Torres de alta tensión en Melipilla: el impacto socioambiental de la transmisión eléctrica
“Lo de los helicópteros fue un verdadero ataque”, describe Francisco Sánchez, vecino del valle de Culiprán en Melipilla, donde se están construyendo torres de alta tensión. Durante dos semanas completas, incluyendo los fines de semana, helicópteros asociados al proyecto de transmisión de la empresa Eletrans, sobrevolaron de forma constante la zona habitada cargados de materiales pesados. Esta situación provocó la angustia de la comunidad, propiciada por antecedentes como el de la carretera eléctrica Cardones – Polpaico, cuya construcción involucró dos accidentes de helicópteros resultando en varios fallecidos.
A mediados de noviembre, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), formuló cargos contra el proyecto de transmisión eléctrica Lo Aguirre – Alto Melipilla y Alto Melipilla – Rapel, asociado a la empresa Eletrans II S.A. Según alertan vecinos de Culiprán, este hecho motivó que se acelerara la construcción de las torres de alta tensión, que afectan la vegetación en varios sitios prioritarios para la conservación, como el Cordón de Cantillana, que es una de las últimas grandes extensiones de vegetación natural que quedan en la Región Metropolitana.
Los cargos formulados hacia el proyecto tienen que ver con erosión en caminos de acceso a las distintas torres, lo que genera un riesgo de deslizamiento de lodo frente a lluvias, que podría afectar a habitantes aledaños, entre otros impactos. El proceso sancionatorio iniciado podría terminar con multas, clausura del proyecto, o revocación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), que es la que habilita su operación.
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Más torres de alta tensión
Este conflicto no es el primero en su tipo, y posiblemente no será el último. El modelo de desarrollo energético en Chile funciona a partir de generación centralizada y a gran escala. Esa energía luego debe trasladarse por largas distancias a través de carreteras eléctricas de alta tensión. Esto también aplica para el proceso de descarbonización, ya que la energía renovable se genera sobre todo en grandes plantas solares concentradas en el norte del país, y esa energía llega a los grandes centros de consumo como Santiago a través de estas líneas.
Cardones – Polpaico es la línea de transmisión energética más grande del país, que cruza desde Atacama hasta la Región Metropolitana. Esta línea protagonizó en los últimos años un largo conflicto con la comunidad de La Dormida en Olmué, donde los comuneros incluso se treparon a las líneas y acamparon en su cima en señal de protesta.
“La comunidad dijo desde el inicio que se estaba afectando una reserva mundial de la biósfera, que se estaba incumpliendo la RCA y que se estaban utilizando helipuertos no autorizados, afectando a las personas. La Corte de Apelaciones de Valparaíso desestimó el caso, pero resulta que luego la SMA fiscalizó y constató que todo eso era cierto”, reclama el abogado Juan Molina, abogado representante de la comunidad.
La línea Cardones – Polpaico saturó su capacidad desde el inicio de su operación, y el gobierno busca acelerar la construcción de otra línea de escala similar – la línea Kimal – Lo Aguirre- para descongestionar la transmisión de energías renovables, y así acelerar el cierre de las centrales termoeléctricas. Para lograrlo, se eliminó el estudio de franjas; un proceso que evalúa las posibles franjas de trazado del proyecto y los objetos de protección que atraviesa, además de generar un acercamiento previo con las comunidades. Según Juan Molina, este estudio fue uno de los grandes faltantes en el proyecto Cardones – Polpaico.
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Impacto de las torres de alta tensión
El proyecto de Melipilla y el de Cardones Polpaico tienen una historia común: ambos contaron con el rechazo de las comunidades desde el inicio, no pudiendo éstas lograr que se modificara significativamente el proyecto durante su evaluación, y las preocupaciones de ambas se tradujeron en daños ambientales reales por los que ambos proyectos han sido sancionados. “Mi consejo a las comunidades es que estén atentas a la información y a los proyectos que van ingresando a evaluación, y que no tengan miedo de recurrir a la justicia”, sostiene el abogado, quien espera en enero un fallo del Segundo Tribunal Ambiental sobre la demanda contra el proyecto.
La línea de transmisión que se está construyendo en Melipilla, atraviesa al menos tres sitios prioritarios de conservación, en una zona con bosque esclerófilo y otras especies endémicas; que solo se encuentran en limitadas partes del mundo. La zona además es considerada de alto valor por ser una importante reserva de agua para la zona, con acumulación de nieve durante el invierno y abarcando las cabeceras de varias cuencas hidrográficas. “Las aves se ven afectadas por los cables y aquí hay muchas especies, además el riesgo de incendios forestales es altísimo ya que debido a la escasez hídrica hay mucha vegetación seca en el bosque. Van a rajar todo un ecosistema que es una reliquia”, se lamenta Francisco Sánchez.
Entre la comunidad científica todavía no existe un consenso sobre los efectos de las torres de alta tensión en la salud y la biodiversidad, pero el presidente del Departamento del Medio Ambiente del Colegio Médico, Dr. Andrei Tchernitchin, ha manifestado en varias ocasiones su preocupación sobre cómo los altos ruidos y la radiación electromagnética generada por los tendidos eléctricos pueden afectar la salud de las personas que viven cerca. Según un estudio liderado por el Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Talca, las torres de alta tensión también afectan la biodiversidad y la polinización.
Energía local: ¿una respuesta posible?
La generación de energía en Chile todavía sigue desarrollándose bajo una lógica centralizada. Sin embargo, el potencial renovable del país está distribuido en todo el territorio. La tecnología disponible y a bajo costo permite instalar pequeños sistemas de generación renovable cerca de los lugares donde se consume la energía.
La generación distribuida, entendida como la generación de energía por medio de muchas fuentes pequeñas, distribuidas territorialmente y ubicadas en los lugares próximos al consumo, es un rubro que en otros países ha liderado la entrada de energías renovables en la matriz, pero que en Chile representa todavía menos de un 1% de la capacidad instalada.