Gonzalo Winter y el agitado presente del FA: “Para poder hacer transformaciones tienes que asumir cierta radicalidad”
La partida de Pablo Vidal y Natalia Castillo de Revolución Democrática y la salida del Partido Liberal de la coalición, han marcado estas últimas jornadas al interior del Frente Amplio.
Críticas a la dirección que ha tomado el conglomerado y recriminaciones respecto al carácter de una conducción que, según plantean quienes abandonaron el bloque, dejó de lado su vocación por alcanzar mayorías, transformándose en una tibia comparsa del Partido Comunista. “Acciones testimoniales”, dijeron con desdén aquellos que se fueron.
Los misiles fueron absorbidos y obligaron a algunos de sus liderazgos a salir a contrarrestar el ataque. Fuego cruzado y un llamado categórico a sincerar posturas. Para Gonzalo Winter, diputado de Convergencia Social, quienes advierten sobre una eventual subordinación al PC, lo que buscan es que “nos subordinemos a los sectores más conservadores de la ex Concertación”. Luego remata, como si tratara de un oráculo funesto: “Eso sería acabar con el proyecto del Frente Amplio”.
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-Si se trata de definiciones partiré preguntando: ¿izquierda, centro izquierda o social democracia? ¿Dónde habita hoy el Frente Amplio?
Yo diría que el Frente Amplio se ubica en la izquierda, pero sobre todo es adherente a la democracia radical, al ecosocialismo y al feminismo. Para mí esas definiciones son fundamentales.
-¿Cómo se ha delineado este nuevo camino?
Creo que en este tiempo, Chile y el Frente Amplio avanzaron de tal forma, que los cambios radicales a los modelos de vida se empezaron a tornar mucho más centrales. Asuntos más profundos como el fin de la sociedad de consumo y su efecto en el medio ambiente, la crítica radical al capitalismo neoliberal, su corrupción institucionalizada, la democracia participativa, y otras cosas más. En esta depuración nos hemos ido reencontrando con aliados y hemos perdido otros con los que estábamos aglutinados por elementos más bien superficiales.
-Las definiciones son aglutinantes, pero también marcan diferencias, se agudizan las contradicciones. Me refiero a los que se fueron…
Lo primero que debo decir es que las personas que se fueron y también el Partido Liberal, que tomo con algo de sorpresa su partida, porque considero que las definiciones que entregaron no son coherentes. Ellos plantean básicamente dos argumentos: la necesaria unidad de la oposición y la necesidad de construir mayoría social. Respecto a lo primero quiero dejar en claro dos cosas; la primera es que la unidad de la oposición no se cuenta en cantidad de militantes por siglas, porque recordemos que la Democracia Cristiana era oficialismo con Bachelet, pero en los hechos era oposición. También era oposición a Piñera, pero en la realidad, antes del estallido social, era oficialista. Y en cuestiones de fondo, como la reintegración del sistema tributario, la Democracia Cristiana ha hecho todo lo que está a su haber para evitarlo.
Por eso dices que es el momento de sincerar posturas.
Sí, porque lo que la DC declara, suele ser distinto a lo que hace. Eso es relevante porque hay que comprender que la unidad no se cuenta solamente en lo que la gente declara. En el congreso hemos aprendido que los votos se cuentan y hay que hacer alianza con todos tipos de sectores, hasta construir mayorías. Pero la pregunta de fondo aquí es otra: ¿unidad para qué? Y ahí yo creo que hay una diferencia profunda. Creo que dentro del FA habemos personas que ven esperanzas en el estallido social y hay otro grupo que se inclina hacia un cierto conservadurismo. Finalmente la directiva de la Democracia Cristiana declaró en todos los tonos que no quería ningún tipo de alianza con el Partido Comunista ni con el Frente Amplio. El Partido Socialista tuvo que elegir y eligió reconstruir el proyecto de la ex Concertación en vez de participar en un proyecto verdaderamente transformador.
-¿Eso está totalmente cocinado?, ¿no hay vuelta atrás?
No, para nada. Pero han sido los mismos líderes de la ex Concertación los que andan diciendo que si hay una alianza entre el Frente Amplio y el Partido Comunista estaría más lejos la unidad, cuando en el fondo lo que están diciendo es que nunca consideraron entre sus posibilidades la unidad total de la oposición. Por lo tanto, son ellos los que se están alejando.
-Por qué ese rechazo, si el PC compartió el mismo conglomerado en el último gobierno de Bachelet.
