El entierro del Museo de los Tajamares: ¿Los políticos le asignan algún valor a la cultura?
La humanidad siempre busca respuestas en sus orígenes, siempre está mirando hacia atrás, rasguñando la tierra en busca de indicios que le permitan conocer su pasado, su historia. Al día de hoy se siguen encontrando ruinas, momias, fósiles en todo el orbe. Miles de expertos protegen esos verdaderos tesoros que estaban bajo tierra.
A nadie se le podría ocurrir que una vez encontrados, desenterrados y expuestos al conocimiento de la humanidad, alguien pudiera querer destruirlos. Pero existen fanáticos, ya sea religiosos o políticos, que se creen con el poder de dañar los bienes culturales de un país, que en la práctica le pertenecen a la humanidad toda, y generar daños irreparables. Un ejemplo fue la destrucción de las esculturas talladas en piedra en el siglo VIII Antes de Cristo ubicadas en el Valle de Bamiyan, destruidas por talibanes del Estado Islámico, situación que provocó estupor e indignación mundial.
La negligencia cultural de Providencia
Estas aberraciones también suceden en nuestro país. El Museo de los Tajamares fue inaugurado en 1980 bajo la administración del alcalde Cristian Labbé. Se destinaron importantes recursos municipales para habilitar un espacio que tenía como objetivo exponer al público parte de los hermosos tajamares que se encontraban en el lugar. Estos fueron parte del puente que se comenzó a construir a partir de 1603 en los albores de la Colonia. Considerado uno de los tres proyectos arquitectónicos más importantes de esa época en Latinoamérica, el puente fue el primer paseo público de gran nivel en Santiago.
Hoy día ese importante espacio cultural, declarado Monumento Nacional se encuentra enterrado bajo toneladas de tierra por decisión de la administración de la alcaldesa de Providencia Evelyn Matthei. “Para resguardarlo”, según el argumento entregado por el actual encargado de Patrimonio de la municipalidad, Nicolás Cañas. Fue este mismo funcionario el que a fines del 2018 no pudo asumir el cargo de Secretario Técnico del Consejo de Monumentos Nacionales acusado de plagio y daño patrimonial, situación por la que debió renunciar al cargo a dos días de ser nombrado.
El 5 de octubre del presente, en el diario La Segunda, el doctor en Arquitectura y académico de la Universidad Mayor Gonzalo Carrasco señaló que “ni siquiera en zonas de guerra como Siria he conocido ejemplos similares”, refiriéndose al entierro del museo.
Mas allá de esta incalificable decisión que no tiene símil en el mundo, llamó la atención que en la oportunidad no hubiera ninguna acción de condena por parte de las autoridades nacionales a cargo de cuidar nuestro patrimonio. Tampoco al día de hoy se han preocupado de buscar la forma de reparar este daño al patrimonio nacional.
La historia de la fundación de Santiago
El gran valor de este museo era mostrar a las nuevas generaciones que lo visitaban, como las delegaciones de colegios, extranjeros etc., la historia de la fundación de Santiago. Hoy esa posibilidad no existe porque un ser humano lo decidió.
Consultamos vía transparencia a las autoridades nacionales responsables de nuestro patrimonio, esto es, al Ministerio de las Culturas, Monumentos Nacionales, Patrimonio. Lamentablemente, no hubo pronunciamiento alguno.
Al asumir la dirección ejecutiva de la Fundación Cultural de Providencia (diciembre 2016 a octubre 2018), fue una sorpresa encontrar otra aberración cultural. La sala de exposiciones del Parque de las Esculturas, dependiente de la Municipalidad de Providencia, había sido clausurada por la administración de la época a cargo de la entonces alcaldesa Josefa Errázuriz, dejando ese importante espacio cultural abandonado, lleno de basura y cerrado con cadenas.
Se gestionaron los recursos financieros con la empresa privada que permitieran acondicionarlo, ponerlo en valor nuevamente y abrirlo al público. A comienzos del 2017 fue reinaugurado con una gran exposición del Premio Nacional de Arte, el escultor Mario Irarrázabal. Más de 30.000 personas la visitaron, incluyendo muchas delegaciones de colegios.
Los políticos y su incultura
Otro objetivo fue lograr la incorporación de esta sala al organismo más importante del mundo que agrupa a los principales museos y centros culturales a nivel internacional, el CONSEIL INTERNATIONAL DES MUSEES (ICOM) dependiente de UNESCO. Sin embargo, hoy se encuentra nuevamente cerrada y vacía.
Presentaremos a este organismo internacional la situación del museo para que sea conocido y debatido por los expertos de todo el mundo, en su próxima Asamblea General en Paris, como un ejemplo de la brutalidad en ignorancia en su máxima expresión, de manera que esta acción no vuelva a repetirse en ningún país civilizado.
A la luz de los hechos y con estos ejemplos surge la pregunta ¿los políticos le asignan algún valor a la cultura? Pareciera que no. ¿O será su propia incultura la que los lleva a menospreciar el valor de nuestra historia? En cualquier país civilizado atentar contra el patrimonio implica grandes penas y es el Estado quien persigue a los responsables. Aquí pareciera que los políticos tienen inmunidad para cometer actos como los descritos, y, avalados por sus pares con su silencio, no dan cuenta de sus actos. Lo más probable es que las autoridades municipales que ordenaron enterrar el museo, así como las autoridades nacionales responsables de velar por el patrimonio, en un par de meses ya no estén en esos cargos. El museo seguirá enterrado y ellos dejarán este triste legado a los chilenos.