HRW: Bolsonaro “intentó sabotear“ la lucha contra el coronavirus en Brasil
La organización internacional Human Rights Watch (HRW) criticó al presidente de Brasil en su informe anual sobre derechos humanos divulgado este miércoles y dijo que Jair Bolsonaro “intentó sabotear“ el combate contra el COVID-19.
De acuerdo con la organización, el líder ultraderechista “restó importancia“ al coronavirus, lo llamó “gripecita“, se negó a protegerse a sí mismo e intentó impedir que los gobiernos regionales impusieran medidas de distanciamiento social para contener el virus, algo que solo logró frenar la justicia y la acción de otras instituciones nacionales.
“El Presidente Jair Bolsonaro intentó sabotear las medidas de salud pública destinadas a contener el contagio de la COVID-19, pero el Supremo Tribunal Federal, el Congreso y los gobernadores implementaron políticas para proteger a los brasileños de la enfermedad“, señaló la organización internacional en su informe.
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De acuerdo con Anna Livia Arida, directora de HRW en Brasil, Bolsonaro puso la vida y la salud de los brasileños en “gran riesgo“ y aunque dijo que otras instituciones han ayudado a frenar la situación señaló que “hay que estar atentos“.
En el documento, Human Rights Watch, también recordó que el gobierno de Bolsonaro intentó restringir la publicación de información sobre el coronavirus, despidió directa o indirectamente a dos de sus ministros de salud por discrepar de sus orientaciones frente a la pandemia y no brindó acciones inmediatas para proteger a indígenas y presos, dos de las poblaciones más vulnerables al virus.
Según el informe, las poblaciones indígenas tenían un “acceso deficiente“ a servicios sanitarios, lo que hizo que estas poblaciones se volvieran “particularmente vulnerables“ a las complicaciones derivadas del COVID-19.
De acuerdo con los más recientes datos de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), 920 indígenas han muerto por la pandemia, más de 45.000 han sido infectados y 161 pueblos están afectados.
En cuanto a las cárceles, el documento destacó el hacinamiento, la mala ventilación y los servicios de salud inadecuados que se vive en las prisiones lo que genera “condiciones sumamente propicias para brotes de COVID-19“.
En Brasil hay más de 750.000 presos alojados en cárceles que solo ofrecen 461.000 cupos.
Brasil es uno de los países del mundo más afectados por la pandemia con más de 204.000 muertos y 8,1 millones de infectados.