Yo creo que hay que preguntarle al Partido Socialista, sobre todo a sus bases, que no tengo claro si se sienten identificados con la posición que tomó su partido. Porque si a mí me hablan de hacer un eje radical, pienso que el modelo chileno es radical, que la desigualdad de Chile es radical, que el poder de los bancos es radical, que el modelo de AFP es radical, que la oligarquización de la política es radical. Que el cambio climático es radical. Entonces para poder hacer transformaciones tienes que asumir cierta radicalidad que, ojo, no es ética.
-¿A qué tipo de radicalidad te refieres?
Mi radicalidad es completamente laica y dialogante. Y es capaz de discutir y hacer tácticas con quien sea necesario. Estoy dispuesto a tener alianzas, pero el programa tiene que ser radical, porque eso significa darse cuenta de lo que está ocurriendo y cuál es el nivel de separación que tiene la ciudadanía con la política.
-Pero esa radicalidad habla también implica peligros: si la oposición no va junta, la nueva constitución la termina firmando Joaquín Lavín.
No estoy tan de acuerdo con dar eso por sentado. No estamos dispuestos a subordinar nuestra política a la reconstrucción de un Chile que ya no existe, eso es muy fundamental. Hay que tener en cuenta que la gran votación del apruebo estuvo marcada por una votación de jóvenes de sectores populares que solían no votar. No estoy diciendo con esto que necesariamente van a votar por nosotros, pero establecer como algo rígido, mirando como han sido en las ultimas décadas los pesos electorales de cada sector, me parece algo bastante pre 18 de octubre. La idea de mayoría no se decreta por pegoteo de siglas, sino por la construcción de una unidad de propósitos que se capaz de ganar. Y ahí los contenidos son ineludibles.
-Por eso Giorgio Jackson dijo que era más natural una alianza con el PC que con la ex Concertación.
Con el Partido Comunista nosotros nos venimos encontrando durante la última década, en los movimientos sociales, en la lucha contra el sistema de pensiones, en la asamblea constituyente, en las movilizaciones estudiantiles. Y, por el contrario, con los militantes del PPD o la Democracia Cristiana, nosotros tenemos una relación que se circunscribe exclusivamente al congreso. Entonces a mí no me parece tan extraño que por un tema de programas, de afinidad de contenidos, tengamos una cierta cercanía con el Partido Comunista, sino que me parece que se ha ido expresando en los contenidos que proponemos.
Nuevas voces
-¿Si tenían una ligazón importante con el PC desde las movilizaciones estudiantiles, por qué no pudieron capitalizar lo que pasó post estallido social?
Creo que el proceso de reconfiguración de la política que se está viviendo en Chile es tan profundo, que todavía nos quedan muchas décadas para ir definiendo que fue lo que quedó del estallido. Creo que todavía estamos en el primer capítulo de un proceso de cambios muy profundos. Creo que durante años el pueblo no había ejercido poder alguno. Lo que hace que exista una desconfianza total y absoluta del poder y una institucionalidad completamente oligarquizada.
-Escenario que también los incluye a ustedes, por cierto.
Incluye a todo el sistema político, porque fue un nuevo pueblo el que se enfrentó al ejercicio de la política por primera vez. Entonces qué proyecto va a ir cuajando a partir del estallido, es algo que todavía está absolutamente por decidirse. Hoy día gran parte de la elite que gobernó Chile, tiene mucho miedo ante este nuevo pueblo movilizado. Y seamos honestos, detestan al Frente Amplio desde que nos fundamos. Hay sectores de la ex Concertación que están planteando la idea de volver a lo que era la paz neoliberal de los noventa.
-Las mesas de diálogo, la democracia de los acuerdos...
El Frente Amplio está impulsando la candidatura de Rodrigo Mundaca de Modatima en Valparaíso, Luis Mesina de no más AFP, Doris González de Ukamau. Entonces, cómo no va a ser distinto el proyecto que se está planteando, si los rostros que están impulsando al Frente Amplio son quienes impugnaron el modelo, y los rostros que están impulsando gran parte de la ex Concertación, son quienes administraron, defendieron y muchas veces se enriquecieron con el modelo.
¿Cómo ha sido el diálogo con esas voces del mundo independiente?
Quiero hacer una distinción, porque muchas de las voces que se incorporan o que el frente amplio respalda hoy en día, son voces que no son independientes de manera absoluta, sino que son militantes de este movimiento social, que es una forma de hacer política distinta. Son, en el fondo, construcciones de confianza y afinidad política que llevan muchos años construyéndose.
Factor Chahín
-¿Cuál crees que ha sido el rol de Fuad Chahín en todo este periodo de tira y afloja con la DC?
