal los DD.HH., con cinco millones de migrantes que escapan de sus garras. No da para reuniones amables y risueñas”.
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En defensa de la ex mandataria salió su ex ministra y actual candidata presidencial del Partido Socialista, Paula Narváez. La aspirante a La Moneda afirmó que Maduro pudo haber tratado de “sacar un aprovechamiento político sin comprender el rol que tiene la Alta Comisionada de los DD.HH.”, según recogió La Tercera.
De la misma forma, Narváez fue enfática en señalar que el régimen en Venezuela es autoritario y que existen violaciones a los derechos humanos, lo que provocó una crisis humanitaria. “La presidenta Bachelet es la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, es una funcionaria internacional, y podemos entender sus distintas reuniones y actividades públicas en el cargo que ella desempeña”, sostuvo.
“Graves violaciones a los derechos humanos”
En julio de 2019, tras una visita de tres días a Venezuela, Bachelet emitió un informe sobre la situación humanitaria en el régimen de Nicolás Maduro. En el documento denunció “graves violaciones a los derechos humanos”, entre ellos la persecución política, la desaparición forzada y torturas.
“Durante mi visita a Venezuela, pude conocer directamente los relatos de quienes han sido víctimas de la violencia del Estado y sus peticiones de justicia. He transmitido con exactitud sus opiniones y las de la sociedad civil, así como las violaciones de derechos humanos documentadas en este informe, a las autoridades competentes”, afirmó en esa oportunidad la ex presidenta.
“El gobierno se comprometió con nosotros a solucionar algunas de las cuestiones más espinosas –entre otras, el uso de la tortura y el acceso a la justicia—y a facilitarnos la entrada ilimitada a los centros de reclusión”, agregó. Bachelet volvió a emitir estas denuncias en septiembre del año pasado, donde acusó dos mil asesinatos en ese año.