Raúl Figueroa explicó esta mañana que el retorno a clases el lunes 1 de marzo sólo implica que ese día se inicia el proceso educativo, lo que no necesariamente se traduce en el retorno de los estudiantes a los establecimientos. “Eso no significa que el 1 de marzo 3,5 millones de estudiantes vayan a estar en la puerta de los colegios, eso no es así“, aseguró el ministro de Educación en diálogo con ADN.

De esta manera, el secretario de Estado apuntó a un tema especialmente álgido que se contrapone a la postura del Colegio de Profesores, entidad con la que estaba agendada una reunión a primera hora de esta mañana, luego de magisterio denunciara una falta de diálogo para propiciar un retorno formal a las aulas en medio de una falta de garantía en tiempos de pandemia.

“Si ponemos elementos básicos como actuar de buena fe, poner objetivos comunes, es la receta para poder avanzar y todos los que pueden aportar en eso son bienvenidos, se ha instalado una idea y se genera un conflicto que es artificial, yo me junto todos los lunes con los directivos de las asociaciones de municipios del país. Aquí la clave es no instalar fantasmas de que el diálogo no existe, el diálogo existe“, aseguró Figueroa.

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De acuerdo a su versión de los hechos, el retorno se ha trabajado en cada comunidad educativa en particular, lo que se suma a que no se presionará a que se retomen las mismas condiciones que existían antes de la pandemia. “Se han generado muchísimas tensiones (...) Creo que hoy lo fundamental es bajar al máximo esa tensión, la educación tiene que ser un tema que nos una, no puede ser un tema que nos divida y objetivamente existe un justificado temor con volver a movilizarse en lógicas que el 2.020 estuvieron ausentes“, agregó.

Paralelamente, Figueroa detalló que lo que ocurrirá en las próximas semanas es que “las vacaciones terminan el 28 de febrero, el 1 de marzo los colegios comienzan a trabajar con sus comunidades, el año escolar se inicia en marzo también. La forma está marcada por la preparación que cada colegio hizo. Para que los padres puedan elegir (si enviar o no a los niños), los colegios tienen que estar disponibles”.

Por último,  insistió en que “vemos que, en general, el debate educativo se ha politizado en extremo, eso ha llevado a que grupos de presión tomen ciertas decisiones. Cuando el Presidente dice que hay que despolitizarlo, es ponernos un solo objetivo que es lo que puede beneficiar a nuestros alumnos, la presencialidad es lo que los beneficia más”.