[Exclusiva] Gustavo Santaolalla: “(Jorge) es un referente importantísimo que no sé si tiene todo el reconocimiento que debería tener”
En la primavera de 1989 Jorge González pasaba por un momento complejo y de gran inspiración. Ese motor emocional motivó la composición de las canciones que luego integrarían Corazones, el cuarto disco de Los Prisioneros. Así llega a Los Ángeles, Estados Unidos, con poco dinero y sintiéndose un extraño. El estudio del argentino Gustavo Santaolalla sería un refugio virtuoso para el joven músico de 25 años.
Tanto Jorge como Gustavo han declarado públicamente su admiración mutua y cómo de su trabajo en este disco nacieron nuevos tiempos profesionales para ambos. En el caso de González, Corazones sería el álbum que puso su nombre en el mapa latinoamericano, el mismo año de discos como Tercer Mundo de Fito Páez y Canción Animal de Soda Stereo. En el caso de Santaolalla, a partir de aquella experiencia, iniciaría su camino como un verdadero "Rey Midas" del rock latino de los noventa.
Desde su propia cuarentena en Los Ángeles y en medio de una apretada agenda de trabajo entre música para cine, documentales, series, videojuegos y promoción de la reedición de su disco GAS (1995), el productor argentino nos cedió minutos de su tiempo para conversar del que, en sus palabras “es un disco que quiero mucho”.
– ¿Qué recuerdos vienen a tu cabeza de la época de grabación de Corazones?
– Es un disco hermoso. Jorge es mi gran amigo, un tipo que yo aprecio, admiro y valoro muchísimo como artista, como persona. Lo quiero mucho. Para mí ha sido un honor trabajar con él, aprendí mucho. Y poder participar en este proyecto ha sido maravilloso en mí vida. Sé que le encanta, le gusta mucho el disco. Tuve la oportunidad de verme con él, porque hice mi concierto solista el año pasado en Santiago.
– ¿Sientes el mismo orgullo?
– Corazones es un álbum que es increíble, que hoy en día, vos vas a una noche acá a algún club donde pasen rock en cualquier esquina y en algún momento van a poner ‘Tren al sur’ y ‘Estrechez de corazón’, clavado. Ya es clásico.
– Venías del rock más tradicional y transitabas hacia el folclor en los ochenta. ¿Fue también para ti un aprendizaje grabar ese sonido más techno del disco?
– Sí, pero Jorge siempre estuvo a la vanguardia. ¿Vos viste que fue el primero de los latinos nuestros que fue a Alemania y se puso a hacer combinaciones de cumbia con electrónica? Mucho antes del boom de la cumbia villera y todo eso. Él estaba muy metido en eso y más aún cuando se fue a Alemania. Me he visto con él en Berlín y estaba aún más metido, sabe mucho.
– Pese a que Jorge recuerda que en esos días no lo estaba pasando bien.
– La verdad es que lo pasamos muy bien haciendo música y mis recuerdos son todos positivos, de mucha creatividad y trabajo en común, aprendiendo mucho entre todos. Para mí, es un referente importantísimo que no sé si tiene todo el reconocimiento que debería tener. Sé que por cierto ya lo tiene en Chile, donde siempre tuvo muchísimos fans, pero también muchísima gente que no se lo fumaba mucho a Jorge, porque sin duda es un tipo muy serio y que dice cosas fuertes.
– ¿Luego de grabar Corazones y el disco solista de 1993, se han vuelto a encontrar con fines artísticos?
– En aquel momento, cuando fue el terremoto en Chile, se hizo "El Abrazo" argentino-chileno y nosotros fuimos a tocar a Chile para presentarnos con él. Habíamos armado una versión de ‘Tren al sur’ acústica que estaba increíble y Jorge se puso a hablar un montón de cosas medias Jorge y lo cortaron del escenario, no alcanzamos a cantar. Hoy en día ya se le muestra mucho más el cariño, no solamente en Chile, sino que en otros países. Sé que en Argentina no es tan conocido y para mí es una pena porque es un tipo que es valiosísimo.
– Pero luego tuviste la oportunidad de interpretar ‘Por amarte’ para el disco tributo y en tu concierto en Santiago el año pasado.
– Cuando salió el tema de qué canción hacer para el tributo, obviamente las primeras que saqué fueron ‘Tren al sur’ y ‘Estrechez de corazón’. Pero, por ejemplo, a mí ‘Por amarte’ es un tema que adoro, por eso me decidí por ese.
– ¿Es tu canción favorita?
– Las canciones de un álbum son como los hijos, uno les pone amor y cariño a todas, pero la verdad es que me gustan mucho todas las canciones, todas me encantan. Me encanta ‘Corazones rojos’, ‘Cuéntame una historia original’, hay tantos temas buenos... todo el disco es bueno.
– En Corazones hay un mundo romántico, uno techno, pero también uno más escondido que es el latinoamericano, como el charango de ‘Tren al sur’ y en otros discos que produjiste como Re de Café Tacvba y Aquí de Julieta Venegas también se encuentra ese matiz sonoro del cono sur. ¿Es parte de un sello personal?
– El 6/8 es un ritmo que me encanta porque es tan nuestro, hasta en el tema principal de The Last of Us (videojuego para el que compuso la música) lo ocupo y está compuesto con un ronroco, que es un instrumento andino. Pero no es algo que me proponga, es algo que me sale natural. En todos mis proyectos hay algo latinoamericano, pero es algo espontáneo.
– ¿Corazones suena chileno?
– Jorge suena chileno, por supuesto.
– ¿Qué otros artistas chilenos te gustan?
– Quiero mucho a Chile, siempre he tenido una relación muy afectuosa. Aparte de Jorge me encanta Nano Stern, soy fan de Mon Laferte que la conocí en la gira de Soda, Álvaro y Los Tres siempre me ha gustado mucho, ni hablar de Violeta. Hay una tradición de música y de creadores impresionantes en Chile y realmente es un lugar que quiero mucho.