Vacuna contra el COVID-19: Minsal tramita compra de 16 millones de dólares a laboratorio cuestionado por eficacia en sus pruebas
Esta semana se conoció el acuerdo en el que el Ejecutivo avanza para adquirir millones de vacunas anti COVID-19 con Astrazeneca, situación que ocurre justo en momentos en que se ha cuestionado la efectividad de la fórmula.
La Universidad de Oxford, que trabaja junto a la empresa farmacológica, quiso despejar las dudas sobre la eficacia de hasta 90% observada en el subgrupo que recibió primero media dosis y después una dosis completa del producto.
Lo que se informó en un principio fue que la vacuna ofrecida en dos dosis es efectiva en una media del 70,4%, aunque la variación en la cantidad de cada dosis afecta al resultado. Cuando se administra media dosis seguida de una completa, la eficacia asciende a 90% y reduce la transmisión, descendiendo a 62% cuando los voluntarios reciben dos dosis enteras.
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Lamentablemente, las dudas se incrementan conforme transcurren los días, de hecho según el diario Financial Times, el responsable del programa de financiación para el desarrollo de vacunas de EE.UU., Moncef Slaoui, reveló que el subgrupo de 2.300 personas que recibió la dosis más efectiva corresponde a menores de 55 años, con menor riesgo de desarrollar síntomas severos de COVID-19, un dato omitido por la universidad y el laboratorio.
En este contexto el Minsal trabaja un convenio con Astrazeneca para la compra de 4.000.000 de dosis de vacunas a U$4 dólares por dosis, entre cuyas cláusulas se encuentran una serie de especificaciones que respaldan más al vendedor que al comprador y, en consecuencia, a la población eventualmente afecta al fármaco.
Una de ellas se circunscribe a la modalidad de pago, que estipula una transferencia del monto total de 16.000.000 de dólares, dividido en 20% pago anticipado no reembolsable, esto es 3.200.000 dólares, 40% en fecha en que se autorice la aprobación de emergencia de la vacuna y el 40% restante en la fecha de confirmación de entrega de la primera dosis, lo que se proyecta para el primer semestre 2021, de acuerdo a lo establecido.
"Esta cartera ha aceptado mantener indemne a Astrazeneca de los daños y responsabilidades ante eventuales efectos adversos que puedan producirse en el futuro, salvo cuando se trate del incumplimiento de parte de Astrazeneca de buenas prácticas de fabricación, la reglamentación de farmacovigilancia del ISP, existan conductas dolosas o negligencias graves", se lee en el documento firmado por la subsecretaria de Salud, Paula Daza.
Minsal defiende la gestión
Consultados por este contrato, desde el Minsal contestaron escuetamente que se "está siguiendo un proceso normal como cualquier contrato de la administración pública y dentro de su tramitación se encuentra en la Contraloría".
Respecto de si la transferencia de la cuota inicial ya se hizo, considerando que en el acuerdo al que tuvo acceso El Desconcierto se habla del 30 de noviembre como fecha de traspaso de los recursos, la secretaría de Estado no se pronunció. "Los contratos tienen estrictas cláusulas de confidencialidad", respondieron.
¿Qué garantías tiene el Minsal sobre la efectividad de una vacuna que aún carece del respaldo de los organismos internacionales competentes? fue otra de las preguntas que le hicimos a la autoridad. "Como está consignado en la literatura internacional especializada, todas las vacunas están en proceso de sus ensayos clínicos en distintas fases. Las garantías para Chile son las mismas que para cualquier otro país", aseguraron.
Finalmente consultados por el fallo que arrojó el desarrollo farmacológico y el impacto de este revés en el acuerdo de compra, desde el gabinete liderado por el ministro Enrique Paris compartieron su interpretación de los hechos.
"En términos científicos no se habla de fallo. Astrazeneca lo que informó fue el hallazgo de que una dosis menor de vacuna dio mejor respuesta inmune. Dado eso, dicho laboratorio está planeando un estudio con esa menor dosis para ver su eficacia (...) Lo relevante es que la compañía reconoce esta situación públicamente y la transparenta", aseguran.
"Han sugerido que el producto nunca va a ser licenciado en EE.UU"
"La vacuna de Astrazeneca aparecía con muchas ventajas porque no necesita estar refrigerada a baja temperatura, sino estar en lugares fríos y eso hace que pudiera ser más fácil de trasladar, de producir, parecía ser que iba a ser de alta eficiencia. Eso hace que la evaluación de la compañía y las inversiones sean mucho más altas aún cuando en los últimos anuncios han aparecido una serie de críticas por la metodología", dice al respecto Gonzalo Bacigalupe.
"Hay inversores que han sugerido que este producto nunca va a ser licenciado en Estados Unidos y Anthony Fauci, (principal experto de enfermedades infecciosas de EE.UU y asesor de larga data de la Casa Blanca) dice que necesitan muchos más datos para llegar a conclusiones respecto de esta vacuna. Pareciera ser que la ciencia que está detrás en esta fase 3 no es muy buena", agrega el experto salubrista.
"Los resultados presentados pareciera ser que no vienen de un solo estudio que tenga datos unificados, pareciera que son uno en Inglaterra y otro en Brasil. Uno comenzó a principios de mayo y otro a principios de junio. Las características metodológicas son distintas, no tienen la rigurosidad que tendrían los otros estudios", detalla.
Bacigalupe asegura que las pruebas no tendrían el mismo tipo de grupos de control. "La inyección del grupo de control no es la misma que la que recibieron en los distintos países", dice. Y apunta a lo metodológico. "Se tomaron ciertas decisiones que hacen crecer las sospechas respecto de (su) real eficacia", agrega.
A renglón seguido, el especialista afirma que el trabajo de "Astrazeneca es parte de los estudios impulsados por el gobierno de Trump. Hay una carrera por lograr inversiones, hacer que las empresas suban su evaluación", dice.
"Se necesita tiempo y cautela para hacer estudios rigurosos y que los estudios sean evaluados por científicos y comités", sostiene.
En consecuencia, Bacigalupe es más bien crítico de la gestión del Ejecutivo con Astrazeneca. "Me parece complicado tomar decisiones respecto a un contrato cuando la información que se tiene solamente proviene de la farmacéutica", asegura.
"Las decisiones de invertir en una vacuna parecieran haberse tomado, por el contrato, solamente con la información que provee la empresa. Todavía ninguna ha sido autorizada por organismos autónomos que puedan decidir si los datos son fiables y que los estudios se han hecho de manera rigurosa. Es complicado, sobre todo si el contrato incluye cláusulas como las de no reembolsar el pie inicial. O cuando se deja sin responsabilidad a la empresa que produce la vacuna, sin responsabilidad en el caso de que haya consecuencias negativas para los pacientes vacunados", concluye.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) por su parte, también mantiene cautela. "No sabemos con exactitud cuándo estará lista para su distribución una vacuna segura y eficaz contra la COVID-19", aclaran en su web, donde además ponen énfasis en el exhaustivo proceso de certificación por el que deben pasar cada una de las vacunas para validarse y así poder entregar real garantía de prevención a la población internacional.