Energía en manos comunitarias: Nueva ley abre la puerta a la democratización de la energía en Chile

Energía en manos comunitarias: Nueva ley abre la puerta a la democratización de la energía en Chile

Por: El Desconcierto | 04.11.2020
La nueva Ley de Generación Distribuida para Autoconsumo habilita por primera vez la generación en proyectos de energía renovable de propiedad colectiva. Organizaciones sociales presentaron una guía para crear cooperativas energéticas bajo el nuevo marco regulatorio

En Alemania, cerca de la mitad de la energía renovable se genera en plantas de propiedad ciudadana. Los cambios regulatorios adoptados en los últimos años no solo impulsaron la instalación de energías renovables, sino que permitieron que ciudadanos se asocien para generar su propia energía limpia y comercializar los excedentes.

Así se democratizó la posibilidad de participar activamente en el abastecimiento de energía, con más de 900 cooperativas energéticas ciudadanas operando en el país teutón. Este avance desconcentró la propiedad de la generación energética, hasta entonces en manos de cuatro grandes empresas.

En Chile las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) han crecido más rápido de lo esperado, en un contexto de una necesaria transición de fuentes contaminantes a limpias, como acción global contra el cambio climático. Hoy representan un 25% de la capacidad instalada en el país.

Este cambio, sin embargo, no ha significado un mayor viraje en el mercado energético. Cuatro compañías (Engie, Enel, Aes Gener y Colbún) concentran más del 60% de la capacidad instalada en el Sistema Eléctrico Nacional. Las mismas son las protagonistas del Plan de Descarbonización, en tanto tienen que cerrar sus centrales a carbón de aquí a 2040 y, en caso de Enel y Engie, dominan también las inversiones en renovables.

Esto puede cambiar a partir del 6 de noviembre, cuando entre en vigencia el reglamento de la nueva Ley de Generación Distribuida para Autoconsumo, que abre las puertas para que la ciudadanía participe en la generación de energía en proyectos individuales y de propiedad colectiva. 

Bajo la nueva normativa, un grupo de personas puede financiar en conjunto un sistema de generación renovable que se inyecte a la red. Cada persona del grupo recibirá un descuento en su factura equivalente a la energía generada por la instalación conjunta, en un proceso llamado Net Billing Virtual. La ley además aumenta la capacidad de proyectos para autoconsumo de 100 a 300 kilowatts y facilita los trámites para instalaciones de propiedad individual.

La generación individual estaba permitida desde el 2012, pero este tipo de desarrollo energético representa menos del 1% del total de capacidad renovable instalada en Chile. Los costos y la necesidad de tener un espacio disponible para instalar el sistema suponen un impedimento para parte de la población, que ahora podrá asociarse para superar esas barreras.

Energía en manos de la comunidad

En un inicio, la nueva ley no contemplaba los proyectos colectivos. Fueron representantes del Instituto de Ecología Política (IEP) quienes se reunieron con parlamentarios para levantar una indicación al respecto. El IEP trabaja desde el 2012 creando cooperativas energéticas y enfrentándose a las barreras normativas que existían para su desarrollo. En estas cooperativas han participado personas que, motivadas por el rechazo a proyectos como HidroAysén, querían tomar un rol activo para lograr una transición energética desconcentrada.

“La ciudadanía rechaza los modelos energéticos convencionales, pero a veces no existen las condiciones para que esa misma gente sea parte del cambio. A través de nuestro consumo podemos actuar y configurarnos para disminuirlo, identificando nuestras necesidades y respondiendo a ellas de forma local y descentralizada. Las cooperativas energéticas tienen un rol que jugar en eso”, reflexiona Daniela Zamorano, directora del IEP.

El instituto ha trabajado con la Confederación Alemana de Cooperativas (DRGV), que apoya la creación de cooperativas energéticas en América Latina. En conjunto escribieron la “Guía para la creación de cooperativas de generación distribuida comunitaria en Chile”, que reúne información técnica y reglamentaria para que las personas conformen proyectos colectivos bajo esta nueva ley. La guía fue presentada este 29 de octubre y especifica los trámites, pasos necesarios y posibles fuentes de financiamiento para cooperativas energéticas.

La ley no define el tipo de gobernanza que deben tener las agrupaciones para generar energía en colectivo. En la guía se recomienda formar cooperativas, sobre todo por el carácter democrático de estas organizaciones en que cada socio tiene un voto sin importar la participación financiera que tenga en la cooperativa. Según resalta la guía, el movimiento cooperativo a nivel internacional promueve ciertos principios como impulsar el desarrollo local y la educación de sus socios, o la cooperación con otras organizaciones.

