El papa Francisco ordenó cardenal a Monseñor Celestino Aós
El papa Francisco ordenó este sábado a 13 nuevos cardenales, entre ellos al cardenal español Monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago, en un consistorio marcado por la pandemia.
El rito de la creación de nuevos cardenales se celebró, como todas las ceremonias durante la pandemia, en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, y no en el altar de la Confesión. Esta decisión ha repercutido directamente en el número de personas que estaban presentes en la celebración ya que se trata de un lugar con menos espacio.
De hecho, había un número muy reducido de fieles, en su mayoría personas cercanas a los neocardenales, que rondaba el centenar y que han respetado en todo momento las distancias de seguridad para evitar posibles contagios. A este respecto, las entradas emitidas por la Prefectura de la Casa Pontificia se reservaron sólo para los acompañantes más estrechos de los eclesiásticos.
Además, en cumplimiento de las normas vigentes destinadas a contrarrestar la circulación del coronavirus, todos los presentes llevaban mascarilla. Desde el punto de vista litúrgico, la única verdadera novedad ha sido la omisión del abrazo de paz que los nuevos cardenales reciben normalmente de parte de otros purpurados de más antigua creación.
Como es habitual, en la celebración estaban presentes los párrocos y rectores de las iglesias titulares que se han otorgado a los nuevos cardenales. El primero de ellos, el maltés Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, ha sido el encargado de dirigir el saludo al Santo Padre.
El ritual de la imposición de la birreta cardenalicia, así como la entrega del anillo y la asignación de la bula cardenalicia ha respetado sus formas tradicionales.
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Otra novedad ha sido la eliminación de las visitas de cortesía habituales en estas celebraciones. En el pasado, estas ocasiones daban lugar a grandes aglomeraciones donde los amigos y conocidos de los nuevos cardenales se apiñaban en torno a ellos para rendirles homenaje.
Los nuevos purpurados que tendrán derecho a voto en un hipotético conclave son: el obispo maltés Mario Grech nuevo Secretario General del Sínodo de Obispos; Monseñor Marcello Semeraro, nuevo Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos; Monseñor Antoine Kambanda, arzobispo de Kigali (Ruanda); Wilton Daniel Gregory, arzobispo de Washington (EEUU); Monseñor José Advíncula, Arzobispo de Capiz (Filipinas); Monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de chile; Monseñor Cornelius Sim, obispo de Puzia de Numidia, vicario apostólico de Brunei; Monsignor Augusto Paolo Lojudice, arzobispo de Siena, Colle di Val d'Elsa - Montalcino; Mauro Gambetti, custodio del convento de Asís (Italia). Los dos primeros Grech y Semeraro pertenecen a la Curia cardenalicia.
No todos los cardenales ordenados estuvieron presentes
El Papa también ordenó a otros cuatro cardenales mayores de 80 años y, por tanto, sin participación en un eventual cónclave. Su nombramiento ha sido una distinción honorífica por su servicio a la Iglesia: Felipe Arizmendi, obispo "emérito" de San Cristóbal de Las Casas; Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia; Mons.Enrico Feroci, sacerdote de la Parroquia de Santa Maria del Divino Amor en Castel di Leva (Italia) y ex director de Caritas (Roma) y Silvano Tomassi, ex nuncio y observador del Vaticano en la ONU.
De los trece creados este sábado, solo once estaban presentes. Cabe destacar que, por otras razones, también vinculadas a las condiciones de salud y a la edad avanzada, en el pasado ha habido al menos cinco precedentes de nuevos cardenales que no pudieron recibir la insignia del papa en persona: Sebastián Koto Khoarai, de Lesotho, en 2016; el colombiano José de Jesús Pimiento Rodríguez, en 2015; los italianos Loris Capovilla, en 2014, y Alberto Bovone, en 1998, y el dominicano francés Yves Congar en 1994.
Asimismo, otros miembros del colegio cardenalicio que no han podido viajar a Roma se han unido a la celebración, participando de forma virtual en la ceremonia.