Construcción de la lista única del Apruebo
Chile vive la circunstancia histórica más favorable para construir un país de democracia y derechos sociales, desde la instauración del neoliberalismo por la dictadura cívico–militar y la imposición de una Carta Fundamental que permitiera su perpetuación. El 18 de octubre de 2019 la ciudadanía inició en forma masiva un ciclo de movilización de inédita extensión social y geográfica, y que se ha mantenido en pie durante un año, a pesar de la represión desencadenada por el Gobierno y de la crisis pandémica. En su desarrollo, logró abrir un proceso constituyente y que el pasado 25 de octubre triunfaran las opciones Apruebo a una Nueva Constitución por un 78,27% y Convención Constitucional por un 78,99%, en un resultado sin precedentes históricos.
Sin embargo, aún no está garantizado que el proceso constituyente culmine materializando exitosamente el anhelo mayoritario del país de elaborar una Constitución que garantice un Estado plenamente democrático, basado en la amplia participación ciudadana, y garante de los derechos sociales al trabajo, la salud, la educación, la seguridad social, la vivienda, el agua, el desarrollo sustentable; así como los derechos de las mujeres, las niñas y niños, los pueblos originarios, los consumidores.
El problema fundamental del período que se abre con el proceso constituyente no es entre los partidos políticos en general y las personas independientes o sin afiliación política. La contradicción a resolver es entre la ciudadanía, diversa y plural, que aspira a la edificación de un Estado democrático y social de derecho, y los conservadores que intentarán impedir la materialización de ese propósito y preservar lo fundamental de su modelo de democracia restringida y sociedad de mercado.
Para esos propósitos, los conservadores están trabajando, intensamente y sin vacilaciones, para presentar una lista única de candidatos a la Convención Constitucional. Saben que son una minoría, pero están conscientes de que, frente a una eventual dispersión en varias listas de las y los que anhelan cambios profundos, pudieran lograr una sobrerrepresentación en la Convención a consecuencia del sistema electoral. De esta forma, considerando el elevado quórum de dos tercios para la adopción de acuerdos, calculan que estarán en condiciones de cerrar el paso a una Constitución que garantice transformaciones sustantivas y de fondo en el país.
Ello sería particularmente grave puesto que implicaría que se escamotearía una vez más la voluntad de la ciudadanía y porque es evidente que el resultado del proceso constituyente determinará la forma y contenido de la convivencia nacional por un ciclo histórico de larga duración.
La capacidad de iniciativa movilizadora de la ciudadanía y la amplia mayoría que se logró en el plebiscito muestran que ello no es inevitable. Se requiere poner toda la voluntad política, la inteligencia colectiva, y la disposición de convergencia de todas y todos los actores. Se necesita reconocer el carácter diverso de las y los que desean un Nuevo Chile, teniendo presente que ninguna divergencia que nos pueda separar es tan profunda como la que nos confronta con los conservadores. Es esencial, además, asumir que Chile cambió y que la ciudadanía demanda transformaciones profundas en las que sea protagonista principal.
Hacemos un llamado a la totalidad de actores políticos del mundo demócrata progresista, a los movimientos sociales y ciudadanos, a las personas con o sin afiliación partidaria, a las organizaciones de trabajadores, a las comunidades de científicos y académicos, a las y los artistas y creadores, a construir la lista única del Apruebo para la elección de la Convención Constitucional.
Pensamos que ello es viable sobre la base de asumir criterios tales como los siguientes:
a) Una sola lista de candidatas y candidatos a constituyentes, no excluyente y sin vetos, que sean electas y electos por primarias ciudadanas.
b) Un 60%, como mínimo, de cupos para liderazgos sociales no militantes.
c) Un programa básico sustentado en las propuestas de un Estado Social de Derecho, y un sistema democrático moderno basado en la soberanía popular.
d) Un compromiso de que una mujer sea Presidenta de la Convención Constitucional.
Haremos lo que se encuentre a nuestro alcance para hacer posible este desafío. Al mismo tiempo, reafirmamos nuestro compromiso de poner la totalidad de nuestros cupos para constituyentes a disposición de liderazgos ciudadanos independientes, y de promover que el proceso constituyente asegure en forma adecuada la participación de independientes y pueblos originarios.
Humildad para la Unidad
Unidad para la Victoria
La Victoria para Cambiar Chile