Una de las principales cosas que ha hecho Chahín ha sido llevar a la Democracia Cristiana, durante los primeros años del gobierno de Piñera, a ser una fuerza de apoyo en una serie de políticas públicas que estaban alejadas de las demandas ciudadanas. En segundo lugar, ha sido uno de los principales impulsores de la exclusión del Frente Amplio, el Partido Comunista y de los movimientos sociales en la construcción de una oposición al gobierno de Piñera. Para nosotros lo sustancial es ser oposición a la forma que se produce y reproduce la vida, en cómo funciona el capitalismo en Chile. El pueblo no aguanta este nivel de desigualdad y privilegios. Creo que ahí Fuad Chahín ha jugado un rol fundamental en separar a la oposición y ser una fuerza de auxilio al gobierno de Piñera. Si hay algo de lo que lo responsabilizo, fue haber puesto todo el énfasis en los cupos, las listas electorales y no haberle dado un minuto a la discusión sobre los contenidos.
-¿Qué contenidos considera intransables en este proceso?
No se trata de intransable, nosotros estamos dispuestos a hacer alianzas y sabemos que esto significa ceder parte de tu programa, pero lo que sí creo es que hay que cambiar el modo de la democracia en Chile. Aquí no hay mecanismos de participación directa del pueblo en las decisiones institucionales y eso hace que la democracia representativa termine sobre representando a quienes tienen el dinero para poder participar en la política, tienen influencia en los medios de comunicación, financian campañas millonarias y sostienen partidos políticos. Eso hace que se oligarquice la política.
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-¿Cómo tomaste las críticas de Pablo Vidal cuando comentó que la posición que había tomado el Frente Amplio los condenaba a ser una minoría, acusando cierta izquierdización de Revolución Democrática?
Estoy en desacuerdo con Pablo, creo que el Frente Amplio ha mantenido vigente el programa con el que nació. Hoy día tenemos una situación de radicalidad tal que los derechos de agua se transan en la bolsa. Creo que Pablo se equivoca cuando habla de las mayorías sociales, porque en el fondo está hablando de acercarse a la DC, al PPD y al PS. Ninguno de esos sectores, a mi juicio, representan a las mayorías sociales.
-¿Están dispuestos a primarias dentro del sector?
Lo que estamos discutiendo hoy con el PC es la forma de enfrentar las elecciones del proceso constituyente, todavía queda mucho paño que cortar respecto a las presidenciales.
-¿Crees que tienen candidato para enfrentar a Jadue?
A mí me gustaría que el Frente Amplio tenga su candidato o candidata.
-¿Beatriz Sánchez?
A mí me encantaría que fuera Beatriz Sánchez, pero hoy es una posibilidad de algún modo incierta.
-¿Qué golpeó más al Frente Amplio, la salida de Vidal y Castillo, o la desvinculación del Partido Liberal?
La desvinculación del Partido Liberal, que lo tomamos con cierta sorpresa, pero con Vidal y Castillo las diferencias se hacían evidentes. El Partido Liberal seguía aportando una gran riqueza de mirada, muy distinta a lo que era el núcleo fundador del Frente Amplio. Una mirada que personalmente apreciaba muchísimo. Por eso no comparto los argumentos que han dado para su salida, pero también admito que sincerar las posiciones es algo bastante positivo, porque el proceso que se viene es demasiado importante.
-Vlado Mirosevic los acusó de no haber tenido la fuerza para poder convencerlos que la unidad opositora era el único camino posible en el marco de un proceso constituyente.
No comparto esa posición, creo que él sabe de los esfuerzos del Frente Amplio para conversar con otros sectores de la oposición. Y ojo, es muy miope pensar que la unidad de la oposición al gobierno de Piñera es solamente un fusión de siglas, porque gran parte de la oposición son movimientos sociales e incluso sectores inorgánicos de la sociedad que se agrupan de manera novedosa y distinta a los partidos políticos.
-¿Cómo ves la irrupción política de Pamela Jiles?
En un momento en que una mayoría del pueblo que no participaba de la política institucional decide impugnar al modelo, Pamela Jiles de manera muy hábil logra manifestar con toda claridad que está del lado de los impugnadores y no de los impugnados. Creo que eso hay que observarlo con humildad. Además, ha sido muy hábil para encabezar políticas públicas que nosotros también hemos apoyado como es le retiro del 10%. Pero tampoco es secreto que desde el Frente Amplio hemos tenido grandes diferencias con ella, que tienen que ver con el modo de construir políticas, partido, coalición y la misma relación con los movimientos sociales. También el rol de las figuras personales en estas construcciones, nos hace tener culturas políticas distintas que han quedado expresadas, una y otra vez.