Cooperativas energéticas

Las cooperativas energéticas llegaron a Chile antes que existiera una regulación para ellas. Una de las primeras fue EnerMetropolitana, donde al no poder generar un proyecto asociativo para consumo propio, optaron por un modelo de inversión colectiva para su primera iniciativa. Solar Buin 1 fue financiada por 100 socios y está instalada en el Instituto de Medio Ambiente (IDMA). La energía generada es consumida por el instituto y los socios reciben una retribución anual.

“Fue la forma que encontramos para ajustarnos a la regulación vigente, pero requirió de mucho trabajo voluntario. Como cooperativa tuvimos problema hasta en la banca donde no nos abrieron cuenta corriente sino cuenta vista entonces no podíamos hacer transferencias y mucho menos acceder a crédito”, recuerda Cristian. EnerMetropolitana sigue funcionando, y a raíz de los cambios en la normativa están preparando su segundo proyecto.

Bajo la nueva ley, agruparse permite reducir los costos de inversión, pero la forma de financiarse sigue siendo el principal reto para este tipo de proyectos. “Se necesita un capital inicial y estas cooperativas energéticas son bastante novedosas, entonces nuestros proyectos no llegan a ajustarse a los créditos y fondos. Hay un trabajo a nivel de incidencia que debemos hacer con los ministerios, municipios y la banca, además de las cooperativas de ahorro y crédito”, señala Cristian Mires.

Los municipios son señalados como actores clave para generar sinergia y proyectos. El programa Comuna Energética del Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética entrega fondos para proyectos energéticos a escala local, pero el foco hasta ahora han sido los municipios. “Los beneficiarios de nuestros proyectos suelen ser municipios o pymes. No hemos explorado el modelo de cooperativas energéticas, pero con la nueva normativa tenemos que desarrollar proyectos en esa línea ya que pueden ser actores importantes para generar gobernanza local con los municipios”, analiza Rodrigo Barrera, jefe del programa.

Proyección de la generación distribuida

“Ahora que se han ampliado las condiciones para impulsar la generación de energía de forma comunitaria, nos queda el trabajo hacia afuera. Vincularse con la política y los municipios, encontrar formas de financiamiento y autonomía, difundir y educar. Porque no conocemos de cooperativismo en Chile y porque no hemos reflexionado sobre la necesidad de una transición democrática, descentralizada, local y participativa”, resume Daniela Zamorano.

Aunque la generación distribuida para autoconsumo representa una mínima parte de la capacidad instalada, está creciendo a una tasa cada vez más acelerada y los cambios regulatorios podrían potenciar este despegue. Desde el Ministerio de Energía afirman que la generación distribuida, desarrollada de forma eficiente, puede brindar múltiples beneficios y será el principal segmento donde se concentrarán las inversiones en energía en los próximos años.

Pensar la energía

La red eléctrica en Chile está construida con una lógica unidireccional y centralizada, pensada para distribuir energía desde unas pocas grandes centrales generadoras hacia las ciudades. Reflejo de esto es que las 28 centrales termoeléctricas a carbón están concentradas en solo cinco comunas: Tocopilla, Meiillones, Huasco, Puchuncaví y Coronel.

Las centrales a carbón son las principales responsables de emisiones de dióxido de carbono, dióxido de azufre y material particulado en el país. Esto, junto con contribuir al calentamiento global, ha producido impactos en la salud de la población de estos lugares, llamados popularmente “zonas de sacrificio”. La misma lógica de generación energética ejecutada a gran escala y de forma concentrada también ha traído conflictos socioambientales en sectores donde se construyen grandes plantas de energías renovables.

Para Claudia Fuentes, encargada de proyectos de descarbonización de Chile Sustentable, la generación comunitaria puede ser un factor importante para descarbonizar la matriz de forma desconcentrada, si se la respalda con políticas públicas. Así, en su opinión, podrían disminuir los impactos ambientales y mejorar la soberanía energética, transformando la relación de las personas con la energía.

“Desconcentrar el sistema energético apunta a darle mayor soberanía a las comunidades sobre la energía y poder de decisión sobre la vocación de sus territorios. Cuando tenemos un sistema tan concentrado y basado en grandes empresas, la energía se ve como una mercancía que se transa. Pero cuando permitimos que las personas produzcan energía además de consumirla, se genera un vínculo diferente con ella. Se generan prácticas de ahorro distintas, o se le asignan precios no necesariamente surgidos del mercado único. La energía cobra valor no como mercancía sino por su rol de asignar bienestar y calidad de vida a las personas que acceden a ella”, reflexiona.

*Este artículo fue producido en el marco de la beca 'Energía y Transición Justa en Chile', organizada por Climate Tracker y FES Chile.

https://www.eldesconcierto.cl/2020/10/16/energia-a-la-salud-primaria-el-proyecto-que-incorpora-energias-renovables-a-centros-de-atencion-primaria-de-salud/